Dieciocho fotógrafos y fotógrafas de América latina se unieron en un proyecto colectivo para documentar los efectos de la pandemia, de Argentina a México. Las imágenes de CovidLatam, que se publican en instragram, narran desde el cotidiano de las ciudades más grandes del subcontinente a las breaking news y también la intimidad de la cuarentena. Tres de ellos son argentinos: Sebastián Gil Miranda, Pablo Piovano y Rodrigo Abd.
Equipados -no solo con sus cámaras, sino también ahora con toda una batería de elementos de seguridad e higiene- cuatro de los y las participantes relatan a Revista Brandocómo es fotografiar la pandemia en primera persona.
1- Sebastián Gil Miranda, Francia-Argentina
Es el mentor del proyecto. Explica que eligieron expresarse a través de Instagram porque es una plataforma inmediata y permite aprovechar el caudal de seguidores de cada uno de ellos, que entre todos suman unos 500 mil. "Estamos abiertos a todo. Algunos están con más trabajo que otros, cada país tiene su contexto y cada uno cuenta desde su lugar y situación. Ahora lo estamos atravesando, pero una vez que lo pasemos va a quedar una marca. Es un hecho histórico, una gran oportunidad de cambio profundo a nivel social y ambiental. Se necesita una reacción, participar y ser activos del cambio, visibilizar, mostrar, ayudar y ayudarnos. El trabajo colectivo, la riqueza, la diversidad de miradas es muy potente".
Sebastián sale cada tanto de su casa porteña. "Cuando vale la pena", dice. Se sube a la bici y hace una escapada. Al principio, aprovechaba las salidas al supermercado o cuando iba a pasear al perro. Después, salió a fotografiar situaciones puntuales, como las largas filas de jubilados que salieron a cobrar sus aportes, o más recientemente a la Villa 31. "Ahí la cuarentena directamente no existe, y se refleja poco en los medios. Cada tanto se ve alguien con barbijo y ya. Los comercios están a full, no se paró nada. Hay mucha necesidad de laburo, no se pusieron estrictos ahí adentro. Eso hace que tengan más libertad, y no se si perciben la gravedad".
El trabajo colectivo, la riqueza, la diversidad de miradas es muy potente
Esta experiencia lo lleva a "reinventarnos en el lugar que nos toca como documentalistas", analiza y explica: "Narrar atravesados por el aislamiento social genera lo contrario, unirse y contar superando los límites y creando un puente que atraviese esos bloqueos reales y se vuelva más imaginario".
Sebastian Gil Miranda nació en Francia hace 43 años pero vivió en Argentina toda su vida. Pasa varios meses al año trabajando afuera, y tiene su casa en Buenos Aires, donde vive con su novia y su perra. Es fotógrafo documentalista dedicado a temáticas sociales, humanitarias y ambientales. Armó dos proyectos similares para el mundial y los Juegos Olímpicos en Brasil en los que documentó el costado social de estos grandes eventos.
2- Tamara Merino, Chile
"Es un momento universal de estar unidos, con diferentes puntos de vista, y similitudes. Es una oportunidad muy linda de compartir, de expresarnos, ya sea desde la casa o desde la calle", dice esta fotógrafa independiente, documentalista de 29 años que vive en Santiago de Chile y señala que la situación chilena es aun más angustiante ya que, antes de la cuarentena, se decretó toque de queda. "Esto, durante una pandemia, transmite incertidumbre, miedo y un agobio emocional".
Tamara elogia y admira a sus compañeros que están día a día en las calles, en los hospitales, en los funerales, documentando la vida cotidiana. "Creo que es muy importante dar la voz en Latinoamérica, aunque pongamos en riesgo la vida. Me parece muy potente que contemos desde nuestras voces y nuestra región, que plasmemos y dejemos el contexto histórico. Como colectivo, no debemos cerrarnos sino abrirnos, expandirnos, compartir. De esa manera, la información llega más transversal, eludimos las fake news y la prensa amarilla".
Me parece muy potente que contemos desde nuestras voces y nuestra región
Ella es la única integrante del colectivo que pasa la cuarentena íntegramente puertas adentro, junto a su madre y su hijo de nueve meses. Está trabajando en su maternidad, en la intimidad. "Es un momento difícil, emocional y económicamente. Hay que encontrar salidas, ejercicios mentales y emocionales para pasar la situación. Es un momento de comprender procesos, de observar, y reflexionar sobre estas emociones diferentes que uno tiene". El resultado de esa búsqueda lo refleja en autorretratos, su diario visual sobre la cuarentena total.
3- Federico Ríos Escobar, Colombia
Federico nació en Manizales. Aunque actualmente vive en Medellín con su esposa y dos hijos, donde trabaja para el New York Times, durante la pandemia se trasladó -primero a Bogotá y ahora a su pueblo natal-, donde vive alejado de su familia, a la que teme contagiar y ahora se tomó una pausa laboral. "Decidí tomar un receso porque siento que viene una nueva ola. No hemos visto los latinos la peor cara de la pandemia". Lleva algunos días sin salir de casa de su madre. Allí, fotografía desde el balcón y la ventana, los atardeceres, las nubes, la gente, la soledad. Es un tiempo extraño para nosotros", reflexiona este fotógrafo de 39 años. "El domingo estaba editando unas fotos y vi que en medio de la lluvia había un padre dando misa. Dije, esta es la misa de resurrección. Así que hice fotos de la gente oyendo la misa desde los balcones".
Como trabaja fuerte para el NY Times, las fotografías para el CovidLatam tienen una impronta más intima, "un nivel de reflexión diferente", dice y añade: "La posibilidad que nos da CovidLatam es un diálogo regional en el que estamos identificando las similitudes que hay entres los países, que son muchas. Seguimos teniendo una idisosincracia latina. Claro que hay particularidades en cada territorio, pero hay unidad y gran similaridad en muchas cosas. En Latinaomérica vivimos un poco haciendo malabares, en familias muy grandes en las que nos ayudamos, pero estamos muy lejos de esas soledades nórdicas. Me parece maravilloso que podamos vernos así, y que de esa manera nos proyectemos y a lo mejor los nórdicos estarán viendo nuestras fotos y diciendo mirá como es allá".
En Latinaomérica vivimos un poco haciendo malabares, estamos muy lejos de esas soledades nórdicas
Federico lleva un tiempo fotografiando a un grupo indígena que es conocido como los últimos nómadas, los Nukak Maku, que viven en las afueras de una pequeña ciudad, pero tomaron la decisión de regresar." Dije, acá esta el proyecto, la última tribu regresa al corazón huyendo de la enfermedad del hombre blanco, más poético no podía ser. Pero me frené en seco, porque puedo estar infectado yo, y no puedo ponerlos en riesgo. Lo que nunca pasó en mi vida como fotógrafo es ser yo el riesgo". Cree que es un gran acierto correrse de la narrativa individual y local. "Esto trasciende más allá, es global. Tenemos que reflexionar globalmente, entender que llegamos a un punto de globalización que sin los hábitos de la globalización no hubiera sucedido".
4- Johis Alarcón, Ecuador
Johis pasó las primeras dos semanas en cuarentena absoluta, al cuidado de su abuela. Ahora que su abuela se fue con su tía, tomó un assignment para la agencia Bloomberg y comenzó a salir. Trabajó sobre la Semana Santa en Quito, donde la cultura religiosa es imperante. Mostró las iglesias vacías del centro histórico, un sitio que suele estar repleto, con millones de personas en las procesiones. También está trabajando en la intimidad de su familia, por eso fotografió a su abuela viviendo las pascuas en su casa. "Mi abuelita es bastante religosa, fui a lo de mi tía y los fotografié mirando la misa por You Tube".
Ecuador es el país en el que peor están las cosas. Por eso Johis planifica puntillosamente sus salidas, solo va a sitios puntuales, y extrema las medidas de cuidado e higiene. Usa uno de esos trajes blancos con capucha, trata de no intercambiar lentes y llevar el equipo necesario. Trabaja con los guantes, viaja en su auto, y cuando se sube nuevamente limpia todo. Además, lleva una mochila con una muda de ropa extra y, cuando llega a casa de su tía o de su madre, se ducha y se cambia, deja todo afuera y lo limpia con alcohol y lavandina. "Los fotógrafos teníamos el instinto de saber que hacer ante esas circunstancias, pero esta pandemia, es como querer ir a la guerra con tu abuelita al lado. Me costó mucho digerir, saber saber como actuar, y cual sería mi aporte".
Para CovidLatam está trabajando en su propia cuarentena y la de su familia, mientras para la agencia hace fotos de impacto global. "Contamos con diversidad y profundidad de miradas, y es ahí donde aflora tu parte más creativa. Cada quien tiene su manera. Nos están pasando cosas y hay que seguir dándole, es bien complicado. Esas voces diversas, la mirada propia y la palabra de confianza son clave para sentir que no estas solo ni sola".
Esas voces diversas, la mirada propia y la palabra de confianza son clave para sentir que no estas solo ni sola
Esta fotógrafa free lance de 27 años es, además, miembro de Fluxus Foto, otro colectivo fotográfico. "Los espacios colectivos son potentes espacios de encuentro, de comunicación, de confianza. Creo que en ese sentido y en estos momentos, CovidLatam es un factor clave para estar comunicados, y saber que es lo que está pasando en la región. Para presentar una mirada desde nosotros, con la cercanía y la pertenencia a nuestros territorios".
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