De $250 a $1400. Estrená la primavera con 12 vinos rosados secos de 2019
Los vinos rosados están de moda en el mundo. Frescos, delicados y de expresión intensa, se proponen como los perfectos compañeros cuando abre la temporada de noches tibias y terrazas abiertas. Son, en pocas palabras, vinos primaverales y estivales.
Y ahora a la góndola llegan los 2019. ¿Es que todos los rosados se beben jóvenes? Depende fundamentalmente del estilo. Mientras que algunos rosados de Provence, Francia, tienen chances de vivir un par de años y crecer –como sucede con el hermoso Domain Tempier 2017 o Chateau Lacoste 2018–, los rosados locales están pensados más como vinos de temporada.
Hay, sin embargo, algunos de rosados que siguen la tradición provenzal. Son, por ejemplo, vinos de corte como Susana Balbo (2018, $1410) o Mendel Rosadía (2018, $1100). Esos tienen aliento para el mediano plazo por su estructura y propuesta.
Pero los rosados de una noche –aquellos que tienen unas horas de maceración–, donde la juventud define la intensidad y los matices frutados y florales, tienen el atractivo de lo que es efímero.
Cotidiano festín
A este segundo grupo es al que vale la pena prestar especial atención ahora. Con aromas sugerentes y a la vez vivaces, con bocas de frescura eléctrica y glacial, se proponen como el perfecto aperitivo. Y si de aperitivos se trata, los mejores compañeros son los tapeos, el finger food y algunos platos igual de joviales, como las pizzas, en particular las ligeras napoletanas.
Para llegar a un veredicto sano en la mesa, los ingredientes de temporada son perfectos: paltas, frutillas, hojas verdes; también pensar en unos mejillones provenzal, un muslito de pollo con romero y verduras asadas, lo mejor son unas papas fritas doradas y crocantes.
Es que los rosados tienen, a diferencia de los tintos, una amplia cintura para los maridajes. Sin taninos que sumen asperezas, ligeros de cuerpo y perfumados, casi cualquier comida magra funcionará bien.
¿Cuáles probar?
En el estilo rosados de una noche tienen un color alucinante: de un transparente rosado que pica justo entre el flúor y la piel de bebé, verlos brillar al sol de la última hora de la tarde es una irresistible tentación. Otros, ofrece un trazo cobrizo, tipo piel de cebolla.
En materia de aromas dominan las flores, desde rosas a violetas; las frutas rojas, como cereza, y trazo de hierbas de campo. Respecto a la boca, todo en ellos es tensión y frescura y sobre todo cierto trazo de acidez málica que los vuelve gastronómicos. Algunos, incluso, les dejan cierta burbuja.
Y están los rosados varietales, que destacan algún valor particular de la uva. En especial de Malbec, como el goloso y fresco Los Cardos (2019, $315); Altosur (2019, $420), de un color que llega casi al cobre piel de cebolla; Críos (2019, $430), de expresión franca y frescura lograda; Terrazas de los Andes Rosé (2019, $470), floral en aromas; Las Perdices Rosé (2019, $600), bien perfumado de frutas.
En otras variedades, es posible encontrar algunos casos singulares. Santa Julia Syrah Rosé (2019, $250), de lindo regusto frutal al final de la boca; o Flechas de los Andes Rosé (2019, $420), elaborado con Tannat, de aromas florales y filosa frescura.
Sin embargo, la tradición francesa de la Provence indica que los rosé son vinos de corte. Con bases de Garnacha y Syrah en general, en nuestro mercado hay algunos seguidores de esta tradición, aunque no siempre de las cepas.
En esta línea de cortes, el flamante Famiglia Bianchi Red Blend Rosé (2019, $339) elaborado en base a 60% uvas Pinot Noir y 40% Malbec, propone un paladar pétillant –es decir, con finas burbujas–. También Luigi Bosca Rosé is a Rosé (2019, $660), con base Pinot Gris y Pinot Noir elaborado como blanco, uno de los que pioneros en la movida local, en la tradición del color piel de cebolla.
Con otros dos exponentes de alta gama, el Saint Felicien Rosé (2019, $1200), que es Grenache, Syrah y Malbec, que se viene en una coqueta botella y ofrece aromas de durazno; también el flamante Mythtic Divine Creations (2019, $1400), corte de Malbec, Syrah y Merlot, que sale a la venta el 15 de octubre y se consigue sólo en botella magnum (1,5 litros)
Mención aparte para dos rosados que representan otra vertiente dentro del mercado local. Los así llamados, Blush: un corte de vino tinto con vino blanco. Dos son perfectos. Amalaya Rosé (2019, $280), que combina Malbec con una pizca Torrontés, y por eso su aroma tan floral; Lagarde Goes Pink (2019, $550), que mezcla Malbec y Pinot Noir en un estilo fragante y jovial.
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