El barrio de Bowie, entre la bohemia y el apetito inmobiliario
El genial músico vivía en Nolita, en el sur de Manhattan, un lugar de locales pequeños, mucho diseño y en el que se respira un aire de modernidad
NUEVA YORK.- Las direcciones no son secretas en esta ciudad. Casi toda la información habitacional (de famosos y desconocidos) se puede encontrar en Internet: desde dónde vive una persona hasta cuánto pagó por su casa. David Bowie vivía en el 258 de Lafayette Street, una arteria con nombre de calle, pero fisonomía de avenida que sirve como límite divisorio entre los barrios de Nolita (Norte de Little Italy) y Soho (Sur de Houston Street), en el sur de Manhattan. A la puerta principal de ese edificio de 10 pisos, construido en 1886 como sede de la caramelera Hawley & Hoops y convertido en condominio de lujo en los años 90, es hacia donde se dirigieron el lunes los fans del Duque Blanco para rendirle homenaje. Ramos de flores multicolores, velas, carteles y fotografías -circundados por los fotógrafos de los principales medios de comunicación- se fueron apilando en la vereda con el paso de las horas.
Con un marco de purpurina fucsia, uno de los primeros carteles que dejaron decía: "Starman Forever, Thank You. Much respected from Montreal" (Hombre estrella por siempre. Gracias. Respetos desde Montreal). "There is a starman waiting in the sky" (Hay un hombre estrella esperando en el cielo), decía otro. Un hombre con una máscara blanca atravesada por un rayo rojo, tal como aparece Bowie en la tapa de su álbum Aladdin Sein, miraba la escena desde atrás. Algunos jóvenes se veían muy conmovidos mientras otros apuntaban sus celulares hacia lo alto, intentando tomar una fotografía de la última casa en la que el músico vivió y donde se cree que también falleció.
Bowie se instaló definitivamente en Nueva York en 1992. Eligió los barrios del sur de Manhattan como su hábitat natural. Su vida transcurría principalmente en Soho, Nolita y Greenwich Village. En los años 70 y 80, muchos de los grandes lofts de Soho, al interior de los típicos edificios con fachadas de hierro, sirvieron de vivienda y atelieres de numerosos artistas, y fueron sede de importantes galerías de arte. En los 90, y debido a la escalada de los precios de las propiedades, los artistas y el arte se mudaron hacia otros barrios de la Gran Manzana como Chelsea o el Lower East Side. Cedieron el lugar al desembarco de bares, restaurantes y grandes tiendas de moda. Si en los 80 en Soho se respiraba inspiración y creatividad, a partir de los 90 se empezó a respirar tendencia. En 1999, David Bowie y su mujer, Iman, dejaron su departamento cercano a Washington Square Park y pagaron US$ 4 millones por dos unidades en el edificio de Lafayette y Prince St. Lo reconvirtieron en un penthouse de 500 metros cuadrados con 8 habitaciones, valuado hoy en unos 14 millones de dólares.
En esa misma época, en la que de lunes a viernes la zona aún conservaba un carácter muy residencial, la periodista colombiana Mónica Gutiérrez vivía junto a su marido en el 50 de la calle Prince, justo a la vuelta de la esquina de Bowie y sobre uno de los lugares más frecuentados por el músico en el barrio: la célebre librería McNally Jackson. "Recuerdo que él paseaba con Iman y su hijita en el cochecito (Alexandria Zahra Johnes, nacida en el año 2000), como cualquier vecino. Iba al supermercado en Prince & Mulberry... Como buenos neoyorquinos, nosotros, y en general todos los vecinos, actuábamos como si nada. Pero lo cierto es que la presencia de ambos era imponente: por hermosos, altísimos y guapísimos. Ellos andaban por su barrio muy cómodos en su piel", cuenta.
Bowie e Iman no eran los únicos famosos en un barrio en el que desde siempre fue habitual cruzarse con celebridades. El mismo edificio en el que vivía David Bowie supo ser -con el paso de los años- la residencia de Courtney Love, del empresario hotelero Ian Schrager, del actor Saul Rubinek, del tenista Patrick McEnroe y del empresario de medios Lachlan Murdoch, hijo mayor de Robert Murdoch.
A unos pocos metros de allí, en el 270 de Lafayette St, Bowie había montado también su oficina, Isolar Enterprise, en la vereda de enfrente de su casa. Apenas a 2 cuadras de allí (en el 49 de Crosby St) está Magic Shop Inc, un estudio de grabación abierto en 1988 y que es hoy, en Soho, uno de los pocos estandartes de los años dorados de creatividad que lograron resistir. Aunque no por mucho tiempo: con los exagerados precios de las propiedades y los cambios en la industria discográfica, Magic Shop tiene sus días contados.
Allí grabó Bowie sus últimos dos discos: Blackstar, lanzado el viernes 8 de enero, apenas dos días antes de que la noticia de su muerte tomara por sorpresa al mundo entero, y The Next Day (2013), cuya grabación el músico mantuvo en secreto absoluto durante dos años enteros. Porque aun en una ciudad en la que se sabe casi todo, él supo hacer del secreto y la discreción un arte.
Julia Tortoriello