PAE y la Fundación Temaikèn trabajan en forma conjunta para preservar a esta especie que tiene un rol clave en la diversidad del ecosistema marino.
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Crear conciencia y llevar adelante iniciativas para proteger el ambiente: esos son los objetivos del Día Mundial de Protección de la Naturaleza, que desde 1972 se conmemora cada 18 de octubre. Con el propósito de proteger la biodiversidad, los planes para la conservación de especies resultan vitales, no solo por el cuidado de la fauna amenazada en sí, sino para preservar todo su ecosistema.
Hace años que Pan American Energy (PAE), compañía líder de energía en Argentina y la región, trabaja junto a organizaciones de la sociedad civil y otras entidades privadas en programas que apuntan a proteger especies de alto valor de conservación en diferentes ecorregiones de la Argentina. Es en esa línea que PAE desarrolla acciones con las comunidades locales, siempre con la idea de que las personas interactúen, participen y tomen conciencia acerca del valor que la diversidad tiene para las áreas que habitan.
“El objetivo del Plan de Conservación de PAE es preservar los ambientes en donde desarrollamos nuestras actividades. La clave está en poner la mirada en cómo podemos preservar la naturaleza para continuar teniendo recursos y vida silvestre y que exista un equilibrio en nuestro planeta. Creemos importante que las empresas generen buenas prácticas con el ambiente, y que trabajen con las comunidades locales, generando una red de actores que contribuyan con el entorno y las especies”, cuenta Daniela Antoci, líder de Sustentabilidad de la compañía.
¿Por qué el tiburón gatopardo?
El Plan de Conservación de la Biodiversidad de PAE se articula en diferentes programas. Uno de ellos es el Programa Costero Marino, orientado a preservar especies del mar Argentino, que no solo resultan emblemáticas, sino que funcionan como indicadores de la salud del ambiente. Entre ellas figuran pingüinos, ballenas, pequeños cetáceos y tiburones amenazados.
"La clave está en poner la mirada en cómo podemos preservar la naturaleza para continuar teniendo recursos y vida silvestre y que exista un equilibrio en nuestro planeta."
Daniela Antoci, líder de Sustentabilidad de la compañía
Continuando el trabajo iniciado en Golfo San Jorge, donde se estudiaron los hábitats costeros y las rutas migratorias del tiburón gatopardo, hoy junto a la Fundación Temaikèn, PAE participa de más estudios acerca de esta especie que, si bien es poco conocida, está ubicada al tope de la cadena alimenticia y por eso cumple un rol clave en la regulación del ecosistema.
“Lo que tiene de particular el tiburón gatopardo es que funciona como un indicador de la salud del mar”, explica el responsable de Fauna de la Fundación Temaikèn, Cristian Gillet. Y agrega: “Por eso la información que obtenemos al investigar su alimentación, reproducción y áreas de cría resulta tan valiosa para tomar medidas de conservación que ayudan a promover la supervivencia”.
Según explica Gillet, el trabajo de investigación incluye tanto la tarea de quienes investigan a los tiburones en su ambiente natural como el estudio en condiciones controladas en el acuario de la Fundación Temaikèn. “Estos tiburones bajo nuestro cuidado nos permiten documentar una parte de su vida que sería imposible investigar en el mar, donde además nunca podríamos tener un control tan riguroso de ciertas variables”, describe.
"Lo que tiene de particular el tiburón gatopardo es que funciona como un indicador de la salud del mar."
Cristian Gillet, responsable de Fauna de la Fundación Temaikèn
Julieta Jañez, bióloga y Responsable del Acuario de Fundación Temaikèn, señala que el equipo está enfocado en conocer en profundidad la biología reproductiva del tiburón gatopardo, para lo cual parte del trabajo consiste en medir en diferentes momentos del año el nivel de hormonas y el crecimiento ovárico de las hembras adultas. “Hay que tener en cuenta que se trata de ejemplares de gran porte: tienen entre dos y tres metros de longitud. Para eso contamos con acuaristas con experiencia en el manejo de estas grandes especies a las que una vez por mes se les realiza análisis y ecografías”, precisa la bióloga.
El trabajo conjunto de PAE y la Fundación Temaikèn incluye además la tarea de generar campañas de concientización para contribuir a que el público tenga una percepción mejor de la especie y conocer algo más sobre su relevancia para el ecosistema marino. “Se trata de unir esfuerzos para proteger a la naturaleza. Eso es lo que al fin y al cabo hace que podamos tener un impacto significativo y mucho más fuerte en la conservación de estas especies clave para nuestro país”, concluye Gillet.
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