Diversidad alimenticia en tiempos de MasterChef

Días atrás, durante una sobremesa, un amigo compartía la inquietud que le transmitió un rabino ortodoxo: quería entender cómo volver cool la comida kosher, si eso era posible. Minutos después, otro preguntaba, por qué la comida krishna no había logrado instalarse en tiempos de vegetarianismo popular. Los interrogantes son válidos: la moral, en estos ejemplos representada en valores religiosos vinculados con el sufrimiento animal o sus características sagradas, está ligada a la alimentación de una manera profunda.

Si sumamos las actuales preocupaciones por la composición nutricional de los productos envasados (ley de etiquetado en debate reciente) o el cada vez más publicitado trazado de los alimentos (que deja de ser cuestión solo de productos orgánicos o restaurantes de altísima gama) podremos concluir que como consecuencia lógica de un escenario de consumo más consciente, la ingesta ha perdido la inocencia.

Los restaurantes ATP en definitiva son una respuesta de adaptación gastronómica a las preferencias y exigencias crecientes de los consumidores. Las restricciones por temas de salud, ecología o, como dijimos, ética nos han vuelto mañosos, quisquillosos, detallistas pero también más tolerantes: pasamos de reductos “exclusivos para” a cartas con vocación ecuménica.

Luego de haber logrado romper el estigma de asado, pizza y pastas con la incorporación de platos, sabores y combinaciones que mostraban apertura desde las geografías y las culturas (de la francesa a la nikei o catalana, de peces de río a carnes exóticas), la comida argentina y su oferta en restaurantes se abre paso a la diversidad: platos magros, sin T.A.C.C. o sin animales pueden encontrarse, al menos como “opción”, en cada vez más menúes.

Aunque el tema no encierre novedad, porque muchas de esas recetas estaban en las casas, en hojas más amarillentas que las de los platos más populares. Sino pregúntenle a Cae (equipo azul) y Claudia Fontán (equipo rojo) cómo lograron encarar en poco tiempo el inclusivo risotto en caldo de remolachas con el que compitieron esta semana en MasterChef ante el escrutinio de Donato De Santis.

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