De la fama al dolor: el calvario que vivió Daniel Craig por interpretar a James Bond
El actor se despide para siempre del 007 con el estreno de su última película No Time To Die; en un documental de Apple TV+, relató el infierno que atravesó en los rodajes
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En sus 15 años como 007, Daniel Craig disfrutó de todos los éxitos de ser el espía más famoso del mundo, pero aseguró que el papel no es siempre lo que parece. A poco tiempo del esperado estreno de No Time To Die, el próximo 30 de septiembre, el actor reveló que tuvo que luchar con las presiones de asumir el rol de James Bond en lugar de Pierce Brosnan y dijo que, con frecuencia, se sintió mal tanto física como psicológicamente.
En el documental de Apple TV+ Being James Bond, Craig admitió que al principio se mostró reacio a aceptar el papel. Con absoluta sinceridad, les dijo a los productores: “No sabría qué hacer con él”.
Además, contó que, después de conseguir el protagónico, se emborrachó tanto con Martinis, la bebida preferida del espía, que tuvo una resaca de tres días. Y agregó que, cuando finalmente fue anunciado como el sexto Bond cinematográfico en 2005, se quedó despierto toda la noche leyendo las reacciones negativas. Daniel, de 53 años, describió: “Leí todo. Y fue duro, realmente duro y lleno de odio. Pero sabía que la película iba a ser buena, que estábamos haciendo algo especial”.
Respecto de la fama mundial que le dio el rol, el actor admitió que no se sentía preparado para tanto escrutinio: “Mi vida personal se vio afectada por ser tan famoso de repente. Solía encerrarme y correr las cortinas. Me sentía asediado física y mentalmente. No me gustó el nuevo nivel de fama. Fue Hugh Jackman quien me ayudó a aceptarla y apreciarla”.
En el documental de Apple TV+ también hablaron los productores de las películas, Barbara Broccoli y Michael Wilson. Barbara recordó que había visto a Daniel por primera vez en la serie de televisión Our Friend in the North de 1996 y que estaba decidida a contratarlo para la película a pesar de su desgano: “Siempre pensé que cuando él estaba en la pantalla no se podía mirar a nadie más. Está iluminado desde adentro. Estaba claro que es una estrella de cine y un gran actor”.
Wilson agregó: “En ese momento de su carrera no se lo consideraba un actor principal, sino más bien un gran actor de reparto. Barbara y yo pudimos ver que, en realidad, era un protagonista”.
De hecho, Craig nunca había considerado ni por asomo convertirse en Bond. “En lo que a mí respecta, ya tenía más éxito como actor del que nunca había imaginado y, además, no tenía una personalidad genial. Pierce había hecho Remington Steele, Roger Moore había sido The Saint mientras que yo solo había actuado en películas artísticas extrañas. Fue difícil aceptarlo”, reconoció.
Después de tomar el protagónico, se comprometió a entrenarse para desarrollar músculo: “Tenía que parecer que podía hacer el papel. Conocí a un fisioterapeuta a quien le dije que quería cambiar mi musculatura y lo hicimos siete días a la semana a partir de entonces”.
A pesar de no estar en su mejor forma física, Daniel soportó el dolor insoportable y el trauma psicológico de lastimarse durante el rodaje de Casino Royale. La segunda película, Quantum of Solace, también se vio obstaculizada por una huelga de escritores de Hollywood de 100 días y un guión que “no era tan bueno”.
Para compensar las debilidades de la historia, el actor confesó que se ofreció como voluntario para cada truco de la película, pero que no le fue bien con esa decisión: “En retrospectiva, fue un gran error, porque me lastimé gravemente. Estaba abrumado”. En términos de éxito cinematográfico, Skyfall, ganadora del Óscar en 2012, logró que olvidara las caídas de Quantum y fue un momento emotivo para Craig, que tuvo que despedirse de su coprotagonista, Judi Dench, después de que su personaje M fuera asesinado tras filmar tres películas juntos.
En 2015, el actor volvió a salir herido mientras filmaba Spectre: “Me divertí mucho en esa película, pero parte del problema fue que me rompí la pierna. Tuvimos que elegir si podíamos cancelar por nueve meses y operarme o seguir adelante. Yo no quería cancelar así que usé una pierna biónica durante el resto de la filmación. No fue lo mejor porque me distrajo mucho”.
Fue este daño físico lo que llevó a Daniel, entonces de 47 años, a comentar que “prefería cortarse las venas antes que volver a interpretar a Bond” después del estreno de Spectre. “Necesitaba un descanso. Necesitaba desconectarme. Realmente me sentí psicológicamente mal al final de esa película, demasiado viejo”, dijo sobre aquella experiencia.
Luego, a pesar de su resistencia, fue persuadido de repetir el papel para No Time To Die, convirtiéndose en el actor con más años de servicio como 007. Craig se dio cuenta de lo que significaba para él dejar el papel cuando tuvo que despedirse del equipo una vez que finalizó el rodaje. En la última parte del documental, manifestó: “Miro hacia atrás y estoy increíblemente orgulloso de cada película. No es fácil dejar este rol. Puedo hacerme el despreocupado al respecto, pero es difícil. Y no se trata de dinero y de fama, sino de lo afortunado que fui de haber podido hacer esto”.
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