Dubsmash, de la risa fácil a la saturación en las redes sociales
La Argentina está entre los países donde esta aplicación tuvo mayor cantidad de descargas; permite filmarse y doblar la voz con frases célebres
Si uno escribiera desde el futuro, casi con seguridad podría contar la historia de Dubsmash, la aplicación del momento, de esta manera:
"Un día, de repente, estalló. Se convirtió en el tema de todas las charlas, alcanzó fácilmente los millones de descargas, se hicieron notas en la televisión sobre el furor que generó entre los famosos y finalmente, en menos de lo que canta un gallo, su fama se apagó. Terminó el hechizo y quedó ahí, olvidada en un costadito digital, junto a tantas otras aplicaciones que pasaron por su misma suerte y que luego de días cortos pero intensos de uso, pasaron a mejor vida con la primera limpieza para liberar memoria en el dispositivo. Fue lindo, pero corto. Fin."
Pero desde el presente habría que decir que el éxito efímero de las aplicaciones móviles es un factor que se escapa del poder de sus creadores. Es el caso de Dubsmash, que en pocos días saturó las redes sociales en la Argentina con una función bastante acotada: filmar a alguien o a uno mismo y doblar la voz con citas de películas, canciones o frases célebres de actores y políticos, entre otras figuras públicas.
Esta aplicación, de la cual se habló largo y tendido durante el transcurso de la semana, llegó directo desde Alemania. Fue lanzada oficialmente hace apenas unos meses, en noviembre último, y sólo en los últimos siete días, después de viralizarse en modo turbo, superó las 15 millones de descargas a nivel global. La Argentina ya se ubica en el top ten de países que más la descargaron para Android en la tienda de Google; además, se encuentra entre las 20 naciones que más bajaron el producto para iOS, el sistema operativo de Apple, según un reporte del sitio Infotechnology.
Natalia Zuazo, una periodista y politóloga especializada en comunicación digital, explica el objetivo de las distintas aplicaciones: "Algunas son para divertirse, otras son útiles, por ejemplo, las que sirven para gestionar la vida diaria, y otras sólo son droga: fáciles, rápidas, dispuestas a mostrarnos ante todos. El objetivo: que nos vean. Nada de esto tiene que ver con las redes en sí, sino con nosotros". Un caso - incluso tal vez ya olvidado - fue la insólita aplicación Yo, cuya única función era enviar un mensaje que decía "Yo" a otro contacto, una interjección de uso común en los Estados Unidos que se utiliza para llamar la atención y que muchos la pronuncian como "iou". Algo tan sencillo batió récords de descargas; eso sí, el éxito fue uno de los más efímeros de los que se tengan recuerdos.
Sin miedo al ridículo y con el objetivo de ganar muchas carcajadas, la era de la tecnología da rienda suelta a esta posibilidad. Las apps se viralizan y se convierten en un canal para reírse de uno mismo y mostrárselo a los otros. Actuar, imitar, jugar y sobre todo compartir. Por eso, entre las distintas aplicaciones móviles fugaces, muchas dirigieron sus esfuerzos a lograr ese cometido y ganar adeptos con una forma de entretener.
Pero retomando el caso Dubsmash, para Zuazo, el éxito de esta aplicación está en que apela a la memoria emotiva: a cosas que nos acordamos de chicos o de adolescentes, que nos hicieron reír, llorar, divertir. Aquí, los usuarios se suman a doblar recordadas expresiones de reconocidas películas como el "llenaron la cocina de humo" de Luis Brandoni en Cien veces no debo o la más reciente "filmame esto, Néstor" de Érica Rivas en Relatos salvajes, sin olvidar frases históricas y archiconocidas de Susana, Mirtha y Moria, por nombrar las más populares.
Natalí Dubin, directora de Comunicación en la agencia Halu Design, admite que, como toda tendencia, llega un momento en que uno es absorbido para terminar siendo parte. "Una noche, comiendo en casa con una amiga, empezamos a grabar el doblaje de la película Somos gemelas. Literalmente fueron 50 veces que lo practicamos, hasta que quedó medianamente presentable y decidimos subirlo. En ese momento entendí que detrás de lo absurdo hubo risas, risas y más risas, que quedaron grabadas gracias a Dubsmash", recuerda. Más allá del grato tiempo compartido, también admite que le genera malhumor ver cómo la gente sube indiscriminadamente un sinfín de videos.
Para Elina Khandjian, dueña del bar Klimt, en Palermo, el éxito de Dubsmash es que es divertido para "pasar el rato", ya sea sola o a veces con amigas. "Buscás un video que te identifique, lo practicás, obvio, con muchas risas de por medio hasta que te sale y lo subís para que todos se rían también", explica. Entre distintos grupos de amigos que hacen públicas sus dotes actorales y su vocación por hacer reír, las tendencias que más se observan son el hacer coreografías de temas musicales pegadizos como "Call me maybe" o más antiguos del estilo "Aserejé", o recrear también alguna escena de Esperando la Carroza y ni hablar de Casados con hijos, con Pepe y Moni Argento a la cabeza.
Como suele suceder en estos casos, los famosos también se suman a estas modas efímeras y, al mismo tiempo, también son un fuerte canal de viralización, dada a la gran cantidad de seguidores que tienen en distintas redes sociales. Calu Rivero, Lali Espósito, Nicolás Maiques, Griselda Siciliani y Dante Spinetta son algunos de los fomentadores de los videos Dubsmash.
En su cuenta en Twitter, Malena Pichot escribió esta semana: "Cada vez que veo un Dubsmash me deja una sensación de angustia bastante importante". Y Malena Guinzburg: "La moda del #Dubsmash me genera tanta violencia como el palo de la selfie". Como fuere, en Twitter muchos comenzaron a hacerse eco de ese hartazgo, aunque la aplicación fue todo un éxito y el hecho de que se hable de ella alienta a que aparezcan más. Muchas más.