Chocolate de mentiritas
No todo lo que chocolatea es chocolate. Salvo algunas (poquísimas) opciones carísimas y artesanales, eso negro con sabor a chocolate que los cubre es un baño de repostería hecho a base de grasas hidrogenadas, cacao en polvo, aceites vegetales, colorantes y emulsificantes. Pero no tiene manteca de cacao ni pasta de cacao. Es decir, no es chocolate.
Genealogía
La técnica de unir dos galletas con un relleno de dulce se remonta al siglo X en el sur de España, del reino de Al Andaluz, una receta de indudable raíz árabe. Pero la popularidad que tuvo esta golosina en Argentina en su versión rellena de dulce de leche y bañada en chocolate no tiene equivalencias en ningún lugar del mundo.
Campeones del alfajor
Los argentinos comemos unos 1.000 millones de alfajores al año, lo que equivale a algo así como 24 unidades anuales per cápita. Es un mercado con muchos pequeños fabricantes, aunque los dos primeros productores son Arcor con el 30% del share y Mondelez con el 19%. El país exporta 2.637.487 de kilos de este producto y su principal destino es Chile, que capta un 40%, seguido de Uruguay, con un 20%.
Aditivo I
Buena parte de las coberturas de chocolate (no todos lo detallan en el paquete) usan como colorante el marrón HT (denominado también Pardo HT o E155), una sal sódica, cuya ingesta máxima diaria es de 1,5 mg/kg de peso corporal. Es decir, no se puede abusar, porque en algunas personas puede causar reacciones alérgicas, actuar como liberador de histamina o intensificar los síntomas del asma.
Aditivo II
El dulce de leche –que en muchos casos se elabora con leche en polvo o reconstituida– tiene, en la mayoría de los casos, un aditivo conocido como E 407 (carragenanos). Se trata de un espesante no recomendado para niños y mujeres embarazadas porque puede debilitar el sistema inmunitario.
Los únicos no privilegiados
Sin embargo, el 80% de los alfajores es consumido por niños y adolescentes de 8 a 18 años. La industria reconoce y aprovecha el hecho de que el calendario escolar coincide con los momentos de mayor consumo.
No alimenta
¿Te encanta el alfajor? A todos nos pasa. Una vez más, permitítelo como una golosina o un premio. Pero no consideres que es una colación. Su calidad nutricional es bajísima y te estás metiendo una gran cantidad de aditivos que ni siquiera se especifican en la etiqueta.
Bomba de calorías
Todos los alfajores, y esto incluye los “light” o los de arroz, son productos elevados en sodio, grasas saturadas y tienen una enorme densidad de calorías: aunque digan que la porción es de 100 kilocalorías, considerá que el peso del producto es bajo, y si dividimos esas calorías por 30 gramos de productos, da algo así como 5 kilocalorías por gramo. Una bomba.
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