Es en los momentos difíciles de manejar cuando los seres humanos necesitan un profesional que los escuche y los ayude a transitar ese proceso. En el contexto actual, las medidas tomadas para enfrentar la pandemia han generado cambios en los encuentros entre las personas, ya sea con afectos o en áreas profesionales, el contacto físico se reduce siginificativamente y el #yomequedoencasa es ley. En este escenario, continuar o no una terapia por teléfono o decidir comenzar una para enfrentar la situación, no es tan fácil como suena. Contar con un lugar íntimo dentro de la casa para hablar, generar la empatía que se daba "cara a cara" y otras múltiples variables se les presentaron tanto a los pacientes como a los piscólogos y psiquiatras que además necesitan continuar con su trabajo.
Seguir un tratamiento psiquiátrico
Tamara Field es psiquiatra. Atiende tres veces por semana en su consultorio y el resto de los días en un hospital de diagnóstico inmediato. Cuando se anunció la cuarentena decidió cancelar la modalidad presencial de las consultas porque no podía garantizar la seguridad de sus pacientes. Pero no resulta tan sencillo porque "la continuidad del tratamiento psicofarmacológico es fundamental, por lo tanto teniendo en cuenta la situación y el cuadro de cada paciente busqué la manera de continuar el mismo", cuenta la Dra. Field. Para resolverlo, ella misma se acercó a las casas de los pacientes que tenían enfermedades de base, y factores de riesgo, para alcanzarles las recetas médicas.
En cuando a la consulta en sí, con algunos pacientes establecieron llamadas telefónicas, facetime o mensajes mediante whatsapp. "Los criterios dependen de cada paciente, de cuánto hacía que realizaban el tratamiento, cómo había sido la respuesta al mismo, cómo es su sintomatología actual, su diagnóstico y con qué herramientas cuentan para enfrentar una situación que genera estrés y ansiedad. Cómo manejan el encierro, si existe o no contención familiar, y si hay factores de riesgo", explica la doctora.
Los horarios de la virtualidad
Ella nunca había atendido bajo esta modalidad, y se encontró con otro tema difícil de manejar: los horarios. "Tanto en psiquiatría como en psicología el encuadre es fundamental, y ésta situación cambia todo. Por supuesto que se trata de armar un nuevo encuadre teniendo otras variables pero es muy difícil para ambas partes, tanto para el médico como para el paciente establecer horarios de consultas que se puedan respetar, hay muchas dudas que surgen constantemente y brindar respuestas en estos momentos es fundamental, genera seguridad y baja la ansiedad. Las consultas pueden ser a toda hora".
Junto a su marido tratan de buscar el equilibrio entre el trabajo de ambos, las tareas de sus tres hijas en edad escolar, la nueva mecánica. "El llevar las recetas también toma tiempo, las distancias son largas, existen muchos controles y las medidas de higiene que uno toma también requieren mucho tiempo", cuenta Tamara.
"Hacer una receta no es escribir un papel"
Las consultas principales que recibe son acerca de los miedos a cómo seguir con el tratamiento, la medicación, las recetas. Cómo manejar los síntomas de ansiedad, angustia, el insomnio, el sentirse solo en toda esta situación, la dificultad para trabajar con niños en casa, el agotamiento psicológico de muchos padres, el estrés. "Acepto esta nueva situación, la veo como un desafío profesional y también personal. Creo que cada día aprendemos algo nuevo, ponemos en juego nuestra capacidad para crear nuevas estrategias buscando siempre el bienestar de nuestros pacientes. Me parece importante que cada paciente entienda que para los médicos hacer una receta no es escribir un papel, hacer una receta es un ejercicio médico, implica una responsabilidad, conocimiento, años de formación, disrcernir si es la medicación adecuada, si traerá efecto adversos, qué interacciones puede tener, si la tolerará bien y muchas preguntas", reflexiona la Dra. Tamara Field en su nuevo rol en la cuarentena.
La experiencia con las sesiones a distancia.
Hace cinco años un paciente que tenía Elda Corso, se mudó a Perú y se encontraron con la posibilidad, poco ortodoxa en ese momento, de continuar el tratamiento vía WhatsApp. "Con los años la rigidez del dispositivo psicoanalítico fue quedando atrás. Freud ya sostenía que el sujeto está atravesado por su época", dice la Lic. Corso. Y como la experiencia fue positiva la fue implementando con pacientes que se mudaron a Bariloche, Alemania y con quienes por alguna enfermedad no podían ir al consultorio. Así que cuando se estableció la cuarentena la ofreció como posibilidad también a los demás.
"Generalmente los pacientes que hacen diván optan por la llamada. Otros no aceptaron el cambio y prefirieron, por el momento, interrumpir el tratamiento. Es importante respetar la subjetividad ya que para algunos no es el momento de hablar", sostiene la licenciada.
"En la mayoría de las sesiones la cuarentena es el eje"
Cómo reorganizar "la economía libidinal", el ordenamiento de las actividades cotidianas, cómo manejamos el tiempo que hace unos días era tan preciado y hoy no sabemos qué hacer con él. La convivencia con la pareja, con la familia, o el estar solo. "En algunos casos preocupa no encontrar un espacio de intimidad para la sesión. En otros, la cuarentena pareciera no tener efecto y los pacientes adoptaron la nueva modalidad como si nada: siguen hablando encerrados en sus neurosis. Lo cierto es que en un abrir y cerrar de ojos el mundo es otro. Las coordenadas de tiempo y espacio no son las mismas. Para muchas personas es muy importante conservar este espacio en un tiempo inédito en el que la preocupación por la supervivencia nos toca", concluye la Lic. Elda Corso.
La llamada se asemeja a la terapia en diván
Para Nora Altman atender a distancia también le es habitual, lo viene haciendo hace 15 años con pacientes de diferentes países, "varios pacientes se resistían a atenderse por teléfono y una vez que probaban después me pedían frecuentemente esta medida porque veían que les funcionaba", cuenta la Lic. Altman quien resalta los increíbles cambios que se produjeron en sus pacientes bajo esta modalidad. Entre los beneficios está el hecho de que no interfiera la voz y la mirada, "esto es algo muy estudiado por nosotros, por eso es bueno el diván y que el paciente no esté pendiente de la mirada y los gestos del otro, el teléfono permite que todo esto allane el camino", explica la licenciada. "Hay analistas que son bastantes rígidos y que no se permiten ser más creativos con lo que es psicoanálisis, Hay que tener en cuenta que Freud analizada en el parque, su autoanálisis lo hizo escribiendo cartas, o sea, tanto Freud como Lacan nos trasmitían que había que tener en cuenta el momento en el que se vivía, así como la singularidad del paciente y del analista. Con esto quiero resaltar el malestar que tuve los días anteriores a que se declarara la cuarentena obligatoria cuando veía mucha resistencia de mis colegas a atender a distancia. Ellos seguían ateniendo en sus consultorios y la rigidez llevaba a que los pacientes no tomaran consciencia de que había que recluirse bastante antes de que se anunciara la cuarentena", cuenta Nora.
Ella es parte de un grupo de profesionales que armó una red para la atención del personal que asiste a los infectados. La idea es que en todos los hospitales el personal de salud cuenta con los números telefónicos de psicólogos a los que pueden llamar los siete días de la semana, las 24hs del día, a ella le tocó la guardia de los sábados por la noche.
"Uno de los temas más serios es el económico"
La Lic. Nora Altman tiene el consultorio al lado de su casa así que sigue atendiendo en ese mismo espacio. Hay pacientes que aceptaron continuar a distancia y otros que se sienten incómodos porque no disponen de un espacio físico sin personas cerca escuchando, otros que se muestran más reacios pero en algún momento prueban y deciden continuar; algunos utilizan esto como resistencia, es decir que les costaba avanzar y cualquier motivo puede ser utilizado para hacer una pausa, y hay quienes están asustados por cómo sostendrán la economía cuando todo esto pase y prefieren no continuar con el tratamiento. "En este momento uno de los temas más serios es el económico, en muchos pacientes creo que angustia más de que se va a poder vivir, con qué se va a comer, con qué dinero, que la cuestión del temor a morir por el coronavirus", confiesa Nora Altman. De todas maneras le sorprende como una gran mayoría de pacientes continúan sus sesiones con los temas que ve
nían tratando antes, sus síntomas, sus angustias, sus preocupaciones previas son las que siguen tratando como prioridad y en algún momento hablan de la situación actual pero no como un tema central en el tratamiento.
Terapia por todos los medios tecnológicos
Facundo Martínez vive solo, si bien su consultorio habitual no es en su casa, logró acomodar un lugar que sea neutro dentro de su departamento para que pueda concentrarse cien por ciento en sus pacientes. La modalidad de comunicación la dejó a criterio de cada uno, "si ellos se sienten seguros y cómodos los invito a que tengamos una video llamada por Skype. Les digo que lo que ellos prefieran es lo correcto. También les comento que es un momento histórico especial que genera angustia y ansiedades, y les doy todas las posibilidades para poder seguir trabajando la terapia por otras vías emergentes. Los arengo a que me llamen cuando sea necesario que voy a estar para ellos", cuenta el Lic. Facundo Martínez, que por ejemplo tiene un paciente muy joven que le confesó que no es muy bueno con estos nuevos espacios tecnológicos y que prefiere el teléfono, mientras que otro envía audios de whatsapp porque solo quiere ser escuchado, "lo que tiene que primar siempre es el uso de la palabra, es decir que la palabra lo convoque, cualquiera sea su forma", dice, desde la convicción, el Licenciado.
La cuarentena le modificó la agenda: algunos pacientes decidieron suspender las consultas por este tiempo, otros prefieren hablar a la noche cuando reina el silencio o porque no pueden acomodar los horarios porque tienen hijos, e incluso han llegado pacientes nuevos.
"Nos estamos matando"
Para él es interesante cómo en estos momentos salen a la luz temas como la ansiedad y sus generalidades y también temas angustiantes en relación al encierro. "Son momentos donde la realidad va más allá de la capacidad de pensar. Nosotros estamos acostumbrados a una rutina, la ejecutamos casi sin pensar, ahora todo eso se pone en tensión. De repente se re estructura nuestra vida y casi de forma abrupta", analiza el licenciado que piensa en las personas que tienen a sus padres grandes y no pueden abrazarlos porque son grupos de riesgo, o el proveernos de comida ante la incertidumbre de lo que puede acontecer, "eso también es un factor estresante que genera angustia. Hay toda una batería de elementos tanto visibles como imperceptibles que configuran todo un cuadro angustiante. Las parejas también tienen el peso de estar 24 horas juntas donde cada uno tiene una forma angustiante diferente. Suponte uno ante una discusión va a dar una vuelta, en el trabajo tiene tiempos para pensar, es decir ahora se borran las líneas que marcan los límites de cada uno en la pareja. El otro día una paciente me pide que la atienda junto a su marido porque, según palabras de ellas, "nos estamos matando", ilustra Facundo, a modo de ejemplo, una realidad que muchos viven.
El Lic. Facundo Martínez invita a que seamos solidarios, que cuidemos a los mayores, que no le tengamos miedo a la pandemia pero sí respeto, y allí estará él, junto a todos los psicólogos dispuesto a acompañar y contener el estrés postraumático que se pueda generar.
Psicóloga de niños, adolescentes y jóvenes.
Camila Valle es psicóloga infantil y de adolescentes, es mamá reciente, retomó su consultorio hace poco y enseguida se encontró con este nuevo desafío. Al ser psicóloga de niños le resulta más complicado porque "no se puede trabajar por medio de entrevistas virtuales porque los niños se expresan a través del juego. En el consultorio ponemos el cuerpo, jugamos con materiales plásticos y distintos juguetes. Cada chico elije su juego para expresarse y contar a través de él su historia, lo que le está pasando. En estos casos habilité tener entrevistas virtuales con los padres en caso de que lo requieran. Me comunico con ellos de forma regular para ver cómo están atravesando cada uno de los chicos esta situación y poder brindarles herramientas a los papás en caso de que las necesiten", explica la Licenciada Camila Valle. Junto a su marido se turnan en el cuidado de su beba para que ambos puedan seguir con sus responsabilidades laborales.
"Algunos disfrutan del tiempo obligado en familia"
Con respecto a los jóvenes, con algunos pacientes continúan las sesiones a través de la plataforma zoom, otros prefirieron ver cuánto duraba la cuarentena y poner en pausa el tratamiento, "estos últimos manifestaron que al tener a sus familiares cerca no contaban con un espacio de intimidad. Otros simplemente explicaron que no se sentían cómodos frente a una computadora para poder abrirse", dice la licenciada que cree que es importante mantener, en la medida de las posibilidades, la regularidad en el tratamiento pese a la cuarentena. Por ejemplo con algunos pacientes niños se mandan mensajes y audios.
En el caso de los jóvenes con los que continúa las sesiones a distancia, Camila considera que es importante que tanto el paciente como el terapeuta encuentren un lugar y momento de tranquilidad y lejos de sus familiares para tener privacidad. "Es interesante ver como la pandemia del coronavirus y sus repercusiones en nuestro día a día influyen a cada paciente de forma distinta. Algunos se muestran más ansiosos o angustiados y otros simplemente disfrutan del tiempo obligado en familia", concluye.