Hoy, la quinta de Don Torcuato donde el ex presidente pasó 167 días de arresto domiciliario, es solo un recuerdo; un singular emprendimiento crece en el lugar
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El 7 junio 2001, el juez federal Jorge Urso ordenó el arresto de Carlos Saúl Menem acusado de ser el jefe de una asociación ilícita que desvió 6500 toneladas de armas y municiones a Ecuador y Croacia, y por la falsificación del contenido de tres decretos presidenciales. Por ser mayor de 70 años, el ex presidente fue beneficiado con la prisión domiciliaria. La garante de que el ex presidente respetaría los términos de su detención y velaría por su salud, fue su mujer , la ex Miss Universo chilena, Cecilia Bolocco.
Tras evaluar las distintas alternativas, entre las que se barajó el departamento que el ex presidente compartía con su mujer en Martínez o algunas de las propiedades que su hija Zulemita poseía en la Capital Federal, Carlos Menem se decidió por la quinta de su gran amigo Armando Gostanián, un funcionario emblemático de la década de los noventa, en Don Torcuato.
Armando Gostanián, quien murió ayer en el sanatorio Mater Dei, a los 88 años, fue el dueño de la conocida casa de corbatas y camisas Rigar’s, y mantuvo una estrecha amistad con el ex presidente. Su relación nació en los ‘80, cuando Menem era gobernador de La Rioja.
Durante los dos mandatos de Menem como presidente, el empresario ocupó el cargo de director de la Casa de la Moneda de Argentina. Su nombre ganó popularidad cuando lanzó los “Menemtruchos”, dos series de billetes impresos en papel de moneda de curso legal con la cara del riojano en ocasión de su cumpleaños número 60. “Un valor que estabilizó el país”, era el lema grabado en los billetes. Aunque la maniobra fue investigada por la justicia por malversación de fondos públicos, Gostanián resultó sobreseído. También estuvo investigado en otras causas de corrupción por su desempeño en la función pública.
Veinte años más tarde, la casa quedó reducida a escombros. Sin embargo, los vecinos aun repiten viejos cuentos con tono de leyendas. Hablan de túneles secretos que atravesaban la propiedad e incluso hay quienes aseguran que existió un doble de Carlos Menem que lo “cubría” por las noches para que el ex presidente pudiese salir tranquilo. “Siempre salía en auto blindado”, insisten. Nada que remita a aquel momento de gloria de la quinta sigue en pie. Ni siquiera los árboles añosos del parque bajo los que el ex mandatario fue fotografiado por un paparazzi durante su encierro.
La quinta del empresario, ubicada en la ciudad de Don Torcuato, partido de Tigre, en un predio de 8000 metros cuadrados, a 400 metros de la Panamericana, sobre la avenida Ángel Torcuato de Alvear (ruta provincial 202) entre las calles Rafael Obligado y Reynoso, cumplía con las condiciones de seguridad necesarias y cercanía a los tribunales federales de San Isidro.
La propiedad tiene un pasado glorioso: antes de ser adquirida por Armando Gostanián, formaba parte de la quinta “Karavan” que Natalio Botana le regaló a su hijo Helvio el día de su casamiento. Durante gran parte del siglo XX, el fundador del diario Crítica fue uno de los vecinos “notables” de la zona. En 1928 compró la quinta “Los Granados” a Torcuato de Alvear, construyó su lugar en el mundo (además de los estudios cinematográficos Baires Film) y recibió a celebridades argentinas e internacionales. Entre sus invitados estuvieron Federico García Lorca y Pablo Neruda. En 1933, el mexicano David Alfaro Siqueiros realizó en el sótano de la casa su obra Ejercicio plástico, actualmente en el Museo del Bicentenario de la Casa Rosada.
El nuevo emprendimiento
Durante años, la propiedad estuvo abandonada y sirvió como depósito de autos de la concesionaria Fiat que se encuentra a unos pocos metros. Según el cartel de obra del municipio de Tigre, la demolición fue realizada en 2019 y solo se mantiene la antigua casa del casero que aun custodia la propiedad.
Pero desde hace aproximadamente cinco años la quinta pertenece a un grupo de socios que apunta a desarrollar un proyecto innovador para la zona. Brian Goischain, director comercial de la desarrolladora Wild, está a cargo del nuevo emprendimiento que es comercializado por Pereira Aragón.
“La obra comenzó hace un par de meses y tiene un basamento gastronómico y comercial que se va a desarrollar en dos etapas. La primera esperamos cumplirla a fin de este año y la segunda, si el contexto económico acompaña, en el 2023″, dice Groishain.
“Trabajamos sobre una distribución de locatarios equilibrado preferentemente gastronómico con dos freestanding (ingreso con el auto y pick up) sobre todo el frente de ruta provincial 202 y un basamento comercial con propuestas de destino a más 170 cocheras, lo que representa un valor fundamental en el barrio”, añade.
Aunque el director comercial prefiere no adelantar los nombres de las comercios que se instalarán en el lugar, porque aún se encuentran en “etapa de definición de los contratos”, aclara que será del estilo hamburguesería o pizzería.
A su vez, remarca que la idea de la segunda etapa es “más abierta”, al punto que llegado el momento evaluarán qué alternativa es más conveniente. “Si mañana funciona mejor el tema de servicios, como un gimnasio o un banco, iríamos para ese lado”, aclara.
La comercialización de los espacios desarrollados por Wild está a cargo de Pereira Aragón Inversiones Inmobiliarias, dedicada a la compra y venta de fondos de comercio de gastronomía y de inmuebles comerciales, como Dandy Clásico, Deli y Grill, Kentucky, Pizzería Guerrín, Down Town Matias, las Violetas y entre otros.
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