La cosmética natural revoluciona el mundo de la belleza. Su poder se basa en aprovechar todas las propiedades de las flores y plantas, sin usar conservantes, químicos y sin pruebas en animales. Como hace siglos, ahora tenemos la oportunidad de hacer nuestras propias fórmulas en casa. Es sencillo, económico y eficaz. Aquí, dos recetas clásicas: el agua de lavanda, ideal para un buen descanso y de rosas, perfecta para calmar inflamaciones de la piel.
Agua de lavanda
Para qué sirve: Para renovar y refrescar las almohadas y sábanas todas las noches; ayuda a calmarse, a soltar las tensiones del día y restaurar los patrones alterados del sueño.
Qué se necesita: Un envase con válvula pulverizadora, 100 ml de agua destilada o desmineralizada (para lograr un efecto más seco, podés mezclar agua con alcohol de cereal), 30 gotas de aceite esencial de lavanda (Lavandula angustifolia). Opcional: flores de lavanda (secas o frescas).
Preparación: Las proporciones son las siguientes: 1,5ml (1,5%) de aceite esencial cada 100ml de agua (o agua+alcohol). Si no usás alcohol, agitá el envase antes de cada uso, porque el aceite esencial y el agua no se mezclan.
Cómo se usa: Rociar almohadas y sábanas en cualquier parte.
También se puede agregar aceite esencial de Citrus sinensis, que además de complementar los efectos calmantes de la lavanda, purifica y levanta el espíritu.
Agua de rosas
Para qué sirve: Para aliviar la piel inflamada, acalorada y enrojecida (rosácea, eczema) o con acné. También es cicatrizante y se puede usar para perfumar el pelo.
Qué se necesita: 10-12 rosas frescas, agua destilada, filtrada o mineral, hielo, papel aluminio, bol apto para horno y un envase con válvula pulverizadora.
Cómo se usa: Se puede mezclar con cremas, lociones y geles como hidratante, agregar a la bañadera y compresas, o puro como tónico refrescante. Conservar la mezcla en la heladera.
Pueden reemplazarse los pétalos de rosas por hojas de eucaliptus o romero.
Paso a paso
1 Cortar un rectángulo de papel aluminio y hacer primero un rollito largo y después un aro. Ponerlo en el fondo de una olla y arriba apoyar el bol.
2 Llenar el espacio que queda entre el bol y la olla con los pétalos de rosas. Verter agua fría sobre los pétalos sin llegar al borde superior del bol.
3 Tapar la olla con la tapa invertida para que el vapor caiga por el mango central.
4 A fuego bien bajo, cuando se vea condensación acumulada, agregar hielos sobre el centro de la tapa para dirigir la condensación al centro. Cuando se derritan, absorber el líquido acumulado con un trapo. Dejar que se acumule el agua de rosas en el bol hasta un poco antes de que llegue al tope.
5 Pasar el agua de rosas a un envase con la ayuda de un embudo. Descartar el agua con los pétalos que quedó en la olla. Hacer este preparado lleva una hora aproximadamente. Dejar enfriar antes de usar.
Una fragancia para cada ambiente
Además del uso cosmético, las fórmulas naturales se pueden usar en toda la casa. Eleonora Dubini es aromaterapeuta cuál es la indicada para cada ambiente.
- Recibidor: el romero, ya que protege en todo sentido. En Egipto y en Grecia, era una hierba sagrada; durante la Edad Media, se colgaba del cuello para prevenirse contra la plaga, y también era utilizada para espantar los malos espíritus y las pesadillas.
- Habitaciones, relajantes como lavanda y melisa. Para ayudar a respirar mejor, eucalipto y para bajar el estrés y lograr un sueño profundo, naranja dulce, bergamota, mandarina roja, neroli.
- Living, un espacio de reunión, salvia y sándalo, que fomentan el diálogo; y geranio, pomelo rosado, lemongrass y palmarosa, que distienden y animan.
- Baño, aromas frescos y con propiedades antibacterianas, como limón, lima, bergamota, lavanda.