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Una vuelta por las primeras temporadas de Sex and the City basta para apreciar que si bien cambiaron los vínculos sentimentales y las “herramientas” de encuentro, los vicios de las relaciones siguen siendo los mismos, con distinto nombre. Visto desde la perspectiva de aquella serie que nos habló de sexo y amor sin pelos en la lengua, ghosting hubo siempre, y no se trata exactamente de un llamado sin responder o un mensaje con el visto en azul. Ghosting también aplica para ese que desaparece incluso cuando está respondiendo un mensaje: a veces no nos damos cuenta, o no queremos, pero con más o menos corrección política, la persona que nos gusta van dándose a la fuga, lentamente, con evasivas y excusas cerradas (las que no dejan lugar a preguntas), hasta que nos hartamos de esperar una propuesta que nunca llega, y que no llegará porque ese alguien se evaporó hace tiempo, como Mr. Big cada vez que Carrie beboteaba cuestionándole qué eran, cuál era la etiqueta de esa relación. El hombre anunciaba su desaparición con maestría impune: en plena charla erotelefónica avisaba que al día siguiente se iba a París, o llamaba desde su bodega en California y hasta apareció casado con una modelo...Ella tampoco era una santa...
Los fines de semana, (ni hablar de este que fue extra large) nos ponen a prueba: es más que probable que suframos desapariciones inesperadas, vistos sin responder, personas que quedaron en llamar, programas suspendidos a último minuto. El ghosting debería ser un fenómeno a estas alturas naturalizado por quienes buscan relaciones románticas en las plataformas de citas donde, por más esfuerzo que pongan las empresas y los algoritmos, no logran que el dress code se cumpla.
Esta clase de comportamiento que penalizamos a veces sin razonar lo suficiente merece una revisión: ¿por qué ponemos tantas expectativas en un chat con alguien desconocido, habiendo tanta información sobre lo nocivo de esta práctica cuando pasan más de dos semanas y ninguna de las partes concreta un encuentro presencial? Claramente el problema es compartido: el que ghostea y el ghosteado tienen idéntica responsabilidad emocional sobre si mismos. Si no responde y no invita al día siguiente… game over
“Hacer ghosting repetidamente es un patrón de comportamiento abusivo y puede mostrar falta de madurez y habilidades interpersonales”, dice la Dra. Pamela B. Rutledge, consultada en una encuesta de Bumble sobre el tema. Desaparecer de la “faz de la tierra” o no responder los mensajes de la otra persona son algunas de las características que marcan a fuego esta conducta. En ambos casos se trata de un comportamiento no deseado incluso en la amistad. Principalmente porque nadie considera a alguien que “no responde” o desaparece “de la faz de la tierra” como “saludable”.
Los que no saben que actuaron mal y qué se reporta en una app de citas
En la mayoría de los casos las personas que reciben este tipo de compartiendo tienen la falsa creencia de que “algo hicieron mal”. Sin embargo, es un síntoma claro de cómo opera el ghoster en sus citas y lo que está sucediendo en su vida. Según la Dra. Michelle Drouin, catedrática de Psicología de la Universidad Purdue de Fort Wayne, “a veces las personas lo hacen sin darse cuenta porque pueden estar hablando con varias personas y perder el hilo de las conversaciones”. No obstante, otras pueden llegar a comportarse de esa manera porque aún no tienen claro qué es lo que quieren en una relación, no están interesados en comenzar una nueva y no saben cómo decirlo: a eso le llaman hoy red flags, banderas rojas. Tercer chat intenso con sexting incluido y después no concreta, ya no da. En este sentido “al hacer ghosting, algunas de estas personas sienten que están protegiendo los sentimientos de la otra persona”, puntualiza la terapeuta de relaciones y profesora, Dra. Marisa T. Cohen.
Cualquier finde vale probar las nuevas opciones de las plataformas. En Bumble, por ejemplo, se puede Bloquear y Reportar a alguien por hacer ghosting si no se presenta a una reunión en persona previamente acordada. El botón de Bloquear y Reportar (tocando en los tres puntos grises en la esquina superior derecha de la pantalla de chat con tu match) permite hacerlo. Para reportarlos por hacer ghosting, ingresar en “Comportamiento fuera de Bumble”, y luego “Me dejó plantado”. También puedes reportar a alguien con quien te has desvinculado, incluso si has olvidado su nombre, contactando al equipo de soporte de la app, (puede ser en el sitio web o en la aplicación), y proporcionando toda la información que se pueda.
Una recomendación para los que están chateando con ansiedad: ¡no se pierdan los fines de semana! Disfruten con amigos o solos la soltería, el ¡mejor estado de salud!
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