La construcción es de 1920 y fue hecha por europeos que llegaron para las obras del ferrocarril. El menú es en base a productos de la zona y solo de estación
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CORDOBA.- La Baguala fue construida en 1920, sus dueños originales Mauricio Andrei y Minima Andrei llegaron desde Europa a La Cumbre para la construcción del ferrocarril, como todos los inmigrantes de aquellos años, en especial los ingleses. Hoy la casona -después de muchos años cerrada- es un restaurante y posada boutique. La ciudad del Valle de Punilla cordobés fue declarado hace un año “poblado histórico nacional” por un decreto presidencial.
La reconversión del lugar estuvo a cargo de Mayu Pilsel y su pareja Ignacio Dematteis, quienes sumaron a Franco Giandana y al chef Juan Camps. La casona está a tres kilómetros del centro de La Cumbre, camino a la Estancia del Rosario, a cuya construcción también estuvieron vinculados los Andrei. Allí, en 1924, Felicia Johnston de Grasset empezó a elaborar mermeladas con sus recetas británicas en pailas de cobre y dio el primer paso para la fábrica de alfajores más antigua de Córdoba.
La Baguala es de arquitectura inglesa, como todas las construcciones de esa época. “Casi todas tienen la misma infraestructura, los mismos herreros y arquitectos -cuenta Pilsel a LA NACION-.Es de una familia amiga y con mi pareja siempre fantaseábamos con lo que se podía hacer allí. Con la pandemia surgió la necesidad de irnos de la ciudad de Córdoba y le dimos forma concreta al proyecto”.
La mudanza incluyó la refacción y remodelación sin modificar las características originales de la construcción. El objetivo fue ponerla en valor. Conservaron buena parte de los muebles antiguos -menos las camas-, recuperaron el parque que tiene una arboleda centenaria y la huerta en forma de terraza.
La casona cuenta con una capilla que, por las características de sus paredes, es la más antigua de las construcciones. “No había imágenes religiosas -en la casa sí hay un cuadro hecho con cerámicas pintadas de la Virgen del Rosario-, pero la gente más vieja recuerda que allí se hicieron ceremonias de matrimonio y hay testimonios de actividades religiosas en los ‘20″.
Los cuatro cuartos dobles de la posada llevan nombres y colores inspirados en hierbas de la zona: Peperina, en azul; Carqueja, en verde seco; Marcela en terracota y Suico, en amarillo opaco.
El emprendimiento incluye una tienda-taller, donde además de comercializar artesanías de la zona (de donde son los tejidos y las cerámicas del hotel y el restaurante) , producen los jabones y las infusiones que se usan en el restaurante y la posada. “La idea siempre fue trabajar con lo local, desde los artesanos a los productores de alimentos -dice Pilsel-. La huerta ya está produciendo y lo que da se usa en nuestro menú, igual que los frutales”.
Un menú que cambia con la estación
El menú varía conforme a la estación, siempre priorizando los productos locales y estacionales. “Cocina de autor”, define Pilsel. En la carta se destacan una “choco pino”, una torta húmeda de chocolate con helado de hongos de pino de la zona; las empandas de camarón de río con queso; la lasagna rota con hojas de remolacha de la huerta y crocante de maíz y un falso cus- cus de chía y maní.
La vida de Pilsel está atada desde siempre a La Cumbre; su mamá Alejandra Juárez creo en soledad la reserva de monos Carayá, donde hay 170 primates, además de otros animales que están allí después de haber sido rescatados de casas. Los Carayá, oriundos del noroeste argentino y de la selva sudamericana, son los mamíferos más comercializados ilegalmente en la Argentina. La reserva -360 hectáreas abiertas al público- está muy cerca de La Baguala.
Alojarse o disfrutar de una comida en La Baguala, permite además visitar la zona. En Cruz Chica -a unos pocos kilómetros del centro- está El Paraíso, la casa donde vivió Manuel Mujica Lainez; el hotel Reydon que data de 1922 cuando lo crearon Raynor John Runnacles y su esposa Kate Jane Walford y que fuera una estancia en el 1600 “piedra y techos de paja”. De los ‘20 hay varias construcciones del arquitecto León Dourge , todas de estilo neoandaluz.
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