El combustible para comenzar el día
¡Levante la mano quién no desayunó hoy! Seguramente son muchos, ya que por nuestro ritmo de vida el desayuno es la comida que más se saltea.
Gran error. Es la primera comida del día y ocurre tras varias horas de no comer. "Desayuno" significa romper el ayuno. Más allá de que al saltearlo podemos tener hipoglucemia: niveles muy bajos de azúcar en sangre que se asocian con dificultades para memorizar, concentrarse y aprender. El desayuno es importante como recarga de energía para el comienzo de un nuevo día. Mientras dormimos nuestro metabolismo trabaja más lentamente. Para ponerse en marcha al comenzar el día, el cuerpo necesita acelerar el metabolismo con un "combustible": el desayuno. No desayunar da hambre antes de almorzar y consumimos alimentos engordantes durante el transcurso de la mañana; esto genera más colesterol y sobrepeso.
Un estudio realizado en adultos demostró que el número de accidentes laborales entre los que van a trabajar sin desayunar es mayor frente a los que sí lo hacen. Saltear el desayuno sería como empezar el día con el tanque de combustible casi vacío, lo cual nos predispone al cansancio, malhumor y baja motivación.
¿Qué pasa con los chicos? No desayunar es aún peor, además de predisponerlos al sobrepeso. En un estudio de los doctores Britos y Camuerga del Cesni, se investigó la respuesta de niños a pruebas cognitivas de atención, memoria, asociación de palabras y ejercicios físicos. Observaron que cuando los chicos desayunaban mejor prestaban más atención, tenían mayor capacidad de memoria, menos errores y mayor resistencia física.
¿Y qué convendría desayunar?
Un buen desayuno aportaría el 25% de la energía diaria. Entonces, en vez de tomarnos un café, leche o jugo rápido, deberíamos comer cereales (tostadas, cereales con leche), frutas frescas, lácteos (leche, yogur, quesos frescos) preferentemente reducidos en grasa o descremados.
Si tomamos en cuenta que gran parte de la población no desayuna, las recomendaciones que comparto pueden llegar a sonar utópicas. Por eso, con sólo incluir un yogur o al menos una barra de cereal podría ser un excelente comienzo.
Y para trasmitir el hábito a nuestros hijos lo mejor es educar con el ejemplo.