La muerte del banquero de Dios: el misterioso final del financista del Vaticano que apareció colgado en un puente
En 1982, Roberto Calvi apareció colgado de un puente sobre el Támesis; las irregularidades en su manejo del Banco Ambrosiano, su relación con la Iglesia y su controvertida vida llevaron a su final
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Hace cuarenta años apareció ahorcado “el banquero de Dios”. El 18 de junio de 1982 encontraron el cuerpo de Roberto Calvi colgado de un puente de Londres. Su vida estuvo marcada no solo por las irregularidades en el manejo del Banco Ambrosiano, sino también por sus conexiones con una logia masónica. Condenado por la Justicia y por sus muchos enemigos, el italiano murió de forma misteriosa. Nunca se pudo saber de forma concluyente si se trató de un asesinato o un suicidio, ni quién fue el responsable del hecho.
Nacido en 1920 en Milán, Calvi logró entrar en el banco Ambrosiano a los 27 años y desde entonces se propuso escalar en la entidad financiera. Con el correr del tiempo consiguió distintos puestos, hasta que en 1971 se convirtió en director general y en 1975, en presidente. Durante su ascenso fue muy importante la relación con Michele Sindona, otro banquero conocido como “el tiburón”. Este hombre, que ya tenía una fluida relación con las autoridades de la Iglesia, construyó con Calvi una especie de frente financiero católico.
Con esta puerta de entrada, “el banquero de Dios” estableció relaciones muy cercanas con Paul Marcinkus, arzobispo estadounidense que en 1971 fue nombrado director del Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido popularmente como Banco Vaticano.
Por una ley italiana sobre cargas fiscales sancionada en 1962, el IOR tomó la decisión de trasladar al exterior la mayoría de sus actividades, según relató El País. Allí es donde Calvi y el Banco Ambrosiano tomaban importancia, gracias a la presencia en diversos paraísos fiscales. La institución se encargaba de cubrir las pérdidas financieras de Marcinkus, quien gustaba de invertir en la Bolsa. De esa manera, el IOR llegó a tener una deuda con el Ambrosiano que superaba los 1200 millones de dólares.
El rol de P2 en las maniobras
Tanto Calvi como Marcinkus operaban bajo la cobertura de Licio Gelli, Gran Maestro de la logia Propaganda Dos (P2), cuya red involucraba a políticos, empresarios, jueces y militares. Con llegada también a países sudamericanos, entre los que se incluye la Argentina, la logia tenía una premisa anticomunista muy marcada, y recurrían al autoritarismo como la mejor manera de manejar el poder.
A cargo de semejante red de figuras influyentes, Gelli era un personaje con muchísima influencia que se movía en las sombras. Conocido como “el titiritero”, tenía todo tipo de conexiones en sectores de poder y mantenía, al igual que el IOR, un fuerte vínculo con el Ambrosiano.
La caída del banquero de Dios
La red de poder e impunidad que tenía Calvi tuvo su primer traspié importante en 1974, cuando colapsó por manejos fraudulentos el Franklin National Bank, el banco estadounidense que su socio Sindona había adquirido dos años antes. Luego, en 1977, los manejos del italiano tomaron estado público y Milán fue empapelada con carteles que denunciaban las irregularidades en el Ambrosiano. Un año después un informe del Banco de Italia dio lugar a una investigación en contra suyo y en 1981 fue condenado a cuatro años de prisión en suspenso y multado por 19,8 millones de dólares.
Un camino similar siguió Sindona, quien primero recibió una condena en los Estados Unidos por su desmanejo, y luego en 1984 fue extraditado a Italia para cumplir pena de prisión por ordenar el asesinato de Giorgio Ambrosoli, un hombre que había sido de su confianza, y que luego lo delató en la Justicia estadounidense. En 1986 se suicidó en la prisión de Voghera.
La condena de Roberto Calvi no fue la única mala noticia que recibió en 1981. La P2, que hasta ese entonces operaba desde las sombras, fue descubierta. Uno de los contactos de Sindona fue seguido por la Policía hasta una propiedad que pertenecía a Gelli. Allí se descubrió una lista de más de 900 nombres de la logia que generó un escándalo político y una serie de renuncias en el gabinete italiano de aquel entonces.
La muerte del banquero de Dios y el misterio
Alrededor de las 7:30 de la mañana del 18 de junio de 1982, un empleado del servicio de correo alertó sobre la aparición de un cuerpo en el Puente de los Frailes Negros, en Londres. Roberto Calvi colgaba con ladrillos en los bolsillos y una suma de 10.000 dólares.
El italiano había llegado una semana antes a la ciudad británica con un pasaporte falso junto a otros empresarios. Durante los días previos a su muerte, se dedicó a juntar evidencia y documentos comprometedores y le envió una carta a Juan Pablo II, en la que advirtió sobre “enemigos internos” y se explayó sobre el vínculo del Banco Ambrosiano y la Iglesia durante los últimos años.
En un principio, la investigación judicial del fallecimiento determinó que fue un suicidio, algo que no convenció a la familia. Por la manera en la que estaba ahorcado y los objetos que traía encima era casi imposible, explicó la forense Angela Gallop, que fue contratada para investigar el caso, en declaraciones a The Telegraph.
Las cuestiones técnicas y algunos simbolismos relacionados al nombre del puente en el que apareció muerto y los objetos que llevaba con él apuntaron hacia la hipótesis de un asesinato.
La investigaciones judiciales sobre el homicidio
En 1991, nueve años después de la muerte de Calvi, un testigo de la mafia siciliana identificó al sicario Francesco Di Carlo como el encargado de matar al banquero, e involucró a dos figuras muy importantes como autores intelectuales: Licio Gelli, quien ya era reconocido por su manejo de P2, y Giuseppe Calò, considerado como el “cajero de la Mafia”.
En 2005 la Justicia decidió imputar a Gelli por el presunto asesinato de Calvi, pero cuatro años después lo absolvieron por falta de pruebas. El italiano falleció en 2015, a los 96 años, mientras cumplía prisión domiciliaria por su participación en los desmanejos del Banco Ambrosiano.
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