Ante todo, es necesario saber que no hay un límite de edad para padecer el dolor de rodilla y que, cuando se presenta, es necesario prestarle especial atención y no subestimarlo.
El dolor de rodilla no solo es una molestia en la articulación, sino que también puede estar alertando de otra enfermedad como la artritis, lupus, o gota, entre muchas otras, o provenir de una lesión ósea.
Este tipo de lesiones podría requerir de prácticas invasivas para su curación e inclusive de cirugías reparadoras de los tejidos lesionados o recambio de los mismos mediante la colocación de prótesis artificiales.
Cuando una persona se levanta, sale a hacer las compras, se dirige al trabajo o a una cita con amigos, el peso del cuerpo y la estabilidad recaen sobre las rodillas.
El ejercicio físico practicado desde la niñez hasta la adultez puede ser la causa de la dolencia. Otras causas del dolor de rodilla pueden ser el sobrepeso, una mala postura, un golpe, o un ejercicio extremo o mal indicado.
Aunque solo se manifieste como una leve molestia, con el tiempo puede empeorar si no se actúa de manera correcta cuando aparecen los primeros síntomas.
Anatomía de las rodillas
Las rodillas son la articulaciónes más grandes y complejas del cuerpo humano.
Con excepción del tiempo dedicado al descanso reparador, el resto del día las personas se encuentran de pie, caminando, corriendo, torsionando, o flexionando.
Para ello las rodillas cumplen un rol trascendente y en su estructura convergen los músculos, articulaciones, huesos y tejidos necesarios para el movimiento humano.
El dolor de rodilla debe atenderse inmediatamente ya que puede provenir de una lesión en alguno de los tres huesos que allí se unen:
- El fémur.
- La tibia.
- La rótula.
Entre estos huesos se ubican los meniscos externo e interno que cumplen la función de evitar el rozamiento y, con la ayuda del cartílago prerrotuliano, amortiguan las fuerzas de compresión que se producen en determinados movimientos, como por ejemplo, los saltos.
La rodilla está envuelta en una cápsula articular cuya cubierta interna es la membrana sinovial (la encargada de producir el líquido sinovial). Este, junto a otras cápsulas serosas, lubrica las partes móviles.
Los ligamentos son cordones fibrosos y resistentes que unen los huesos de las articulaciones. Según su clasificación, estos son:
- Ligamento rotuliano.
- Ligamento colateral lateral.
- Ligamento colateral medio.
- Ligamento cruzado anterior.
Los músculos de la rodilla son:
- Cuádriceps.
- Bíceps femoral.
- Isquiotibiales.
- Sartorio.
- Recto femoral.
- Vastos.
El riego sanguíneo de la rodilla está dado por tres arterias:
- Femoral.
- Tibial interior.
- Poplítea.
Dolor de rodilla: ¿síntoma de una lesión?
El dolor de rodilla puede ser síntoma de alguna lesión en alguno de los tantos músculos, huesos, articulaciones y tejidos que la componen.
Según las estadísticas clínicas, las lesiones más comunes son:
- Rotura de ligamento.
- Desgarro de cartílago.
- Inflamación de la membrana sinovial.
- Rotura o desgarro de meniscos.
- Fracturas de rótula u otros huesos.
- Distensión muscular o esguinces.
Además de estas lesiones comunes que se pueden originar en cualquier momento, el dolor de rodilla puede ser el síntoma de alguna enfermedad de fondo como:
- Artritis.
- Gota.
- Infecciones.
- Lupus.
- Quiste de Baker.
Tratamientos y terapias para aliviar el dolor de rodilla
Si el dolor de rodilla se produce como consecuencia de un golpe en una práctica deportiva, una de las recomendaciones médicas que suele aplicarse es el frío durante algunos minutos para desinflamar la zona.
Si hay alguien capacitado cuando sucede el infortunio, los masajes también son una alternativa, al igual que algún ejercicio de estiramiento adecuado que permita distender el dolor.
No obstante, la rápida consulta médica es siempre la mejor opción y la más confiable para resolver el problema.
La indicación profesional sumada a algunos estudios como radiografías o tomografías computadas de la zona proporcionarán la terapia más adecuada al caso.
A modo de ejemplo, algunas de las terapias para aliviar el dolor de rodilla consisten en:
- La ingesta de medicamentos recetados para aliviar el dolor.
- Técnicas de drenaje postural.
- Estudios de ultrasonido.
- Aplicación de pomadas farmacéuticas analgésicas de colocación tópica para deshinchar y calmar el dolor.
- Terapias alternativas como la fisioterapia y ciertos ejercicios de kinesiología.
- En casos extremos y de mayor complejidad, cirugía y colocación de prótesis.
Sin embargo, cuando el dolor de rodilla aparece sin previo aviso y genera una gran molestia, hay solo una medida que puede tomar el paciente para intentar calmar la sensación y no exponerse a ningún riesgo: el reposo.
En conclusión, el dolor de rodilla puede estar vinculado a un mal movimiento durante una práctica deportiva o una lesión espontánea, pero también puede deberse a una cuestión genética o aparecer sorpresivamente sin relación a ninguna causa aparente, dando aviso de su existencia en situaciones comunes como subir o bajar por las escaleras.
Por lo tanto, realizar un chequeo traumatológico anual es una buena política para llevar adelante un control de esta articulación tan importante para el sostén del cuerpo humano, además de incorporar todas las medidas de prevención y las buenas prácticas recomendadas para evitar las molestias.
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