El 80% de los hombres se duerme después de tener sexo
Una de las escenas más costumbristas (y graciosas) de Ping Pong, una maravillosa obra de teatro sobre una pareja tóxica (de esas que se separan y se vuelven a juntar mil veces porque lo que los une es la atracción física y no el amor) es cuando después del sexo, César (protagonizado por Daniel Hendler) cae dormido como una foca. En cuestión de segundos pierde el conocimiento y empieza a roncar a pata suelta, para fastidio de Rita, que resurge de entre las sábanas inyectada de energía. Lejos de las risas, el cuadro no resultará extraño para la platea femenina. Durante siglos muchas mujeres tomaron ese gesto como una "descortesía", cuando no como un insulto; pero la ciencia vuelve a redimir al género masculino al develar las razones biológicas por las que inevitablemente ellos caen rendidos después de un encuentro erótico, sea agitado o no.
Según Juan Carlos Sierra, titular de la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada, en el 80% de los casos los hombres se duermen profundamente a minutos de haber mantenido relaciones sexuales, algo que solo le sucede al 46% de las mujeres. El 54% restante está lista para correr una maratón. "El sueño y la sexualidad tienen una estrecha relación, más allá de formar parte del grupo de necesidades fisiológicas básicas del ser humano" dijo el investigador a un portal de salud. "A diferencia de la mujer, el hombre después de un orgasmo entra en una fase refractaria. Esta somnolencia es consecuencia de la descarga de dos hormonas facilitadoras del sueño: la oxitocina y serotonina. La liberación de prolactina durante el orgasmo conduce también a la sensación de saciedad que induce el sueño" explicó Sierra.
En el caso de las mujeres, la naturaleza funciona al revés: mientras más y mejor descansen, más sensibles estarán a los estímulos. Un estudio de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan, publicado tiempo atrás en la revista The Journal Sexual of Medicine, encontró -después de observar durante dos semanas a 171 voluntarias -que aquellas que habían dormido una hora más de lo habitual tenían la libido un 14% más alta, y mayor excitación genital, por lo que la investigación liderada por David Kalmbach, confirma que dormir bien es clave para el rendimiento amatorio. Respecto de la obra de teatro, es altamente recomendable, en especial para aquellos espectadores que todavía creen que el amor y el sexo son la misma cosa. Saldrán reflexionando, sin dudas.
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