Efecto catastrófico: introducen demonios de Tasmania en una isla y aniquilan a 6000 pingüinos
La iniciativa pretendía proteger a los marsupiales en peligro de extinción, pero desencadenó el peor final para otros animales del ecosistema
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Un proyecto pensado para proteger al demonio de Tasmania, especie en peligro de extinción, terminó causando un efecto catastrófico en la pequeña isla Maria, al sur de Australia. Allí, los marsupiales introducidos aniquilaron a una población de seis mil pingüinos que vivían en el lugar y representan un gran riesgo para otras aves de la zona.
Los demonios de Tasmania (Sarcophilus harrisii) deben su peculiar nombre al tamaño y la potencia de su mandíbula, además de la voracidad carnívora que los caracteriza. Desaparecieron del territorio australiano hace unos 3000 años, producto de un tipo de tumor facial que se propagó en la especie. Para salvaguardar su existencia, hace una década un proyecto reintrodujo un grupo de ejemplares en la isla de Maria. Sin embargo, los responsables no esperaban que el efecto de la iniciativa fuera letal para los pingüinos azules (Eudyptula minor) y que representara una gran amenaza para las pardelas de Tasmania (Ardenna tenuirostris).
La isla tiene una superficie 116 kilómetros cuadrados y, hasta hace poco, era el hogar de 3000 parejas reproductoras de pingüinos azules. De acuerdo con información de la organización Birdlife Tasmania, esa población ha desaparecido desde 2012, fecha en la que se introdujeron 28 demonios en el ecosistema. En 2016, esa cantidad ya había aumentado a 100.
El investigador de Birdlife Eric Woehler lamentó las consecuencias que sufrió la fauna local. “Cada vez que los seres humanos introdujeron deliberada o accidentalmente mamíferos en islas de Oceanía siempre ha tenido el mismo resultado: un impacto catastrófico en una o más especies de aves. Perder 3000 parejas de pingüinos de una isla que es un parque nacional, que debería ser su refugio, es un duro golpe”, afirmó en declaraciones que reproduce The Guardian.
Sobre el peligro de la convivencia de los demonios con las pardelas, explicó: “Por su mayor tamaño y la habilidad de excavar, los demonios de Tasmania acechan a las aves que anidan cerca del agua”. Asimismo, se registró evidencia de que el ganso ceniciento (Cereopsis novaehollandiae) también debió elevar la altura de sus nidos para evitar la depredación.
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