Difícil de imaginar hace dos años
No suelo sentir pertenencia por el barrio en el que vivo, salvo por mi lugar de origen, Dolores. Pero lo cierto es que estoy en Coghlan desde hace nueve años y siento que se mantiene sin grandes cambios y preserva un aire familiar. Me gusta esa simplicidad que tiene, en relación con la grandilocuencia de los llamados "barrios porteños", es una suerte de isla entre los grandes Villa Urquiza, Saavedra, Belgrano...
Yo lo percibo como una isla, una pequeña porción singular y distintiva. Es, también, una zona que, por esas cosas de la vida, reúne muchos vecinos que se dedican a la música. De hecho, cuando vine a vivir acá no me dedicaba a la música y ahora sí, así que algo debe tener. Y encontrar un lugar como Roldán es una alegría, algo difícil de imaginar hace dos años. Antes estaba sólo Vicente, un lugar muy lindo, cruzando la vía de la estación de tren de Coghlan, que a su vez es una estación muy hermosa. Pero así como Vicente es un ejemplo de tradición barrial de impronta familiar, Roldán le imprimió a la zona algo bastante más parecido a lo que supo ser ese aire palermitano de los comienzos. Por esos años yo vivía allá, entre talleres mecánicos, casas tomadas y señoras tomando mate en la puerta de sus casas. Vi nacer lugares como Grappa o Green Bamboo, propuestas que me parecían quijotescas, que pensé que no perdurarían. Y ahí siguen, exitosos. Roldán fue aceptado por el barrio enseguida, funciona maravillosamente bien y creo que lo logra gracias a cierta sencillez en lo que ofrece, con platos de fácil alcance para cualquier paladar, pero que a la vez tienen gracia, originalidad y una búsqueda elaborada.
Y onda, claro, desde los servilleteros con macetitas hasta la gente que te atiende. Es un lugar que abre todo el día, podés desayunar, almorzar, merendar o cenar a cualquier hora. A mí me gusta especialmente al mediodía, pero ahora en las noches de verano la esquina se pone muy invitante.
No se trata de elegir un lugar sobre el otro. Me gusta salir del barrio, es un modo de salir de mi ámbito cotidiano, de lo doméstico. Me gusta trasladarme. Pero Roldán, a su modo, logra eso. Es, también, un cambio de ámbito, y a pocas cuadras de mi casa.
Actriz y cantante. Se presenta el 18 y el 25 junto a Javier Malosetti en Boris Club (Gorriti 5568).