Día del Psicólogo y la Psicóloga: ¿Qué significa el alta en terapia?
La conmemoración se da cada año el 13 de octubre desde 1974, cuando se convocó al Primer Encuentro Nacional de Psicólogos y Estudiantes de Psicología en la ciudad de Córdoba
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¿Qué significa el alta de la terapia? “El alta en la terapia es ese momento esperado en el que habiendo alcanzado los objetivos de la misma se cierra un proceso de trabajo en conjunto”, señala el licenciado en Psicología Flavio Calvo. “Un buen profesional va a tener en cuenta ese momento del alta que va a convertirse en una herramienta más que trabajará junto con el paciente. El final de todo este proceso de terapia conviene que sea hecho de manera gradual, ya que de lo contrario puede resultar en un evento traumático y contraproducente”.
Como cada 13 de octubre, se conmemora en nuestro país el Día del Psicólogo, fecha que se instituyó en 1974, cuando la Confederación de Psicólogos de la República Argentina (CoPRA), entidad antecesora de la actual FePRA, convocó al Primer Encuentro Nacional de Psicólogos y Estudiantes de Psicología en la ciudad de Córdoba. Psicólogos y estudiantes de todo el país unieron sus fuerzas en defensa de la psicología como campo disciplinar específico, considerada como ciencia y profesión.
Este encuentro se erigió como un espacio para pensar y trabajar por los derechos de los psicólogos, por la construcción de una identidad profesional y donde miles de psicólogos y estudiantes de todo el país unieron sus fuerzas en defensa de la psicología.
Con motivo de esta fecha, Calvo, docente y tallerista, reflexionó sobre el final de las terapias. “Muchas veces es bueno cerrar con algún ritual que dé cuenta del cierre de este proceso y que, al mismo tiempo, permita que el paciente sepa que las puertas seguirán abiertas para cualquier consulta. De esta manera también se trabaja la ansiedad y el duelo, que se vive también en un proceso de finalización de la terapia”.
¿Cómo sabe cuál es el momento?, se pregunta el experto. “Los seres humanos viven en constante cambio, se enfrentan nuevos retos, se viven nuevas experiencias. El espacio de terapia psicológica no busca que la persona sea feliz durante todo el tiempo o que nunca vuelva a sentir tristeza, si este fuera el objetivo se hablaría de una utopía frente a la cual la terapia no terminaría nunca”, reflexiona.
Según expone, cuando el paciente llega a terapia se plantea lo que se llama el “encuadre”, un acuerdo que hacen terapeuta y paciente en una primera sesión, donde se informa desde qué línea de psicología se trabaja, cómo se van a realizar las sesiones, se habla sobre el secreto profesional, los costos de las sesiones. También en ese momento se indaga en el paciente sobre cuál es su motivo de consulta, el objetivo de la terapia y qué espera lograr con ella.
En este primer momento, al acordar el objetivo es cuando tanto el profesional como el paciente tienen un parámetro del momento en que este proceso se va a dar por concluido, directamente relacionado con el logro de estos objetivos. “De todas maneras, al ir alcanzándolos el paciente o el terapeuta pueden proponer nuevos objetivos. Las personas vivimos, experimentamos siempre vamos a tener nuevos retos que afrontar”, aporta Calvo.
Según explica, la terapia psicológica no busca que la persona sea feliz durante el máximo tiempo posible o que jamás vuelva a sentir pesar o tristeza. Si este fuera su objetivo, la terapia no acabaría nunca. “El final va a quedar sujeto al acuerdo entre ambos”, apunta.
¿Cuáles son los principales motivos de abandono de una terapia?
Ante esta pregunta, el especialista expone que pueden ser muchos los motivos por los que un paciente deje su espacio de terapia. “Uno de los más comunes es el no conectar con el terapeuta, no poder lograr un buen vínculo entre ambos, ya que no todas las personas conectan de la misma manera”.
Agrega que, en otros casos, el motivo de consulta ya no preocupa y el paciente no se anima a proponerle un cierre al terapeuta. También puede suceder que el paciente vivió cambios en su economía y ya no puede seguir sosteniendo administrativamente ese espacio. Otros sienten que ese espacio no está dando respuesta a su demanda, que no reciben feedback o que no ven los cambios esperados.
“Es importante que el profesional pueda mostrar al paciente que este espacio es de aceptación incondicional y que cualquier cambio o cosa que necesite expresarle al terapeuta siempre será bienvenida como parte del proceso”, agrega.
¿Hay un tiempo estándar de tratamiento en terapia?
“El tiempo de duración de una terapia va a depender de varios factores: los objetivos del paciente, desde qué línea trabaje el profesional, los acuerdos entre ambos, si hay o no una patología de por medio, por lo cual se convierte en un proceso dinámico que no tiene un tiempo definido. Algunos pacientes pueden estar algunos meses, mientras que otros pueden estar algunos años”, manifiesta Calvo.
¿Quién lo decide: el psicólogo o el paciente?
“Poder hacer una buena conclusión de un espacio de terapia no es una tarea simple, sino que demanda conocimiento y delicadeza: para el paciente es un paso importante en la reconquista de su autonomía. Efectivamente, el alta terapéutica es el momento de cierre a un proceso que puede haber resultado concluyente en la vida y emociones de muchas personas, es por esta razón que es importante que sea bien realizado”, expresa.
“Muchas veces, al alta la propone el profesional al ver en el consultante los avances logrados”, dice. De algún modo es una apuesta a que con lo logrado pueda comenzar una nueva etapa desarrollando aún más las herramientas trabajadas en terapia. “Otras veces es el paciente quien la propone, porque considera que ya logró los objetivos planteados en el comienzo de la terapia”.
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