"Chacal, peligroso, traicionero, mentiroso patológico, artero, parásito infeccioso"... Con todos estos adjetivos definen a John Meehan -nacido en 1959 en San José, una de las ciudades más importantes del estado de California en Estados Unidos. Así lo recuerdan detectives, policías, psicológos, psiquiatras y analistas de comportamiento criminal, como Laura Richards: "Lo llamaban estafador, pero era más que eso, yo diría un depredador serial que no creaba lazos reales, una de las características principales de un psicópata", destaca esta especialista en el documental "Dirty John, The Dirty Truth", que el canal Oxygen lanzó antes del estreno de la serie en Netflix. Armado con los textos y los podcasts del periodista Christopher Goffard, del periódico Los Angeles Times, el documental muestra su investigación sobre la vida y obra de este enemigo público de las mujeres que ostentaba un perfil siempre amoroso, sonriente y acompañado por alguna de sus hijas en todas las páginas de citas en internet.
Dudoso enfermero de profesión, se decía médico anestesiólogo aunque no lo era, adicto a la cocaína y todo tipo de opioides, John pululaba por las redes con dos objetivos: primero enamorar, principalmente a damas millonarias para quedarse con todo lo que pudiera, y luego aterrorizarlas con amenazas y extorsiones varias para alcanzar su objetivo económico.
Los inicios de un extorsionista
Cuando era estudiante, su primera víctima confesa fue Angela Constant en Los Gatos, California. Él le dice que trabaja como técnico quirúrgico, se muestra divertido, amoroso, encantador, seductor, romántico, y Angela cae en sus garras: "Me enamoró, comenzó practicando conmigo y me rompió el corazón". Un día, mientras estaba con Angela, a John le suena su beeper, se disculpa con su novia porque debía atender una urgencia y nunca más aparece.
Su mejor amigo de aquellos tiempos, Joe Loeffler, confirma que empezó a consumir y vender mucha cocaína. Hijo de un padre que idealizaba a los gangsters y le enseñaba a arrojarse sobre los autos, o colocar vidrios en la comida en los bares, para luego demandar a los "infractores", John no respeta siquiera a sus dos hermanas a quienes también ataca y extorsiona cuando lo cree necesario.
Al comenzar los 80 lo arrestan por venta de drogas, pasa un tiempo en prisión, luego viaja a Arizona, ingresa a la Universidad y en 1988 conoce a Tonia Bales, enfermera en Dayton, Ohio. Un día se cruzan en el hospital, él se entera que Tonia trabajaba en el quirófano y al otro día la llama. Bales recuerda que le hacía muchas preguntas. Transcurrido un año se casan y él le regala un anillo de "diamantes". Ante los preparativos de la boda dice que no invita a su familia para no avergonzar a la de su mujer.
En la fiesta, un amigo suyo bromea con su apodo y pone en alerta a su esposa: "Le dicen ‘el Sucio’, ¿quieren saber por qué?", exclama. No hace falta, Tonia lo descubre cuando va al joyero porque se le desprende una piedra del anillo que le obsequió: "¿Sabe que no son de verdad, no?", le consulta el experto, y a Tonia la recorre un sudor frío, el primero de todos los que vendrían.
El terror familiar
Con él tiene dos hijas, Abigail y Emily, pero un día le dice que no es feliz y le pide el divorcio. Bales desesperada y con dos niñas pequeñas no sabe qué hacer. Se le ocurre comunicarse con la madre de su esposo, quien cuando atiende le confía: "Sabía que algún día me ibas a llamar". Le cuenta que su hijo había sido arrestado, que consumía y vendía drogas. Ante la novedad, Tonia revuelve su casa mientras él no está y halla narcóticos con efectos anestésicos. Llevaba diez años de casada, sin sospechar nada, cuando descubre que John enviaba drogas a Ohio, en especial morfina sintética, para Dan, su hermano que tiempo más tarde muere de sobredosis.
La policía encuentra drogas en el hogar que comparten, John escapa a Indiana y amenaza a Tonia: "Disfrutá el tiempo que te queda en la tierra, ¿de acuerdo?". Ella vive aterrada, no logra obtener una orden de la Corte para impedir las visitas y se ve forzada a entregarle a las hijas, que cada vez que se van con él piensan que su papá las va a secuestrar.
Mentiroso patológico sin remordimientos
"John era un mentiroso patológico sin remordimientos, de temer", explica el detective Dennis Luken, que toma el caso en 2002 y logra detenerlo. Pero con cárceles superpobladas, "EL Sucio" sabe cómo comportarse para acortar condenas y buscar nuevas víctimas. Llega el turno de la siguiente, Meg Maggart, en Columbus, Ohio. "Estaba divorciada, con dos niños y baja autoestima. De entrada me hizo sentir una princesa", confiesa Meg. A los tres meses viajaron a México: "El primer día fue precioso, el segundo regresó con un frasco de drogas y se inyectó entre los dedos del pie. Me sentí en peligro", continúa.
Maggart regresa en el primer vuelo y revisando su domicilio encuentra narcóticos y una tarjeta personal de Tonia, la ex de John. La llama, ella le aconseja que se comunique con Luken, allanan la vivienda y lo detienen. A esa altura él está en libertad condicional, sin embargo, porta una pistola Ruger 9 mm. Lo sentencian a un año y nueve meses. Cuando sale de prisión le envía a Meg postales provocándola: "¿Sabes que salí en libertad?". Hasta que la encuentra mientras conduce un auto, la atropella, le rompe una pierna y huye.
"Los psicópatas no anuncian ‘terminé con la etapa Romeo enamora a Julieta; ahora viene mi momento en que te aislo y te atacó’, van realizando el cambio de manera muy sutil", aporta Laura Richards en el documental.
Nuevas extorsiones y dos hijas decididas
Corría 2013 cuando John conoce a la exitosa escritora brasileña Marileide Andersen en un hospital donde trabaja como enfermero cuando ella residía en Laguna Beach. La habían operado del cerebro. Él la visita y la va preparando para que divulgue información personal. Ella comete el error de confiarle que tenía dinero en su país y quería traerlo a Estados Unidos pero que no podía. Meehan la convence para que le transfiera a su cuenta 37 millones de dólares. Y casi lo hace, pero se salva luego de comentar lo que hará con un amigo que la convence de que detenga el proceso.
Cuando John advierte el arrepentimiento de Marileide, la extorsiona. Ella, ya de alta y temerosa, duerme con un cuchillo bajo la almohada. Hasta que Meehan vuelve a caer. En su casa hallan cianuro, armas, un set completo para secuestrar y matar. Él se declara culpable por portación, acoso y robo y recibe dos años de condena. Mientras cumple la pena manda a matar a la detective Julia Bowman, quien también supo estar detrás de sus pasos.
A fines de 2014 vuelve a salir de la cárcel y regresa a los sitios de citas. Venía mudándose de ciudad en ciudad durante décadas. En Newport Beach conoce a Debra Lowell ingresando a Our time, un sitio para mayores de 50. "Fue una maravilla, una sensación increíble. Su perfil tenía todo lo que se desea de un hombre: soltero, doctor, atractivo, se mostraba con hijos en fotos", cuenta Debra, una millonaria diseñadora de interiores, rubia y bella, la presa soñada para "El Sucio".
Cuando salen, él le dice que la siente su alma gemela y empieza a desplegar su operativo para la conquista luego de observar su status y su necesidad de ser amada. Pero se topa con dos problemas insalvables: las hijas de ella, Jacquelyn y Terra, desconfían de todas las actitudes de Meehan. En dos meses de relación, Lowell renta una casa soñada en Balboa en la playa y comienzan a vivir juntos. Al tiempo, sus hijas se van porque descubren sus mentiras y no lo soportan.
Hasta que él le propone casarse y ella comete el error de hacerlo en secreto en Las Vegas. "Sabía que estaba mal, pero igual accedí", relata Debra, que trata de evitar de esta forma que ese falso amor se le escurra. Sobre Meehan pesaban órdenes de restricción de distintas mujeres. Los investigadores lo definen como un camaleón porque creaba la imagen que la víctima requería. Pero mientras John deslumbra a Debra, las hijas de ella buscan y encuentran todo tipo de documentación que demuestra que es un monstruo insaciable.
Le muestran chateos con infinidad de mujeres, papeles con varias identidades de su seguro social, nueve órdenes de restricción por acoso, ahorcamiento y drogas, reportes de investigación por muertes dudosas. De esta manera consiguen que su madre acepte alejarse. Debra contrata a un abogado para anular el matrimonio y cambiar el testamento, eso a él lo enfurece, la insulta, le promete venganza y la amenaza: "Te arrancaré la cabeza sin piedad"
Debra Lowell intenta denunciar los hechos en la policía y recibe como respuesta: "No podemos hacer nada". El peor error de John es comenzar a perseguir a las hijas de su esposa. Primero va a casa de Jacquelyn, a quien amenaza con arrojar al mar. Y el 20 de agosto de 2018 decide atacar a Terra mientras estaciona su auto para ir al trabajo. La espera con una barreta en una mano, se acerca, la ataca. Ella se defiende con todas sus fuerzas. John saca un cuchillo, forcejea, van al piso. El puñal cae muy cerca de la mano derecha de Terra que era diestra y se defiende ferozmente. El final está cerca, pero para quienes quieren ver la serie no lo vamos a spoilear...
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