Día del beso robado (o no dado): las más hermosas declaraciones de amor del cine
En el día internacional de esta muestra de deseo recíproco, celebramos a quienes se atrevieron a dar el paso en historias de la gran pantalla, y homenajeamos a los que no
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El Día Internacional del Beso Robado, celebrado de manera global todos los 6 de julio, nos permite homenajear a todos aquellos que se atrevieron a desafiar los propios límites -o las convenciones sociales- para cumplir un sueño amoroso. Y el cine tiene miles de historias de amores prohibidos que gracias a la valentía de los protagonistas lograron los memorables besos.
Es también una fecha para recordar a todos esos besos que no se dieron. Besos robados por el temor o la cautela, que nunca se concretaron pese al deseo de ambas partes.
La segunda película de Sofia Coppola, Perdidos en Tokyo (Lost in Translation, 2003) hace del no atreverse un tema central: el personaje principal, para siempre asociado con su actor Bill Murray, se encuentra filmando una publicidad en la capital japonesa, varado emocionalmente, y coincide con Charlotte (una antológica Scarlett Johansson), que acompaña a su esposo en un viaje de trabajo y siente incertidumbre respecto al futuro. Ambos se vinculan en la noche de la ciudad y la tensión crece, pero ninguno se decide a dar el primer beso.
Algo así le pasa le pasa a los personajes principales de El Secreto de sus Ojos (2009), la película argentina dirigida por Juan José Campanella. Ricardo Darín y Soledad Villamil fueron la dupla que interpretó al funcionario judicial Benjamín Espósito y a su superior Irene Hastings, entre los que crece una atracción no declarada que es obvia hasta para el mejor amigo de Benjamín, el memorable Sandoval de Guillermo Francella.
Los 6 de julio inmortalizan esa tensión entre Espósito e Irene, que se refleja en malentendidos, gestos y miradas entre los dos a lo largo de la película como invitaciones, desoídas durante gran parte del film, a perder el miedo a amar.
Pero otras veces la pasión estalla, sin medir las posibles consecuencias. En la primera escena de la película Hannah y sus hermanas (Hanna and Her Sisters, 1986), el personaje de Elliot (Michael Caine) mira a Lee, la hermana menor de su esposa Hannah, en una sala llena de gente y piensa: “Dios, ella es hermosa”. Los dos son cercanos y comparten recomendaciones de libros y discos, pero también ambos están en pareja, sin mencionar las implicaciones familiares.
“Tengo que actuar con diplomacia”, es el último pensamiento desoído que tiene antes de robarle un beso a Lee, que lo corresponde, y ambos comienzan un affaire en lo que es apenas el principio de este clásico del cine, escrito y dirigido por Woody Allen.
También existen los finales felices. La directora Nora Ephron y la actriz Meg Ryan hicieron grandes cosas por el cine romántico de los 90, con películas como Sintonía de amor (Sleepless in Seattle, 1993) y Tenés un email (You’ve got Mail, 1998), pero todo comenzó con Cuando Harry conoció a Sally (When Harry Met Sally, 1989).
En esta película, Meg Ryan y Billy Crystal interpretan a una pareja que pasa del odio al amor en el transcurso de un film, una mezcla de reproches que decantan en una de las declaraciones de amor más memorables del cine moderno. Culmina, claro, con un gran beso, robado a las probabilidades, por lo incompatible de la pareja.
El beso de Julia Roberts que recibe inmóvil un tieso Hugh Grant en el principio de Un lugar llamado Notting Hill (Notting Hill, 1999) es otro beso robado de antología. Después de ayudarla a cambiarse la ropa en su departamento tras haberla mojado en la calle, William (Hugh Grant) deja ir a Anna Scott (Julia Roberts), una estrella de Hollywood, arrepentido por no haber tenido una mejor frase de despedida.
Mientras vuelve resignado al living le tocan el timbre, y del otro lado está Anna, ya con lentes de sol para no ser reconocida por los fans, que le dice que se olvidó una bolsa. La despedida se estira, y cuando se ven frente a frente por segunda vez, ella no duda y le estampa un beso, robado aunque el personaje de Grant lo esperaba desde siempre.
Las mejores escenas de besos robados (o no dados) en películas
El amor no concretado en Perdidos en Tokyo
Los malentendidos y la tensión en El Secreto de sus Ojos
El beso robado en Hannah y sus Hermanas
La declaración de amor y el beso final de Cuando Harry conoció a Sally
Julia Roberts le roba un beso a Hugh Grant en Notting Hill
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