El Club Portugués cumple cien años. Puede decirse que "recién" los cumple, porque la colectividad lusitana tiene en estas pampas una historia anterior a la Patria. La inmigración estuvo presente en el Río de la Plata ya desde la época colonial. En la segunda mitad del siglo XIX, el portugués Christiano Junior (nada que ver con Cristiano Ronaldo) tomó algunas de las fotografías más icónicas del Buenos Aires antiguo, incluyendo un retrato de Sarmiento con la banda presidencial. Entre 1920 y 1930 comenzó a llegar la corriente cuyos hijos, nietos y bisnietos hoy pueblan la Argentina. Muchos se afincaron en Comodoro Rivadavia, Chubut, donde se dedicaron a la pesca, al petróleo y a la construcción de la ruta 3. Otros fueron a Rosario, a Mendoza y a Oberá, Misiones. En Olavarría se emplearon en la industria del cemento. Entre los que se quedaron en la Capital y el conurbano, se destacaron ladrilleros, quinteros y floricultores.
Fundado el 13 de octubre de 1918, el Club Portugués nació como "Centro Unión Portuguesa" y más tarde cambió su nombre. Del mismo modo, tuvo diversas sedes hasta que, en 1952, inauguró el hermoso edificio de Pedro Goyena 1468, donde se desarrolla una intensa vida social, cultural, deportiva y, además, gastronómica. Su restaurante es altamente recomendado en Caballito.
La institución tuvo "filhos", que son diversos clubes portugueses en el Gran Buenos Aires. Están situados en González Catán, Isidro Casanova, Villa Tesei, Escobar, Esteban Echeverría y Villa Elisa (cerca de La Plata), entre otros. El Club Portugués de capital tiene, a su vez, su propio espacio verde de dos hectáreas en Ituzaingó, "La Quinta da Saudade". Como desprendimiento de la entidad madre, también está el Centro Patria Portuguesa, en el barrio porteño de Villa Urquiza.
Se estima que los portugueses y lusodescendientes en Argentina suman unas 48.000 personas. De ese total, 12.000 son portugueses nativos y 20.000 tienen inscripción consular (hijos y nietos pueden adquirir la ciudadanía). "Buenos Aires celebra Portugal" es, todos los años, parte de la programación de fiestas de las colectividades en la Avenida de Mayo, y la Legislatura porteña adhirió al centenario del Club Portugués.
Portugal fue el primer país que reconoció la Independencia argentina, en 1821 (si obviamos que el Reino de Hawai lo hizo en 1818 pero hoy ya no existe como tal sino que forma parte de Estados Unidos). En agradecimiento, durante muchos años la bandera portuguesa ocupó un lugar de privilegio en el protocolo de los actos bilaterales.
Hitos y celebridades
Todos estos datos surgen de una charla con el vicepresidente en ejercicio de la presidencia del Club Portugués, Alfredo José Simoes, y otros dirigentes de la institución, como Joaquín Rodrigues de Abreu, Elsa Delia Coelho de Campina, María Albertina Viegas Costa y Amandio Gago Rodrigues.
Lamentablemente, la entidad llega a los cien años en una circunstancia especial. El presidente del Club Portugués y de la Comisión de las Comunidades Portuguesas en Argentina (que nuclea a todas las demás agrupaciones), Joaquim Coelho Campina, falleció el 11 de agosto último. En virtud del duelo, los festejos serán acotados.
De la entrevista con LA NACION también participó Daniel Viegas, conductor del programa de radio La Voz del Club Portugués, que lleva 64 años en el aire de manera ininterrumpida, todo un récord entre las audiencias de colectividades. Actualmente sale al aire por AM 890 Radio Libre los domingos de 10:00 a 11:00 hs. También está disponible en Internet..
Daniel Viegas aporta que, entre los portugueses que adquirieron fama en la Argentina, no hay que olvidar a Regina Pacini, cantante lírica que abandonó los escenarios en 1907 para casarse con Marcelo Torcuato de Alvear, luego presidente de la Nación (1922-1928). La modelo Carmen Yazalde nació en Portugal y los hermanos Jorge y Aída Luz, que brillaron en la actuación durante décadas, eran hijos de portugueses. Su apellido real era Da Lus.
La problemática actual de los portugueses en la Argentina es similar a la de muchas otras colectividades. La última corriente inmigratoria se registró en la década de 1960 y es la que ahora está envejeciendo. Si antes venían por la pobreza o para huir del servicio militar en África, en 2001 se dio la migración inversa: hijos y nietos de portugueses que fueron a radicarse a la península ibérica.
Cuna de grandes navegantes, conquistadores, comerciantes y también traficantes de esclavos, Portugal constituyó un imperio entre los siglos XV y XX. En América, su colonia más grande fue Brasil, pero también tenía dominios en África, el Golfo Pérsico, Asia y Oceanía
Al día de hoy, aquella política expansionista se traduce en el hecho de que unos 260 millones de personas hablan portugués (y Portugal tiene apenas 10,5 millones de habitantes). Es la sexta lengua materna más hablada del mundo. Fuera de Portugal y Brasil, es el idioma principal en Angola, Guinea-Bissau, Mozambique, Cabo Verde, Timor Oriental y Santo Tomé y Príncipe. Asimismo, se lo habla en Macao y en Goa, y versiones deformadas del portugués se emplean en poblaciones de India, Sri Lanka, Malasia e Indonesia.
Hoy, Portugal es una potencia de otra índole. Con 58 millones de noches de hotel vendidas al año, el turismo aporta el 10 por ciento del PBI. Hasta Madonna, la reina del pop, se radicó y compró una mansión cerca de Lisboa para acompañar a uno de sus hijos, que juega al fútbol en el Benfica.
La comunidad en la Argentina mantiene tradiciones que adquieren la forma de torneos de sueca (un juego de naipes parecido al tute cabrero), cursos de portugués, comidas como la bifana (bondiola de cerdo cortada en finos bifes), el caldo verde o pescados y mariscos en todas sus formas (bolinho de bacalao, sardinas, almejas, calamares y siguen las firmas), todo regado con vino verde, Oporto y aguardiente.
Los "ranchos folclóricos" (coros, orquestas y cuerpos de baile) preservan la cultura musical a través del fado (cancionero que muchos asocian con el tango), el corridinho y el vira (danzas típicas).
Pereira, Da Silva, Dos Santos, Madeira. Son apellidos que se repiten entre los portugueses y lusodescendientes. Tienen sus raíces en diversas regiones como Algarve, en el sur, y Minho, en el norte (en la frontera con Galicia, España).
El gran salón del primer piso del Club (que sirve tanto para teatro porque tiene un hermoso escenario y una galería de palcos, como para dar clases de acrobacia en trapecio y en tela en virtud de su doble altura) se viste de gala para las celebraciones como el Día de Portugal (10 de junio, fecha instituida en recordación de Luís de Camões, gran poeta del 1500), las Fiestas de los Santos Populares (también en junio, por los días de San Antonio, San Juan y San Pedro) o Abril en Portugal (acá es otoño, pero allá se celebra la primavera).
La sede de Pedro Goyena servirá, el próximo domingo 14 de octubre, para un almuerzo de gala en festejo de los cien años. Habrá show y el número fuerte será la actuación de la fadista portuguesa María de Lourdes. Bem-vinda.
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