Un muralista y un vecino que vive en el mismo edificio que el músico fueron los artífices de este original homenaje
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Que lindo sería asomarnos por las ventanas de las ciudades y, en vez de esa postal despareja de techos manchados con humedad y verdín, tanques mugrientos y atravesados por marañas de cables, pudiéramos los vecinos disfrutar de un paisaje distinto, intervenido por el arte mural. Azoteas de colores, con formas, historias y personajes que adivinar desde el cielo. Otro sería nuestro ánimo.
No solo para instagramers
No fue exactamente esa la motivación de Marcelo Ferrán y Tian Firpo, pero su hazaña invita a limpiar las alturas urbanas, ahora que todos quieren subirlas para buscar un punto panorámico que instagramear. Semanas atrás terminaron de pintar la terraza del departamento donde reside Charly García, en la esquina de las avenidas Coronel Díaz y Santa Fe.
El transeúnte no podrá apreciarlo directamente, pero desde arriba de algún edificio cercano verá un teclado y una partitura gigantes desplegados sobre en el techo de la propiedad donde hace años vive el músico. Un pequeño tributo al ídolo de muchos argentinos.
“La idea original es de Marcelo Ferrán, que vive en el segundo piso del mismo edificio de Charly García. Pasó toda la cuarentena con su hijo y su esposa subiendo a la terraza para cambiar de aire” cuenta Tian, diseñador gráfico y autor de una serie de murales realizados sobre persianas y paredes en un tramo de Coronel Díaz, entre Honduras y Soler, un rincón que los vecinos de Palermo bautizaron como “la esquina de la música”. “Nos conocemos hace mucho. Yo estaba pintando el mural de Federico Moura cuando me contó su inquietud de aprovechar la terraza para rendirle un homenaje a Charly. Somos muy admiradores, crecimos escuchándolo. Lo queremos” cuenta este artista que ya ha cambiado la fachada de farmacias, carnicerías, verdulerías y otros comercios del barrio con retratos de figuras emblemáticas de la cultura local, entre ellos Gilda, Martha Argerich, Piazzolla, Sandro, Spinetta, Mercedes Sosa y María Elena Walsh, siempre en blanco y negro.
Manos a la obra
A mediados de enero empezaron a reunirse para estudiar las posibilidades del espacio. Tomaron medidas, pensaron ideas y optaron por un piano, instrumento fetiche del personaje en cuestión. “La superficie era irregular. Teníamos diferentes posiciones cenitales y verticales en cuanto al alero y la baranda, así que en función de eso decidimos como ubicar el dibujo.
Después fuimos a un edificio de la zona para fotografiar el techo y así fotomontar y hacer pruebas porque, entre el tamaño, la altura y el precipicio, se hacía difícil resolver la obra” recuerda Tian, cuyo nombre es Cristián. Una vez que el plan tomó forma se reunieron con la novia de García para contarle del proyecto y pedir su bendición. Limpiaron la superficie, que ya estaba bien pintada de blanco, y con cuerdas y arneses prestados por un amigo empezaron a trazar las teclas negras con esmalte opaco sintético, un material de larga duración y resistente a la intemperie. “Las teclas dan el vacío porque sabíamos que con el video lo íbamos a ver desde la visión de la calle; si lo hacíamos para adentro iba a quedar raro. Elegimos ilustrar Yendo de la cama al living porque imaginamos que la canción refleja el estado de Charly en el departamento, cuando lo habita”.
Además de la partitura y el teclado, una frase al costado sugiere entre líneas la segunda intención de la obra: impulsar un proyecto para cambiar el nombre de Coronel Díaz por Avenida Charly García. “Lo hicimos de corazón, no queríamos nada a cambio. Todo fue a nuestro cargo. Pedimos el permiso y nos mandamos seguros de estar haciendo algo prolijo, con respeto y cuidado. Vivo sobre el final de la avenida y me encantaría que se llame Charly García, algo que el mismo Charly ya había planteado en algunas entrevistas. En definitiva, es un abrazo a alguien que sentimos que nos dio todo”.
Cortinas musicales
A Tian siempre le gustó dibujar, y aunque tenía habilidad - un poco autodidacta y otro poco por formación profesional- no se sentía capaz de hacerlo a escala mayor. Sin embargo, un día se ofreció para mejorar el frente del negocio de un comerciante cansado de limpiarlo. “Antes no me animaba, por miedo. De casualidad empecé con las persianas de unos locales amigos y así se fue armando la experiencia. Hoy en la zona hay once en total. Son retratos de músicos que admiramos. La calle no es de nadie, pero la gente los siente como propios. Una vez terminados son parte del barrio y los cuidan, los quieren. El primero que hice fue el Charly, en septiembre de 2017. Está intacto, nadie lo tocó. Fue suerte. Una vez me ofrecieron alguna persiana, pero vi que estaba grafiteada con mucho cariño, y hay códigos. A veces se respetan, a veces no. Depende de cada pintor” agrega y admite que le gustaría intervenir más terrazas y medianeras. “Son espacios muertos que la intemperie va dañando, y con muy poco se pueden mejorar. Este podría ser el puntapié de algo interesante para embellecer toda la ciudad”.
(Charly todavía no subió a la terraza).
En la idea y realización participaron: @perfilocortante + @tianfirpo. Video + edición: @juli.l.p .Interpretación: @mauroconforti fotografías: @sparkplug
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