Editaba videos, se mudó a México y ahora filma para las marcas más famosas
Alan Scheinsohn trabajaba en una productora como editor, el cliente era MTV 3, una señal latina para Estados Unidos en la que emitía reality shows. Tras dos años en el mismo puesto, hacia inicios de 2012, surgió la posibilidad de un traslado, de un día para el otro. El destino era Ciudad de México, la propuesta tentadora, Alan no se iría solo, sino que con parte de sus compañeros argentinos con la promesa de un año viviendo en el exterior. "Si me decían vamos a Colombia, Inglaterra, yo iba. Fue arbitrario México, quería romper con mi rutina. Me dijeron ¿Querés ir a trabajar a México? Y respondí que sí", explica Alan.
El proyecto terminó durando tan sólo tres meses cuando los realities fueron cancelados.
Para la productora figuraban como monotributistas, por lo que la empresa no tenía ninguna obligación formal hacia él y el resto de los trabajadores. Es ahí donde comienza la verdadera aventura.
Ante esta situación la lógica indicaba que se volviera a Argentina con el rabo entre las patas, pero decidió quedarse. Alan no niega que al principio hubo pánico ante la situación, pero esos tres meses habían sido lo suficientemente buenos como para tomar el riesgo de intentar quedarse en Ciudad de México; Alan vivía en una casa de extranjeros, ubicada en la colonia La Condesa, uno de los barrios jóvenes y más cool de la ciudad, donde se generó una camaradería insoslayable.
Con sus amigos y compañeros de trabajo con los que llegó a México, que se encontraban en la misma situación, se contuvieron y ayudaron ante la adversidad para seguir en el extranjero y conseguir trabajo. Su necesidad y training hicieron que rápidamente lograra poder seguir trabajando como editor y animador de forma autónoma. La facilidad con la que halló nuevas oportunidades laborales por su cuenta y al notar que su talento era requerido, comprendió que había encontrado un nuevo hogar.
Alan y un compañero argentino, empezaron a trabajar freelance con regularidad para un productor. Alan animaba y su amigo editaba, en poco tiempo ambos crecieron dentro de la productora, comenzaron a dirigir comerciales. A los dos años la relación con su jefe comenzó a resquebrajarse por diferencias creativas y ambos fueron despedidos de un día para el otro. Además de la súbita falta de trabajo se sumaba el vencimiento de su contrato de alquiler que no fue renovado por el dueño debido a las descomunales fiestas: Alan quedó sin hogar y sin empleo en la misma semana.
El segundo quiebre
"Eso fue una oportunidad. Voy a hacer mi productora, no me importa trabajar en un bar por la noche con tal de tener el día para poder armar mi proyecto: Dorsia", aclara Alan. Dorsia surgió de la sociedad de Alan y Fernando con Marco, un compañero mexicano también despedido del proyecto anterior. El nombre surge del exclusivo restaurante en el que nunca consigue reserva Patrick Bateman, protagonista de American Psycho, novela de Bret Easton Ellis.
"Empezamos a trabajar como pudimos en septiembre de 2017. Lo que hicimos fue llamar a todas las personas que conocíamos y contarles que teníamos una productora. Llamamos a todo el mundo, hasta a mi tía en Buenos Aires", recuerda Alan.
Alan no tuvo que trabajar ni una sola noche en un bar, en noviembre de ese año se constituyeron como sociedad y de inmediato comenzaron a aparecer proyectos pequeños, hasta que una agencia los llamó y les encargó un proyecto que para ellos fue inmenso: una serie de pequeñas publicidades con tinte documental para una marca de galletitas. El resultado fue el esperado por la agencia, por lo que se hicieron de un cliente fijo, Dorsia ya no estaba en proceso de creación, sino que crecía: ya trabajaron con Nestle, Pringles, Kelloggs, Pepsico, Mercado Libre y Nissan entre otras. En poco más de cinco años Alan pasó de ser un mero editor tercerizado a encargarse de la producción ejecutiva y dirección de su propia productora. Actualmente están abriendo el abanico hacia el mundo de la ficción, comenzando a producir su primera serie.
"Mi idea era quedarme un año en México y volverme. No estaba en mis planes todo esto, armar una productora. En cuanto apareció la propuesta estando en Buenos Aires dije que sí de inmediato. No me veía toda la vida como editor, pero no me imaginaba tener una productora de comerciales ni tan inmerso en el mundo de la publicidad. Todavía se me hace muy loco haberme encontrado tan bien acá".
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