Son más de 6 millones los perros y gatos que viven en situación de calle en el conurbano bonaerense. La adopción puede salvarles la vida.
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En épocas de pandemia, encierros intermitentes y más tiempo para estar puertas adentro, los animales de compañía -que ciertamente alegran la rutina- ganaron protagonismo. En este sentido, muchos se animaron a adoptar y aumentó también el volumen de consumo de productos del sector, a la par de los cuidados y mimos a ellos dedicados.
Los números lo confirman. Hoy ocho de cada diez hogares en Argentina tiene, al menos, un perro o un gato. Estas cifras lo convierten en uno de los países con más altas de tenencia. Y la realidad es que la proporción podría subir aún más. El año pasado especialmente, en los momentos más duros de la cuarentena, muchas familias buscaron el afecto de estos compinches de cuatro patas. Con 11 millones de perros y 4 de gatos en situación de hogar y unos 6 millones de perros y gatos en situación de calle y en refugios, solamente en el conurbano, son muchos los que necesitan una casa donde se los cuide como se merecen. ¿Pero cuáles son los requisitos para que uno se sume al hogar?
Uno más de la familia: los requisitos
Como punto de partida, que el animal sea considerado un miembro más de la familia. Ese es el objetivo que guía la altruista tarea de quienes rescatan, recuperan y dan en adopción a animales en situación de calle. “¿Eso qué garantiza? Que vivirá con ellos, paseará con ellos y le darán buen alimento y atención veterinaria cuando lo necesite. Al igual que lo harían con un miembro de su familia”, enfatiza Eliana Caporale, secretaria de la Asociación Nuestro Amigo Fiel, una ONG compuesta por un grupo de protectores independientes cuya misión es rescatar animales abandonados, perdidos, accidentados, para poder recuperarlos y después buscarles un hogar responsable. Y continúa: “a los interesados les hacemos llegar tres o cuatro preguntas puntuales en el momento del primer contacto, cuando nos piden adoptar. Lo hacemos para evaluar si el animalito que está en adopción es lo que la familia busca y ver si lo que busca es correcto de acuerdo al espacio, grupo familiar, edades, etc. Una vez que se evaluó eso, es obligatorio una comunicación telefónica, donde se produce una conversación, un ida y vuelta que nos permite considerar a la otra parte de una manera muy distinta a la que hacemos leyendo un cuestionario”.
El procedimiento que utilizan en la Asociación Protectora de Animales (APRANI) es similar. “El interesado debe completar un cuestionario que armamos nosotros con las preguntas que consideramos importantes a la hora de adoptar. Por ejemplo, a qué se dedica -para saber si tiene posibilidades económicas para costear un tratamiento veterinario llegado el caso-, si vive en una casa o departamento, si tiene o ya tuvo otros animales, si es mayor de edad, por supuesto, qué haría con el animal cuando se va de vacaciones, entre otras preguntas. De todas formas, el principal requisito es el amor, y eso no aparece en ningún cuestionario”, asegura Alicia Barreto, directora de la asociación que tiene su sede en la localidad de Moreno, en la provincia de Buenos Aires. Estas son algunas de las preguntas que aparecen en el cuestionario de APRANI:
- ¿El perímetro de la casa es cerrado? (por la posibilidad que salga a la calle)
- ¿El animalito estaría adentro? ¿Tendría placa de identidad?
- ¿La casa es apta para el animalito?
- ¿Recibirá atención veterinaria y revisiones anuales?
- ¿Sos mayor de edad?
- ¿El grupo familiar que vive con vos está enterado de este nuevo integrante? ¿Lo aceptan?
- ¿Tenes otros animales? ¿Podrían convivir juntos?
- Realizaremos seguimientos y nosotros llevamos a los animalitos a sus hogares para revisar que sea apto, ¿lo aceptás?
- ¿Qué es lo que te motiva a adoptar un perro?
- ¿Estás dispuesto/a a darle el tiempo necesario al animal para su adaptación? Esto puede llevar varias semanas.
- ¿Qué harás si el animal no se adapta bien a tu hogar?
- En el caso de irte de vacaciones, ¿con quién quedaría el animal?
Visita al domicilio
Superada esa primera instancia y una vez que se llega a hacer el “match” entre el animal y su nueva familia, se concreta la primera visita al domicilio. En algunos casos, se coordina una cita para llevar al perro o gato y acompañar la transición hacia la nueva etapa. “Al llegar a la casa, normalmente la familia está feliz y ansiosa por recibir al nuevo miembro. Nos espera en la puerta, e ingresamos todos juntos. Es el momento más lindo ya que por lo general se produce esa hermosa conexión animal-humano: el animalito recorrerá la casa, se contactará con su familia, con los otros animalitos si los hay, y con sus cosas y lugares destinados para él. Luego se firma un acuerdo con los datos de las personas y del animalito, donde dejamos por escrito además, la fecha en que fue vacunado, castrado, desparasitado y en que se le dio la pastilla contra pulgas y garrapatas. También ofrecemos varios teléfonos de contacto donde pueden comunicarse ante cualquier contingencia”, aclara Caporale.
Una vez instalado en su nuevo hogar, al animal le espera adaptarse y a la familia algunos días y semanas de seguimiento donde los rescatistas evalúan que todo está bien. Es en estos días que se suelen pedir fotos y videos para constatar que los dichos sean coherentes con las imágenes. Y además, se despejan dudas y se ofrece asesoramiento sobre cualquier tema que resulte de interés para el adoptante.
“Nosotros tenemos la idea de que el animalito debe comprender que esa será su casa y su familia por lo cual no nos gusta ir repetidas veces. Ya en el momento de la adopción nos damos cuenta de la calidad humana de la familia. Es un periodo de adaptación de ambas partes. Por lo que, durante los primeros 15 días, estamos en contacto con la familia por fotos, videos y llamadas. Desde el primer minuto en que nos retiramos comienza la comunicación: saber si comió, cómo paso la noche, cómo son los paseos en el caso de los perros, cómo se vincula con los miembros de la casa, etc. Y a los 15 días realizamos la visita. Por lo general, pasa que el perro nos saluda con alegría porque somos quienes lo salvamos pero ya no quiere irse con nosotros, y eso es maravilloso”, dice Caporale.
Marcha atrás
Sin embargo, existen casos en los que el final feliz no logra concretarse. Por lo menos no con esa familia. Son los casos en los que se detectan peligros en la vivienda, o cuando el animal no se lleva bien con otros animales de la casa, o incluso algún comportamiento en el animalito o la familia que indicara que la adopción no va a funcionar.
“Dar en adopción a un rescatado no es una decisión que tomamos a la ligera. La realidad es que se evalúa muchísimo cada caso y por ello son tan importantes las preguntas del cuestionario. Pero siempre hay excepciones. Si el adoptante no quiere tenerlo o no puede, se lo va a buscar. El animal vuelve al refugio con nosotros. Nos ha pasado que no se logran adaptar a otros animales, que el espacio es bastante chico (por esta razón no damos más perritos a gente que viva en departamentos pequeños, lamentablemente ya sabemos que la adaptación puede ser muy compleja). Por eso somos muy precavidos con la decisión ya que no es placentero que den marcha atrás con la adopción, es mucho estrés para el animalito”, reflexiona Barreto.
Grupos sobre perros y gatos en la red
Hoy, en la era digital, Facebook e Instagram funcionan como grandes plataformas para la difusión de actividades relacionadas con la defensa de los derechos de los animales. Allí muestran su labor diario muchísimas comunidades que trabajan incansablemente para rescatar animales y darlos en adopción y tránsito responsable.
En Argentina, más de 4.8 millones de personas forman parte de 41.000 grupos relacionados con perros y gatos en Facebook y más de 1 millón de personas en Argentina forman parte de 3.100 grupos relacionados con refugios, adopción y protección de mascotas en Facebook. Algunos de esos grupos, como S.O.S Mascotas, Mascotas perdidas Alta Gracia, Mascotas Perdidas Balcarce y Ayudando Mascotas Posadas Misiones, están en distintas zonas de todo el país y comparten el mismo objetivo: ayudar a los animales a volver o encontrar un hogar.
Además de los grupos, en Facebook e Instagram abundan las comunidades que promueven el cuidado, adopción y tránsito de mascotas. Algunas de ellas son:
• Adopta un Galgo en Argentina — Instagram
• Patitas en Casa — Instagram
• Zaguates Refugio — Facebook
• Hogar Amor de Galgo — Facebook
• Una Mano x Una Pata — Instagram
Adoptar con el corazón
Todas se mueven por el mismo deseo: rescatar animales en situación de abandono y encontrarles una familia que les pueda brindar una segunda oportunidad. En algunos casos, las consecuencias de la vida en la calle suelen ser muy graves, por lo que la labor de las comunidades es clave para salvar sus vidas. Este es el caso de Gael, un galgo encontrado en Chivilcoy a través de un aviso entre comunidades. Desde el refugio Una Vida Mejor, recibieron a Gael. Como consecuencia de un accidente que sufrió en la calle perdió la movilidad de sus patas traseras y por las severas complicaciones que sufrió se las tuvieron que amputar. Sin embargo, pudo salir adelante y hoy vive feliz en un pensionado para perros discapacitados mientras espera la posibilidad de conseguir una familia con espacio para un arenero (espacio elemental para que él pueda estar sin lastimarse). Gael tiene apenas un poco más de un año de vida y todos los que se involucraron en su rescata y recuperación sueñan con que consiga una familia que lo quiera, lo adopte y lo haga formar parte del grupo.
Por su parte, Álvaro llegó al refugio Patitas en Casa en 2019 luego de ser rescatado de la casa de una acumuladora arrastrando años de abandono, maltrato e indiferencia. Su piel dejaba en evidencia que nunca había sido cuidado, estaba desnutrido, con sarna, lleno de pulgas y garrapatas. Enseguida se dieron cuenta que no sabía lo que eran las caricias, sus señales demostraban que le habían pegado más de una vez y tampoco sabía lo que era jugar con una pelota. Hoy Álvaro es un perrito mimoso y feliz que espera la oportunidad de tener una familia que pueda suplir tantos años de indiferencia. Tiene aproximadamente 6 años, está castrado y vacunado, es tamaño labrador, bastante activo para su edad aunque también disfruta de sus largas siestas en la camita o al sol. Ama y necesita pasear, es muy mimoso y le encanta estar acompañado.
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