Deco para un modo de vida "slow"

La dueña de casa se animó a un ritmo de vida más relajado,en un refugio con arte y verde en perfecta sintonía




El deck hecho por su marido con hamaca paraguaya que llama a relajarse y sector social sin límites, conectado con el verde

El deck hecho por su marido con hamaca paraguaya que llama a relajarse y sector social sin límites, conectado con el verde - Créditos: Inés Tanoira. Producción de Ale Altamira

Se propuso cambiar su estilo de vida, con la idea de bajar un cambio en la vorágine diaria, crear su emprendimiento y dedicarse de lleno a la maternidad. La cabeza le hizo un clic, los planetas se alinearon y con su marido se embarcaron en una nueva aventura. Eso sí, más tranquila. Encontraron esta casa como un hallazgo, después de mucho buscar. Y ella, como buena escenógrafa, la imaginó como una caja vacía para crear de cero y sin apuro: tiraron paredes, unificaron espacios y la abrieron por completo al jardín, con un deck de madera y una galería que conecta con su taller, ese rincón que le da la paz necesaria para crear con las manos. Bajó del tren en marcha y se encontró con una vida más pausada y feliz. Y mientras charlábamos, el día regaló una postal perfecta: chispitas de lluvia, mezcladas con sol, y olor a tierra mojada: “Estas son las cosas que amo de este lugar, es como recuperar un espacio dentro de nosotros”. Así es hoy la vida de Jimena Soldo (dueña de la tienda María Paraíso).

La hora mágica

Créditos: Inés Tanoira. Producción de Ale Altamira

Es ese momento del día en que disfrutan en familia, la enorme recompensa que les dio el cambio de vida.

Créditos: Inés Tanoira. Producción de Ale Altamira

Pasan horas en el jardín los cuatro: juegan, se relajan, hacen picnics, cuidan sus plantas y hasta tienen su compost y cultivan sus propias verduras.
La mesa de la cocina es de los años 50 y combina perfecto con las sillas que heredó de su abuela a la que le sumó la silla stokke tripp trapp roja. Las estanterías son de madera paraíso y las ménsulas de hierro

La mesa de la cocina es de los años 50 y combina perfecto con las sillas que heredó de su abuela a la que le sumó la silla stokke tripp trapp roja. Las estanterías son de madera paraíso y las ménsulas de hierro - Créditos: Inés Tanoira. Producción de Ale Altamira

Amplia y conectada con ese exterior, la cocina también es un lugar de encuentro: “Nos gusta mucho cocinar juntos y tomarnos un traguito a la tarde, cuando empieza a caer el sol”.

Mundo interior

Créditos: Inés Tanoira. Producción de Ale Altamira

Pocos muebles y objetos, pero muy queridos. Sobre la cama, una foto enmarcada de su amiga Natalia Marcantoni se roba las miradas. Lo mismo que las mesas de luz con su dúo de veladores dispares que no buscan combinar entre sí. Sobre la suya, libros a los que recurre para sumergirse en otros mundos. “Amo el de la ilustradora Marina Haller, con quien hice alianza para mi tienda: ella hizo dos ilustraciones y yo las imprimí en cerámica. ¡Me encantó el resultado!”.

Tiempo circular

Espejitos, cuencos y jarras de cerámica de su tienda. La mesa antigua de trabajo estaba en la casa cuando llegaron y el mueble detrás la acompaña en cada mudanza: “Lo tengo de toda la vida y ¡todavía sobrevive!”.

Espejitos, cuencos y jarras de cerámica de su tienda. La mesa antigua de trabajo estaba en la casa cuando llegaron y el mueble detrás la acompaña en cada mudanza: “Lo tengo de toda la vida y ¡todavía sobrevive!”. - Créditos: Inés Tanoira. Producción de Ale Altamira

Es su lugar. Ese espacio donde crea y desarrolla su arte, sin pensar en el tiempo. En las estanterías, hay piezas suyas y otras de manos artesanas que compró en viajes, como los muñecos hechos por mujeres de Chiapas, que trajo de México: “Me gusta buscar al que lo hace, conocerlo, entender su arte y enamorarme del objeto”. Para, después, ofrecer en su tienda objetos únicos e inspiradores.
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