Se conocieron en una diplomatura y encontraron mucho más que un compañero con quien hablar
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Ninguno de los dos hubiera imaginado que esa diplomatura en finanzas a la que se habían anotado para cursar de forma presencial, pero que la pandemia modificó a virtual, iba a convertirse en un hecho tan significativo en sus vidas. Y así, zoom mediante y con la necesidad de adaptarse a las nuevas reglas de juego, comenzaron a interiorizarse en el programa que les ofrecía la casa de estudios que brindaba la formación. Pasaron dos meses hasta que intercambiaron algunas palabras.
En realidad, él ya había reparado en ella, aunque de modo superficial. Sí, era cierto que le parecía aplicada, inteligente y con intervenciones interesantes. Pero todas esas percepciones quedaban de un lado de la pantalla. Hasta que tuvo la necesidad de pedir unos materiales y pensó que ella seria la persona indicada para facilitárselos.
“Lo que más me sorprendió en nuestra primera conversación fue la conexión que teníamos y cómo fluía todo. Sentí que estaba hablando con alguien que conocía de toda la vida. Y no solo eso, sino que era como que ella conocía absolutamente todo sobre mí. Me sentí tan cómodo que pasó el tiempo sin notarlo y la conversación que iba a durar cinco minutos se extendió por más de dos horas”.
Después de ese primer encuentro, los dos sabían que estaban en una encrucijada. Iba a ser imposible e impracticable romper el lazo que se había generado entre ellos. De modo que continuaron con las conversaciones, que pronto se hicieron diarias y a cualquier hora del día. La intención era mantenerse al día sobre las novedades del otro, saber cómo estaba y pasar un rato en buena compañía.
“Me perdí en su mirada y nunca más pude salir”
Luego de cinco meses acordaron encontrarse para tomar un café. Como todavía existían algunas restricciones por la pandemia, compraron la bebida caliente para llevar y se sentaron a disfrutarla en el auto. “No estaba nervioso, al contrario, sabía que me iba a sentir muy cómodo en su compañía. Nos dimos un abrazo y mi sensación fue nuevamente de estar abrazando a alguien que conocía de toda la vida o tal vez de alguna otra vida. Pero eso no fue todo. El tiempo que estuvimos en el auto pasó algo mágico: de pronto, un rayo de luz que se coló por el techo de vidrio del auto, le iluminó solo sus ojos, como si fuese un reflector dirigido por alguien para iluminar solo su mirada. Y fue en esa mirada que me perdí y nunca más pude salir. Aún sigo viviendo en esa mirada. Mi atención y todo mi ser continúan ahí paralizados sin poder hacer nada. Creo que esa tarde, comencé a amarla sin sentido, sin quererlo, sin aviso, sin notarlo ni saberlo, el amor me sorprendió descubriéndola y descubriéndome”.
“Ahora el paralizado soy yo”
Todavía él no logró hablar con su pareja sobre lo que le está pasando y continúa en esa relación sin salida. “No sé si es por no lastimar o por el miedo que me da que sea verdad lo que vivo y siento. Quizás es porque descubrí un amor puro, transparente, de esos que no se buscan, que te encuentran disfrutando y los sentidos lo delatan. Y ahora el paralizado soy yo. Descubrí que el amor solo puede existir cuando estamos libres de expectativas y solo deja lugar al asombro de descubrir en el otro la definición de quien verdaderamente somos”.
Almas gemelas y magia por descubrir
Y así, en un torbellino de sentimientos, aquellos compañeros de cursada se declararon un amor único e inimaginable, uno que jamás habían esperado ni buscado y que sucedió sin quererlo, casi de casualidad. De hecho, están convencidos de que son almas gemelas. “Es increíble, pero cuando alguno de los dos piensa algo, el otro le pone las palabras exactas; como si estuviéramos en el pensamiento de la otra persona todo el tiempo. No necesitamos hablar para entendernos o interpretarnos. Hace un tiempo leí un decálogo de 25 puntos de las almas gemelas y éramos compatibles en los 25. Fue tan sorprendente que cuando terminé de leerlos me reí pensando en que había sido escrito para nosotros”.
Mientras, ella decidió poner fin a una relación que había empezado y está esperando a su compañero para iniciar un camino juntos. “Sigo paralizado, pero siento que si me olvido de ella, me olvido de mí. Por eso creo que la vida en un futuro no muy lejano nos va a dar la oportunidad de poder descubrir hasta dónde llega la magia”.
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