Detrás de la cámara
Antes de que Phil Oh y Scott Schuman emergieran en la industria de la moda como fotógrafos del streetstyle, Bill Cunningham ya contaba con más de 30 años de experiencia reportando para el New York Times. Altamente respetado y querido, el fotógrafo murió el mes pasado a los 87 años, y dejó a todos con una melancolía especial.
Fácil de reconocer por las calles de Nueva York, siempre montado a su bicicleta con su característica campera azul y pantalones marrón claro, él buscaba lo particular en lo cotidiano, para que todos los domingos los neoyorquinos se deleitaran con las dos páginas de estilo que fotografiaba y editaba para el diario. Bill te veía llegar y, con su sonrisa tímida pero picarona, te analizaba antes de decidir si eras digna de su foto o no.
Nunca me voy a olvidar de la primera vez que me fotografió. Yo llevaba un vestido de vuelo ancho, quizás poco favorecedor, pero me encantaba y a él también. En momentos en los que los fotógrafos del streetstyle se multiplican en cada Fashion Week, el criterio estético parece inexistente; ellos retratan a los que pasan por la puerta de un desfile, sin importar qué lleva puesto, sino quién es. Bill parecía que trabajaba para otra industria y que, claro, pertenecía a otra generación. Respetuoso y cortés, jamás le gritaba a nadie: él esperaba el momento indicado para tomar la foto. Se dice que nunca fotografió a Kim Kardashian y que ha llegado a ignorar a grandes estrellas (incluso a Anna Wintour) por no llamarle la atención lo que llevaban puesto.
Ocupaba un lugar privilegiado dentro de la industria, aunque alguna vez se le negó la entrada a un evento sólo porque el encargado de la puerta no lo reconoció. Paciente, él esperó a un costado hasta que lo autorizaran. Lo vi por última vez en la Gala del MET. Fue uno de los pocos fotógrafos acreditados dentro del evento y, como siempre, portaba su sonrisa y cámara en mano.
En 2010 el interés por su trabajo se intensificó cuando Richard Press produjo un exquisito documental sobre su vida; sin embargo, nunca cambió sus costumbres. Su ejemplo me enseñó que se puede ser exitoso en el mundo de la moda y buena persona a la vez.