En una charla íntima, cuenta sobre su regreso a Argentina, su carrera musical y la relación con Juan Pablo Inigizian, gerente de un restaurante y productor teatral
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A los 16 años empezó su carrera de modelo, y a los 20 se fue a vivir al exterior. “Mamá me mandaba faxes, porque entonces eran muy caras las llamadas internacionales”, recuerda Daniela Urzi (45), que durante años llevó una vida nómade por Francia, Alemania, Italia, Inglaterra, España y Estados Unidos hasta que en 2018 se separó de su marido, Pablo Cosentino, y decidió radicarse nuevamente en Argentina. “Cuando tenés un hijo pensás en lo mejor para él, y nos pareció que lo mejor para Thiago era crecer cerca de su familia”, cuenta de su heredero de 9 años. “Mi ex y yo vivimos los dos en Palermo, muy cerca uno del otro, por Thiago”, revela la modelo, que hace poco más de un año rehízo su vida sentimental. El dueño de su corazón se llama Juan Pablo Inigizian, es empresario gastronómico (gerente del restaurante Roldán) y productor teatral (director de la Sala Siranush) y fue novio de la actriz Sabrina Rojas.
Instalada en modo vacaciones en una casa que alquiló en Nordelta –”un verano muy atípico, por la pandemia”–, Daniela se entrega a una charla con ¡HOLA! para hablar de su incipiente carrera musical, sus ganas de incursionar en la actuación, la maternidad, y su nuevo amor, a quien presentó oficialmente en sus redes sociales hace unos diez días, en San Valentín.
–Después de haber vivido tantos años afuera, volviste a tu tierra…
–Me encanta viajar, estoy acostumbrada a una vida nómade, pero cuando uno llega a cierta edad se da cuenta de que lo más importante son los afectos. Yo me crié en San Fernando, junto a mis abuelos y primos, y quería que Thiago tuviera una infancia similar. Siento que volví a mis raíces y estoy feliz de reinventarme acá.
–Te separaste casi en paralelo a tu regreso a Argentina, ¿te costó tomar la decisión después de estar doce años en pareja?
–Separarnos fue una decisión que tomamos de común acuerdo. Los dos queríamos lo mismo, por lo que no fue un proceso traumático ni doloroso.
–¿Cómo repercutió en tu pareja que a Pablo Cosentino, tu marido entonces, lo señalaran como tercero en discordia en la ruptura de Nicole Neumann y Fabián Cubero?
–Hay cosas de las que no voy a hablar.
–¿Hoy cómo definirías la relación con tu ex?
–Nos llevamos muy bien y tenemos muy buena comunicación.
–¿Cómo se tomó Thiago, tu hijo, el divorcio?
–Se lo tomó muy bien, y nos llamó mucho la atención. Nosotros siempre le hablamos y le explicamos todo. Él vivió en Miami, Italia, España…y nunca se quejó de nada. Los chicos se adaptan a todo.
–Hablando de adaptaciones, ¿cómo transitaron el 2020 con la cuarentena, el encierro y el colegio a distancia?
–La cuarentena nos agarró en Buenos Aires, y por suerte tenemos un departamento con un lindo balcón al que le da mucho el sol. Somos muy afortunados. Tampoco sufrí mucho el encierro… me ayudó estar con Thiago. Somos muy compañeros. Hicimos la tarea juntos, nos divertimos juntos con distintos juegos de mesa. También me ayudó con las tareas de la casa. Como me quedé sin empleada, empezó a ordenar su cuarto, le enseñé a hacerse la cama y doblar su ropa, regar las plantas. Le fui dando tareas para que aprendiera y se entretuviera. Cocinamos juntos y se involucró en mi trabajo con la música. Thiago nació en Miami, Estados Unidos, y al ser americano es bilingüe y hablamos en spanglish en casa, y me ayuda a componer los temas. Él siempre me da su mirada, tiene ideas muy puras que están buenísimas.
–¿Cómo incursionaste en la música?
–Mi trabajo siempre estuvo relacionado con la creatividad. Además de la moda, hice un curso de diseño de interiores en Nueva York y soy fotógrafa. Hace años me dedico al Fine Art y comercializo mis obras: autorretratos y paisajes. Y la música electrónica me apasiona desde chica. Hace dos o tres años estaba en Ibiza con mi amigo Alejandro Blanco y una chica, que pasaba caminando al lado haciéndole un tour a unas amigas, dijo: “Ella es Daniela Urzi, argentina” con tonada española. Alejandro me empezó a decir que tenía que hacer una canción a partir de esa frase y así surgió mi primer tema, “C’est Daniela Urzi”. Durante la cuarentena saqué dos discos, New Vibe y Awakening. La música siempre me ayudó a sobrellevar momentos difíciles.
–¿Cómo fue el reencuentro con vos misma cuando volviste a la soltería?
–Después de separarme estuve varios meses sola, para reencontrarme conmigo misma. Fue una etapa que transité con una madurez que me dio mucha seguridad.
–¿Cuáles eran tus requisitos indispensables a la hora de formar pareja?
–Ninguno, porque no estaba buscando estar con nadie.
–¿Cómo se dio la historia de amor con Juan Pablo?
–Se dio de una manera muy natural. No voy a entrar en detalles, pero te puedo decir que estamos juntos hace un año y cuatro meses. Estoy muy tranquila, y nos llevamos súper. El encierro por la pandemia fue algo difícil, pero todo fue fluyendo naturalmente. Thiago ya lo conoce, se conocieron hace un par de meses, y Pablo, mi ex, también.
–¿Te gustaría volver a casarte?
–No lo sé, pero nunca digas nunca.
–¿Serías madre otra vez?
–Creo que ya estoy grande para volver a ser madre.
–¿Cómo te pesa el paso del tiempo?
–No me pesa, me veo bien. Es lógico que vayan apareciendo arrugas y sé que no voy a estar igual que a los 20, pero lo importante es estar contento con uno mismo. Por suerte sigo trabajando como modelo, con agencia en Argentina (Lo Management) y en París (Karin Models), y me encanta.
–¿Cuáles son tus secretos de belleza?
–Por un lado la genética, que ayuda un montón. Y también llevo una vida muy sana: en 2018 dejé las harinas por recomendación de mi kinesiólogo, y entreno regularmente. En 2019 hice un tratamiento durante todo el año de plasma para la piel, y noté un cambio importante. El año pasado dejé por la pandemia, pero no me hago grandes cosas.
–Hoy, ¿por dónde pasan tus metas y sueños?
–Todo lo que hago lo hago con mucha pasión. Desde lo laboral deseo llegarle a la gente con mi música… ¿Quién no tiene una canción que le haya marcado un momento de su vida? Y también me gustaría incursionar en la actuación. Hace poco debuté como actriz en una película que se estrenó en plena cuarentena: Giro de ases, del director Sebastián Tabany. Si bien era un papel chico, fue un gran reto actuar por primera vez. ¡Y me encantó! Desde lo personal, la pandemia me hizo aprovechar cada día como si fuera el último, y vivir a plena felicidad, valorando lo que uno tiene. Hoy disfruto los pequeños momentos de la vida cotidiana.
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