Eduardo Salles: "Internet le quitó a la cultura pedante el monopolio del arte"
Su sitio Cinismo Ilustrado es un éxito en la Web; allí, este hipster mexicano de 25 años satiriza sobre los aspectos cotidianos de la vida
Vestido de amarillo, hipster , barbudo, el mexicano Eduardo Salles termina sus vacaciones en Buenos Aires y acaba de darse cuenta de que su sitio, Cinismo Ilustrado , es un éxito en Internet. El blog contiene afiches que Salles resume con una fórmula: Diseño + humor + crítica social. El espíritu cínico del sitio dio como resultado un post sobre el tsunami en Japón en el que la ola de Katsushika Hokusai se traga a personajes como Kitty o Mazinger Z. Salles se ríe de los usuarios de las redes sociales, de las pretensiones intelectuales y los estereotipos. "La mayoría de los chistes son sobre mis propias obsesiones", dice durante una entrevista con la nacion.
Salles, que tiene 25 años, no había pensado en dedicarse a la ilustración: "Creía que estaba enfilado a ser escritor -cuenta-. Ya estaba buscando la beca para la Sorbonne...".
En 2009, estudiaba Comunicación en la UNAM, cuando la gripe porcina llegó a México DF, donde vive. En ese encierro, surgió Cinismo Ilustrado .
El primer post es una declaración de principios. "Son como diez mandamientos -dice-. Escribí que no habría plagios ni refritos, que sólo tendría contenido propio, y que cuando me aburriera del blog, lo mataría." Ahí también se lee que el sitio no sería "una torre de marfil digital" ni su propio currículum.
"Cuando empiezas un proyecto, la gente no sabe ni quién eres, tienes mucha libertad -cuenta Salles-. Puedes hacer el chiste más negro del universo, o escribir el comentario más políticamente incorrecto, y nadie va a hacer un escándalo porque no eres nadie."
Cuando el sitio cobró relevancia, un publicista lo llamó para trabajar con él. Ahora es director creativo de la agencia JWT, en la que trabaja para Nike, Kit Kat y la Cruz Roja mexicana. Además, Salles da clases en la Miami Ad School, ilustra para el diario 24 horas y las revistas Rolling Stone España, Orsai y Picnic.
-¿De dónde salen las ideas para tus afiches?
-De lo cotidiano, que es obvio y por eso siempre pasa inadvertido. Me gusta mucho incomodar, poner en evidencia cosas cotidianas que no decimos o no vemos.
-¿Por ejemplo...?
-Hace poco publiqué un post que se llama "El oráculo del fútbol", con la hipótesis de que la posición en la que jugaste de niño al fútbol determina tu carácter y tu forma de desenvolverte, y funcionó muy bien porque era cotidiano.
-¿Vos de qué jugabas?
-Yo era defensa si tenía suerte.
-¿En qué lectores pensás para ilustrar?
-Son cosas cada vez más universales. De repente, me ganan las referencias locales, porque soy mexicano, pero, en general, son temas como el amor, la muerte, la religión, la cultura, la pretensión, la inseguridad.
-¿Tenés miedo de quedarte sin ideas?
-No. Si te obsesiona la opinión, ocurre la crisis. Pero si estás todo el tiempo experimentando, nunca dejas indiferente a la gente. La experimentación permite que siempre tengas una idea.
-¿Qué tipo de post genera más incomodidad?
-Cuando me meto con la cultura. La religión ya está muy criticada, pero la cultura sigue siendo intocable. Los libros, el arte, la literatura. Y dentro de la misma cultura es más políticamente correcto reírse de Coelho que de Borges. Si llego a hacer un post burlándome de Borges, viene la Santa Inquisición cultural y me prende fuego.
-¿Te molestan los comentarios negativos?
-En el sitio no hay comentarios, pero en Facebook me han escrito que soy el anticristo o un inculto. Es como el chiste de la señora que llamaba a la policía para denunciar a un hombre que se bañaba desnudo en el río. Cuando le preguntaban: "¿Usted vive cerca del río?", ella respondía: "No, pero voy a verlo". En Internet, muchas veces es lo mismo.
-¿Hay ideas que no te animás a publicar?
-Sí, porque el problema de Internet es que no puedes contextualizar: las imágenes viajan de un sitio al otro, terminan en blogs, todo se comparte.
-¿Estás en el movimiento Yo soy 132, la llamada "primavera mexicana", que tomó uno de tus afiches como bandera?
-No, hice el afiche en ese momento porque estaba de acuerdo con ellos, pero sin la intención de crear la bandera del movimiento. Cuando, después de las elecciones, hice el afiche de que se venía el invierno, algunos se molestaron. Ahora sigue la movida, pero ya no hay un furor, no hay un objetivo tan palpable.
-Te quejás mucho de la "alta cultura" y su hipocresía. ¿No existe eso en Internet?
-Debo aceptar que sí. En principio sí existía esta cosa nueva y naíf de Internet, y sí creo que le ayudó a quitarle a esta alta cultura pedante y pretenciosa el monopolio del arte. Pero ya dentro de esta nueva sociedad digital comienza a haber también jerarquías. Igualmente, siempre existe la posibilidad de que un tipo que no es nadie salga de ahí.
-¿Vos sos ese tipo?
-Sí, porque no hago muchas relaciones públicas ni sé hacer lobby digital. No puedo. Tengo una torpeza social increíble. No soy capaz de fingir empatía por un beneficio, a riesgo de que muchos mexicanos crean que soy un pedante por ser directo.
DE LA WEB A LA MOLESKINE
Salles ironiza sobre series y los hábitos cotidianos
A tres años del primer post de Cinismo Ilustrado, Eduardo Salles está planeando publicar un libro en la editorial Orsai, del escritor Hernán Casciari. "Quizá después del libro, mate el sitio, no sé", dice a la nacion, y asegura no hacer nada si no le divierte. También afirma que quisiera abrir en algún momento su propio "laboratorio social", una especie de agencia publicitaria sin los vicios de la publicidad tradicional.
Aunque al principio coqueteó con la idea de ser incógnito, ya asumió la visibilidad que le toca: "Si estás en Internet, es que quieres ser visto. Si no te quedas haciendo dibujitos en tu libreta Moleskine".
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