Le costó mucho tomar esa decisión vital en su vida y dejar un sueldo seguro pero, más allá de esa zona de pseudo confort, entendió que empezaba otra etapa nueva
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Cecilia Candioti trabajó durante 20 años en relación de dependencia. Comenzó como secretaria de su papá en su estudio jurídico. Fue cadete, asistente en una radio, pasó por algunas entidades financieras, por la Auditoria General de la Nación, por una petrolera, y siendo asesora administrativa contable en una agencia de cazadores de talentos.
“Hice de todo. Disfruto de los cambios. Algunos dicen que soy inconstante: yo digo que soy un espíritu libre. Por eso, considero que siempre estoy buscando desafíos nuevos. Así como no me gustan los objetos repetidos tampoco me gustan las rutinas. Ni siquiera hago el mismo camino muchas veces para llegar al mismo lugar. Busco opciones y así conozco y aprendo más cosas”.
Sin embargo, hubo un momento en el que comenzó a pensar sobre la posibilidad de hacer un giro en su campo laboral. Su primera hija era muy pequeña y ella viajaba mucho por trabajo. La maternidad fue un quiebre en su vida, más aún cuando tuvo a su segunda hija.
“Estaban muchas horas solas y ya no me agradaba tanto. Ya había empezado a ver otras posibilidades dentro del campo laboral y siempre me había gustado mucho más lo artístico”, cuenta Ceci, que todavía no tenía muy claro cómo iba a ser el día después de largarlo todo.
A Ceci, cuenta, le costó mucho tomar esa decisión vital en su vida. Y no era para menos: siempre había tenido un sueldo seguro depositado a fin de mes en su cuenta bancaria. Pero más allá de esa zona de pseudo confort, entendió que empezaba otra etapa nueva en su vida.
“Los jefes muchas veces no comprenden esos cambios y las decisiones de esta índole son muy personales. Era otra mi motivación, ese fue mi planteo. No indagué en realidad su punto de vista. Solamente lo conversé con mi marido y estuvimos de acuerdo”.
La abuela, su inspiración y la dueña de la máquina de coser
Una de esas noches en las que no podía conciliar el sueño, Cecilia recordó que cuando era chica amaba irse en las vacaciones a la casa de su abuela. Mientras la mujer dormía la siesta, cuenta, ella se sentaba en la mesa del comedor y dibujaba figurines con vestidos de colores.
“Mi abuela Poro es una de mis inspiraciones. Siempre fue coqueta. Con collar de perlas y olor a lavanda inglesa. Me regaló para mi casamiento mi máquina de coser. Nunca debe haber imaginado dónde iba a llegar. Y la amo por eso. Me enseñó que con una máquina y la costura uno crea sueños y los puede cumplir. Me acuerdo hasta de su lata roja de botones”.
¿Qué podía hacer para ser lo más creativa posible, tener tiempo para ella y para su familia y ganar dinero? Fue una pregunta que se hizo a ella misma durante varios días.
Y la respuesta llegó casi sin pensarlo, resultado de observar su día a día. “Al ser mamá llevaba muchas cosas en el bolso y era incómodo. Creé otro, uno que doblaba y quedaba ordenado el mate, los vasos, las galles, los anexos para dos o tres niños. Guardaba en un bolsillo llaves y teléfono y listo. Súper práctico. Al día siguiente solo recargaba lo necesario para ese día porque lo dejaba en el baúl del auto. Las otras mamás lo vieron y les gustó. De ahí hice una docena en lonas de colores y con diseño divertido. En un par de días los había vendido”.
¿En qué consiste su emprendimiento?
Ese fue el disparador. Entonces, entendió que era el momento de crear su propio emprendimiento: CondesaBA, se trata de totes, clutch, neceser y accesorios de viaje que rápidamente se volvieron furor. Comenzó haciendo 12 tote bags que le compraron las madres del jardín al que iba su hija y al tiempo vendía más de 1000 carteras.
Desde entonces, Ceci logró posicionarse en Buenos Aires e incluso en algunas provincias del país como Santa Fe, Tucumán, San Luis y Córdoba. Si bien a lo largo del tiempo se ha adaptado a los cambios y a las necesidades del momento, su fuerte está en la producción de tote bags y accesorios textiles hechos con pasión y amor, personalizados y no industrializados, tal como el primer día.
“Realizo Totes y accesorios de distintos tamaños, mezclando texturas de telas, cintas, colores, materiales. Son de calidad y excelente terminación. Por eso siempre me costó delegar la confección. A la hora de pensar los estampados depende la corazonada que tenga con el lienzo. Es como cuando pintas: tenés un lienzo en blanco y vas armando de acuerdo a lo que hablaste con el que te la pidió o tu estado de ánimo”, expresa Cecilia.
Su emprendimiento fue creciendo de a poco. Al principio, ella misma confeccionaba los productos, pero hace un tiempo conoció a una persona que se transformó en su compañera ideal. “Es apasionada como yo y nos llevamos muy bien trabajando. Dos cerebros, cuando tienen pasión, trabajan más rápido. Y las manos también. Y lo bueno, cuando sabés hacerlo y no te cerrás a aprender, es que crecemos todos. Ella tiene su taller. Entonces aprendí otra cosa: a confiar y a delegar”.
El ABC de CondesaBA es atemporal, básico y clásico. “No me gustan las copias ni lo masivo. A todo le doy un toque personalizado. Propongo una marca con accesorios que se pueden usar diariamente para ir a todos lados y destinada a todas las edades y estilos”.
¿Qué logros fuiste alcanzado?
De 12 a 100. De 101 a 1000. Me quedé sin vacaciones y compré las máquinas industriales. Después compramos la sublimadora e hicimos telas, ojotas, tazas, sets playeros completos. Era divertido el proceso y ver los conjuntos al final. Fui mayorista más de seis años y estuve en muchos puntos del país y en Uruguay.
Abrí un taller. Fue genial sacarlo de casa y tener más tiempo. Lanzamos una línea de viaje allá por 2017. Después llegó la pandemia y arrancaron los cambios. Y volvimos a empezar.
¿De qué manera repercutieron estos cambios en tu vida?
Además de pasión, es el fruto de mucho esfuerzo. Me da alegrías. Me transmite paz estar con cintas, cueros y telas. Me despierta todos los sentidos. Me cura el alma. Es muy raro. Esto y la música me calman la mente.
¿Qué mensajes les darías a las personas que no se animan a dejar sus trabajos en relación de dependencia para emprender?
Que se animen. Que las cosas están puestas para que uno las tome. No es fácil. Nada en la vida es fácil. Pero si no lo tomás como trabajo y lo desarrollás y te capacitás y buscás personas que te ayuden, no hay nada que te pueda detener.
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