Día del Abrazo: por qué se festeja hoy
Esta celebración nació en Estados Unidos, pero hoy en día se celebra en todo el mundo; ¿cuál es el origen de este día y cuál es la importancia de este gesto?
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El Día del Abrazo se celebra en todo el mundo cada 21 de enero con el objetivo de promover este gesto por el cual las personas expresan su afecto y apoyo entre sí. En este contexto, LA NACION habló con Alejandro G. Roemmers para conocer en detalle la iniciativa que promueve de abrazos universales para difundir mensaje de unión y comunicación física.
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La palabra “abrazo” tiene su origen del latín y quiere decir “acción de rodear con los brazos”. Aunque este término es muy explicativo de por sí, su significado es aún más amplio para los humanos. Su práctica puede ayudar a la salud tanto física como mental, de acuerdo a varios estudios científicos. También combate preocupaciones, soledad, depresión, además de acercar a las personas.
Por qué se festeja hoy el Día del Abrazo
El Día del Abrazo surgió en la década de 1980 en Estados Unidos, más precisamente en el pueblo de Clio en Michigan. Un pastor y psicólogo llamado Kevin Zaborney, que se dedicaba a trabajar con jóvenes delincuentes de Boysville en Mount Morris, fue quien decidió crear esta celebración.
A través de su trabajo, el licenciado en Psicología de la Universidad de Michigan notó que la sociedad estadounidense era reacia a los abrazos, y que estaba relacionado con que se avergonzaban de mostrar sus sentimientos en público, incluso entre familiares o personas cercanas. Es más, observó una falta de espontaneidad a la hora de realizar demostraciones de afecto. En ese sentido, Zaborney concluyó que este gesto debería durar por lo menos 20 segundos como mínimo y que debería realizarse varias veces al día.
Por este motivo, decidió impulsar el Día del Abrazo como una forma de acercamiento de la sociedad, en especial en épocas de desigualdad, problemas sociales y violencia. Decidió entonces ubicarlo en el calendario entre las fechas de Navidad y el Día de San Valentín, es por eso que se celebra un 21 de enero. Con el pasar de los años, se fue popularizando en Estados Unidos gracias a que se incorporó en 1986 al Calendario de Eventos Chase, cuyo dueño era conocido de Zaborney.
Hoy en día, Kevin Zaborney sigue promoviendo esta fecha que, aunque empezó como una festividad nacional en Estados Unidos, tiene un alcance internacional y sigue expandiéndose a distintas naciones.
El abrazo universal por la paz
En la actualidad, que está marcada por la pospandemia del coronavirus y el rol que tiene la tecnológica en la sociedad, el abrazo tiene un peso mayor. Es por eso que aún hay iniciativas que buscan unir a las personas con este gesto. Ese fue el caso de “el abrazo de Asís” o el encuentro “Not Alone” (No estás solo, en inglés) que impulsó el año pasado el escritor, poeta y filántropo argentino Alejandro G. Roemmers.
Se trataron de encuentros en los cuales los participantes se abrazaban para promover la paz mundial. “El abrazo es un lenguaje que trasciende las palabras, es el idioma del corazón, un refugio que nos fortalece, donde se desvanecen las tristezas y se multiplican las alegrías. Es uno de los más grandes gestos de amor que podemos transmitir hacia las personas. En un abrazo se trascienden las barreras del lenguaje y la cultura, y se comunica directamente al corazón. Es un acto de generosidad, donde cada persona se entrega al otro, ofreciendo confort, seguridad y afecto”, reflexionó el filántropo argentino sobre esta demostración afectiva, razón por la que eligió el abrazo para estas acciones.
En diálogo con LA NACION, Rommers explicó cómo surgió esta serie de abrazos universales por la fraternidad. “A fines de abril pasado, fui reconocido por la Orden Franciscana con el Premio San Francesco, un reconocimiento que se otorgó por primera vez en 800 años a una persona, y lo fue por mi modus operandi. Días después quise celebrar este hecho con un abrazo en la Porciúncula del Santuario de Santa María de los Ángeles, en Asís, porque justamente, San Francisco de Asís eligió la amistad como la forma de relación social más importante para su vida”, detalló.
Fue así como se originó el Abrazo de Asís, en honor de San Francisco de Asís. Este buscó inspirar a los jóvenes que participaron de la acción y a la comunidad para tener más sensibilidad hacia al prójimo como a sí mismo. Se trató de un gesto significativo en pos de la paz y el amor entre los habitantes del planeta, con el fin de “destacar la importancia de demostrar el afecto mediante el abrazo”.
En tanto, el encuentro mundial “Not Alone” se realizó en junio del mismo año en la Plaza San Pedro, un lugar emblemático del Vaticano. “Meses después, a partir de esa iniciativa, fui convocado por la Fundación Fratelli Tutti a iniciativa del Papa Francisco, con la intención de amplificar esa acción en la plaza de San Pedro, haciendo partícipe a jóvenes de todo el mundo y a todos los premios Nobel vivientes de la paz. Con esta iniciativa me propuse inspirar a las generaciones futuras a comprometerse a transformar el mundo en un lugar mejor y llamar conjuntamente a construir la amistad social y un paradigma de fraternidad, justicia y paz mundial”, explicó el escritor y poeta. Esta se realizó en simultáneo en otras ocho ciudades del planeta.
Tras esos dos eventos, Roemmers quedó “felizmente sorprendido al ver el compromiso de la gente y el entusiasmo”, y con la esperanza de que este tipo de gestos de hermandad y bondad. Y agregó: “Es increíble cómo un gesto tan pequeño, pero de unidad como el abrazo, puede llegar y ser comprendido por todo el mundo”.
“Actualmente vivimos en una era donde la tecnología y la digitalización han transformado nuestra forma de comunicarnos, lo que lleva a que, a menudo nos distanciemos. Los abrazos son un refugio en un mundo acelerado, un momento de pausa y profunda humanidad, durante el cual prevalece el lenguaje universal de la comprensión y el afecto”, evaluó el poeta sobre el valor que hoy en día tiene esta demostración afectiva.
Por un lado, puntualizó que la pandemia “nos ha hecho redescubrir la importancia fundamental del contacto humano, del contacto físico”. En ese sentido, observó: “El abrazo, algo que antes podíamos dar por sentado, se convirtió en un acto cargado de significado, anhelo y a veces, hasta de desafío”.
Esto se acentúa al tomar en cuenta como factor la tecnología y su influencia hoy en día. “La era digital, con sus pros y contras, ha resaltado la carencia de calidez y presencia que solo el contacto humano directo puede ofrecer”. De todos modos, destacó que la tecnología “se puede utilizar como un medio para transmitir amor, y no solo violencia o imágenes tristes”. Al respecto, señaló: “Como sociedad, podríamos usar las redes sociales para abrazarnos fraternalmente, en lugar de transmitir odio. No podemos frenar una guerra, pero sí cambiar la conciencia a través de estas redes”.
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