Día Mundial de la lucha contra el Maltrato Infantil: las cifras en el país y las conductas que hay que desterrar
Desnaturalizar la violencia contra niños y niñas resulta imprescindible en los años de crianza; qué hábitos se deben cambiar durante el confinamiento
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LA NACION
El Día Mundial de la lucha contra el Maltrato Infantil se conmemora el 25 de abril de cada año con el fin de concientizar e informar sobre la violencia a los niños y niñas, así como abogar para desnaturalizar el maltrato que es frecuente en muchas sociedades.
El maltrato infantil, por definición, incluye tanto abusos como desatención de personas menores de 18 años. No solo se trata de la explotación laboral visible en las calles y ocultas en muchos otros lugares, los contextos de irresponsabilidad y abandono también constituyen el maltrato infantil.
Formas de maltrato infantil
Existen distintos tipos de maltrato infantil, entre los que se destacan:
- Psicológico: cuando los hechos de los adultos generan en los niños sentimientos de humillación o descalificación.
- Físico: acciones que provocan daños físicos en el cuerpo de los niños, sean visibles o no, como golpes, quemaduras, fracturas, etc.
- Abuso sexual: cuando un adulto ejerce abusivamente su poder hacia un niño o niña implicando su propia satisfacción sexual.
- Por negligencia: es la desatención de los niños, la no protección ante riesgos y la ignorancia de sus necesidades básicas.
Otras formas se dan en el marco de episodios de violencia que tienen a los niños como testigos del maltrato o abuso sexual hacia terceros.
Diversos estudios afirman que las consecuencias de la exposición a estos hechos arrojan consecuencias parecidas a las que los niños y niñas viven cuando reciben violencia de forma directa.
Cifras del maltrato infantil en la Argentina
Según las los datos publicados por Unicef respecto de un estudio de 2017 en relación al maltrato infantil, en la Argentina, 7 de cada 10 niños y niñas de entre 2 y 4 años sufren episodios de violencia que incluyen castigos físicos y maltrato psicológico.
Dentro de los estudios se encuentran llamativas cifras contradictorias: más del 95% de los argentinos adultos creen que los niños no deben ser castigados físicamente, pero en el 70% de los hogares se aplican estos métodos (y también los de violencia verbal) para la crianza.
Los chirlos, zamarreos, cachetadas y gritos son recursos recurrentes para lo que es considerado una “crianza seria” por parte de muchos padres, pero que dejan secuelas emocionales en la psiquis del niño.
“La violencia hacia los chicos es una problemática global y es especialmente preocupante cuando ocurre al interior de los hogares e involucra a los adultos cuidadores, personas que en lugar de proteger y acompañar a los niños en su crecimiento, los lastiman física y emocionalmente”, sostuvo Roberto Benes, representante de Unicef en la Argentina, en el sitio oficial del organismo.
Aunque la Argentina se encuentra levemente debajo de las cifras globales, no deja de incluir en el segmento de niños de 2 a 4 años un 54,4% de castigo físico, un 62,5% de agresión verbal y un 72,9% de otras prácticas violentas en la infancia.
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