El bidet en tiempos de coronavirus: por la escasez de papel higiénico aumentan las ventas en el mundo
El coronavirus ha desatado la fiebre por el papel higiénico en el mundo. Comenzó primero en Hong Kong en febrero y se extendió a países como Reino Unido, Estados Unidos, España, Singapur y Australia. Millones de ciudadanos se lanzaron a los supermercados para renovar sus existencias del ahora preciado producto que, en pocos días, agota su stock en minutos.
Ni latas ni fideos, el artículo que más ha copado los titulares de los diarios extranjeros es el papel higiénico. Es que en la mayor parte del mundo se ha dejado la higiene de las necesidades básicas del ser humano solo en manos de los metros del papel enrollado y empaquetado cuando, en realidad, el agua y el jabón resultan mucho más efectivos. En nuestro país, por ejemplo, el bidet es casi un símbolo nacional, un sentimiento patriótico que se traslada al baño.
En el resto del mundo, sin embargo, el pánico por la posible escasez de papel higiénico, a pesar de que sus fabricantes informaran contar con grandes depósitos de rollos del producto y de que los gobiernos sugirieran evitar el almacenamiento, se convirtió en paranoia.
Frente a esta situación, el bidet viene escalando posiciones en lo que a higiene íntima se refiere. Según el periódico The Advertiser, The Bidet Shop, el mayor distribuidor de bidets de Australia, aseguró que recibieron un significativo aumento en las consultas desde el impacto del papel higiénico. Con tres mil artefactos en existencia, la empresa expresó su preocupación por la posible subida de precios si la gente comenzara a buscarlos en eBay.
En Amazon, por ejemplo, el precio promedio de un bidet es de alrededor de 300 dólares mientras que los sistemas de duchas que no requieren de una instalación grande salen entre 50 y 100 dólares en función del material y de las utilidades.
En España parecen haber descubierto la razón de la existencia de los bidets en los baños recién ahora. Así lo confirman miles de tuits publicados al respecto: "Toda la vida pensando que esto era para poner la ropa sucia y mira por dónde he descubierto su verdadera utilidad: después de ir al super a comprar papel higiénico. Y yo lo quería quitar. Bidet le llaman: gran invento", escribió una usuaria de la red social.
"Los que tenemos bidet somos ahora como los que hace tres meses tenían un Audi A8", publicó otro perfil. "La superioridad moral del bidet en esta crisis es irrefutable", se puede leer también en la red social que hoy ha reivindicado la genialidad del artefacto higiénico. Entre otras frases que apelan al sentido del humor, otro usuario ha hecho un declaración que puede aplicarse a todo el mundo: "Españoles, ha llegado la hora de aprender a usar el bidet".
Para explicar el fenómeno, Steven Taylor, psicólogo clínico y autor de La psicología de las pandemias, dijo a CNN que las personas se se sienten obligadas a actuar en función de la magnitud de la amenaza, por eso, lavarse las manos parece demasiado poco cuando se trata de una epidemia global. Por otra parte, el experto aseguró que el pánico de una sola persona desencadena una reacción colectiva como de profecía autocumplida.
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