Curiosidades de la vida de André Michelin, el francés inventor del neumático
El apellido se hizo muy popular en todo el mundo; las generaciones posteriores siguieron el rumbo de su fundador en una industria competitiva
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LA NACION
El 16 de enero de 1853 en París nació André Michelin, hijo de Jules Michelin y Adèle Barbier. Junto a su hermano Edouard Michelin, André fundó la conocida fábrica de neumáticos que lleva su apellido.
Michelin y Cia., con sede en Clermont Ferrand, una ciudad francesa de aproximadamente 50.000 habitantes para la época de su creación, se dedicó a fabricar tubos de caucho y hule inflables para aplicar a las ruedas de los vehículos.
Como consecuencia de ello, los hermanos crearon el primer neumático desmontable para bicicletas y de allí en más proveyeron de neumáticos a la industria automotriz, coches de caballos y aviones.
La vida de André Michelin
André Michelin provenía de la escuela central de París, de donde egresó con el título de Ingeniero en 1877. André prestó servicios en el Ministerio del Interior, donde se abocó al trazado del mapa de Francia, mientras que su hermano Edouard cursó estudios en la escuela de Bellas Artes.
La idea del neumático inflable desmontable fue el éxito que permitió a la firma liderar el mercado. Su competidora británica de la época (Dunlop) comercializaba un producto similar, pero que funcionaba unido fuertemente a la llanta, lo que hacía muy dificultosa la reparación ante los repetidos pinchazos propios del rodamiento.
Los primeros logros de los hermanos Michelin
En 1895, los hermanos Michelin pilotearon un coche con neumáticos inflables por primera vez en la historia en la carrera del rally Paris-Brest. El vehículo llamado “Eclaire” entró en la última posición, pero la finalidad de dar a conocer el nuevo invento estaba cumplida y así comenzó la escalada de la empresa que, tiempo más tarde, se posicionó como líder junto a otras de su tipo como Pirelli, Dunlop y Continental.
Cómo nació la guía Michelin
André Michelin, en el año 1900, creó la guía Michelin que proporcionaba un mapa de carreteras e indicaciones útiles sobre rutas, hoteles y restaurantes de Francia.
Las guías se entregaban gratuitamente en la red de talleres de la firma y se perfeccionaron anualmente con el aporte de la opinión de la gente, a quien se le preguntaba amablemente si el hotel donde se había hospedado era de su agrado, o si el trato dispensado en la estadía había sido correcto, entre otros detalles.
En 1920, las guías dejaron de ser gratuitas y su tirada se extendió más allá de las fronteras de Francia. En 1925 aparecieron las estrellas de los restaurantes.
La guía le asigna de una a tres estrellas a los establecimientos gastronómicos por la calidad de sus platos. De una a cinco estrellas en relación al confort y servicio prestado por las instalaciones y atención, y de una a cinco casas si se refiere a los mismos parámetros pero en relación a un hotel.
Tres estrellas indican una cocina excepcional, dos estrellas señalan la calidad de primera clase en el tipo de cocina y una estrella alude a un restaurante muy bueno.
Los establecimientos gastronómicos que poseen alguna estrella Michelin gozan de una reputación a nivel internacional. Las estrellas certifican la calidad por el prestigio que la guía Michelin tiene como fruto de la trayectoria de vida de André Michelin y su familia.
El 4 de abril de 1931, en París, Michelin falleció a causa de una muerte natural. Un apellido que poco pasa desapercibido y una vida digna de ser contada y compartida.
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