Descubren la verdad detrás de una rara “momia de barro” nunca antes vista en Egipto
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Un equipo de investigadores descubrió una manera desconocida de preservar los cuerpos en el antiguo Egipto luego de analizar una “momia de barro” que se encontraba en el museo de la Universidad de Sídney (Australia), la cual había sido comprada por un coleccionista llamado Charles Nicholson en 1860.
Los arqueólogos sometieron a la momia a una tomografía computada y hallaron, además, que quienes vendieron la momia a Nicholson lo engañaron, ya que el ataúd es 200 años más joven que el cuerpo que había dentro y pertenece a una mujer que tenía entre 26 y 35 años al momento de su muerte.
“Los comerciantes locales probablemente colocaron un cuerpo momificado no relacionado con el ataúd para vender un ‘juego’ más completo, una práctica bien conocida en el mercado de antigüedades”, consignaron los investigadores en un estudio publicado en PLOS (Public Library of Science), un proyecto sin fines de lucro que nuclea una basta red de revistas científicas.
Las momias profanadas y el tratamiento con barro
En 1999, cuando otros científicos revisaron la momia de 3400 años de antigüedad, ya notaron que era inusual y una tomografía de ese momento reveló algo extraño en su interior, destacaron en el sitio de divulgación Live Science.
Pero cuando un nuevo equipo de investigadores volvió a escanear la momia en 2017, descubrieron detalles desconocidos, como un raro recubrimiento.
Los arqueólogos australianos determinaron que, después de su muerte, la mujer fue momificada y envuelta en telas, pero, más adelante, sus restos fueron dañados en “circunstancias desconocidas”, especialmente la rodilla izquierda y la parte inferior de la pierna.
La hipótesis más aceptada es que habrían sido profanadores de tumbas y que alguien se encargó de repararla “dentro de una o dos generaciones desde su primer entierro”. Este trabajo implicó “volver a envolver, empacar y rellenar con textiles y aplicar el caparazón de barro”, en un complicado “sándwich” de tierra.
“Aparentemente, el barro se aplicó en láminas mientras aún estaba húmedo y flexible”, dijo Karin Sowada, investigadora del Departamento de Historia y Arqueología de la Universidad Macquarie en Sídney. “El cuerpo se envolvió con lino, se aplicó el caparazón y luego se colocaron más envolturas sobre él”.
Pero la momia de esta mujer que habría vivido hace más de 3000 años en Egipto sufrió otro sobresalto y fue dañada nuevamente, en el lado derecho del cuello y la cabeza. “Este daño fue más reciente y provocó la inserción de clavijas de metal para estabilizar las áreas dañadas en ese momento”, dijeron los investigadores.
Como señalaron en el estudio, esta “momia de barro” no es la única momia egipcia antigua sujeta a reparación post-mortem: el cuerpo del rey Seti I fue envuelto más de una vez, al igual que los restos del rey Amenhotep III, abuelo del rey Tut.
Sin embargo, el caparazón de barro de la mujer es algo totalmente novedoso para la historia de la arqueología moderna. “Es un descubrimiento realmente nuevo en la momificación egipcia”, dijo Sowada. “Este estudio ayuda a construir una imagen más grande y matizada de cómo los antiguos egipcios trataban y preparaban a sus muertos”.
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