Alrededor de un añoso roble, es la opción estrella en un predio de treinta hectáreas que ofrece decenas de modos de hospedaje para reconectar con la naturaleza.
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“Hice el diseño de la casa del árbol en colaboración con el arquitecto Keith Brownlie, del Estudio Beam, de quien me hice amigo después de haberle vendido una propiedad cerca del bosque”. El que nos habla es Guy Mallinson, ebanista con años de formación con distintos maestros y un título del Royal College of Art de Londres. Su proyecto Crafty Camping incluye, además de acampe de lujo en los bosques de Dorset, cursos para trabajar la madera de modo sustentable.
"Se hizo un gran esfuerzo para que la casa no desentonara con el entorno ni lo perjudicara pero que, al mismo tiempo, ofreciera la ubicación perfecta para admirarlo”."
Guy Mallinson, creador de Crafty Camping
Sobre el porqué de la madera en todas sus versiones posibles (hachada, en tejuelas, en tablones bien lijados o en troncos con corteza), Mallinson explica: “Esta casa es una celebración de la madera y del talento de los artesanos que saben trabajarla a la antigua usanza. Seleccionamos las especies por sus propiedades específicas, lo que hizo innecesario usar impregnantes o químicos”.
“Luego de atravesar la ‘puerta de compresión’, se accede a un lugar intencionalmente pequeño; recién después se baja un peldaño para entrar en un espacio alto y circular”.
“Hicimos las paredes bien anchas, de modo que las aberturas tuvieran profundidad. Eso redunda en una impresión de castillo, de ‘fortaleza’ que, a su vez, alimenta la fantasía de estar fuera del mundo”.
“Afinamos gradualmente las paredes, que terminan en un inmenso paño fijo para llevar la vista al roble. ¡El árbol es todo!”
La polea junto a la cama sube o baja la tapa de la claraboya. Para no despertarse muy temprano, pero, sobre todo, para ver –control remoto en mano– el espectáculo del follaje iluminado a voluntad por la noche.
“Los grandes temas de la casa son el deleite y la sorpresa”.
“Lo que más comentan los visitantes son los detalles artesanales y de lujo. Está el que aprecia tener wi-fi también, pero la mayoría se entusiasma con el horno para pizzas y la ducha exterior”.
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