En los dormitorios de estas dos pequeños se eligieron muebles modernos que se combinaron con detalles y textiles vibrantes y alegres
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El cuarto de Francis se concibió como un espacio de volúmenes sencillos, donde todo fluye sin esfuerzos: tonalidades, materiales y géneros despiertan el carácter cálido y contemporáneo que se buscaba. Se sumaron piezas de arte que permiten desarrollar el potencial creativo en los chicos. Así, además de despertar el interés por el arte a temprana edad, los invita a crear, imaginar e investigar nuevos mundos.
El espíritu del cuarto de Ona se lee en el aire. El cuarto fue concebido como un lugar salido de un cuento, con una cama para trepar, un velador hongo, almohadones de Alicia en el país de las Maravillas, oso hecho cartera, y mucho más. La cama es el centro de atención: se hizo artesanalmente con listones de madera que forman las líneas de una casa; se la puede cubrir con una sábana o una manta y transformarla en una tienda india.