El abono que todo limonero necesita para dar buenos frutos
Ante la creciente tendencia de las huertas domésticas, hay un fertilizante que optimiza la nutrición de este árbol; cuáles son los fundamentos científicos de este componente y cómo hacerlo desde casa
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A medida que crece la tendencia de armar huertas en los jardines de las casas, muchas personas aprovechan la ocasión para plantar sus primeros limoneros. Sin embargo, para quienes son nuevos en el cuidado de estos árboles, puede resultar un desafío obtener frutos de calidad. Afortunadamente, hay un tipo de fertilizante que facilita el proceso y asegura que incluso los jardineros menos experimentados puedan disfrutar de limoneros prósperos y productivos cada temporada.
Se trata del abono NPK, que se reconoce internacionalmente como el fertilizante más adecuado para limoneros y otros árboles frutales, dada su composición rica en nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). Estos tres macronutrientes fundamentales nutren de manera eficaz el suelo, lo cual realza la calidad y la productividad de los frutos. En particular, científicos de Brasil evidencian que el fósforo y el potasio son particularmente esenciales, ya que estimulan el crecimiento vegetal y fortalecen la salud del suelo.
Este efecto es tan destacado que también investigadores en Egipto verificaron el poder nutritivo de este abono, y notaron mejoras significativas en el crecimiento y la calidad de los frutos, así como en la nutrición del suelo. Por otro lado, los resultados de un estudio publicado por la revista Global Ecology and Conservation enfatizan en la sinergia entre los componentes del NPK, lo que produce mejoras en el cultivo y la calidad de los frutos que no se logran cuando los nutrientes se aplican de forma independiente.
Además de beneficiar a los limoneros, este abono favorece el crecimiento de una variedad de plantas. Investigaciones recientes destacan su efectividad en cultivos de tomate y frutilla, ya que mejoran tanto el rendimiento de frutos como el crecimiento de hojas y tallos. Este fertilizante también fortalece la resistencia de las plantas contra enfermedades y otros problemas. De esta manera, el compuesto demuestra su versatilidad y beneficios más allá de los limoneros.
Cómo preparar el abono NPK en casa
Para preparar un fertilizante NPK casero se necesitan dos bidones opacos que puedan cerrarse herméticamente para asegurar una correcta fermentación. La preparación involucra dos tipos de purines: el purín de ortiga y el purín de consuelda. El primero, hecho con ortigas frescas sumergidas en agua, es rico en nitrógeno y fomenta el crecimiento robusto de las plantas. El otro, preparado con hojas de consuelda que son altas en potasio, ayuda especialmente en la floración y la fructificación.
Luego hay que colocar el purín de ortiga en uno de los bidones y el purín de consuelda en otro y dejarlos fermentar por separado durante quince días. Una vez finalizada la fermentación, se puede mezclar las partes iguales de cada purín en un recipiente o en una regadera y combinar un 50% de cada uno para crear un balanceado fertilizante NPK.
Este fertilizante puede aplicarse directamente al suelo para nutrir las plantas desde la raíz, o bien utilizarse como fertilizante foliar y aplicar directamente sobre las hojas en forma de spray. Para la aplicación foliar, hay que diluir 150 ml de la mezcla en 850 ml de agua y utilizar esta solución rebajada en un pulverizador para nutrir las hojas. Si se prepara una cantidad mayor de la que se va a usar, se puede almacenar el excedente en bidones herméticamente cerrados durante casi un año y, así, asegurarse tener siempre disponible este nutritivo compuesto para las plantas.
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