Pantuflas, termos, marcadores, teteras y botellas de vino. Masamadre y esencias, libros, repelente y barbijos. ¿Cuáles son los objetos más representativos de la cuarentena? En una hipotética cápsula del tiempo, los elementos que acompañan estos días de encierro podrían definir, a futuro, cómo somos, cómo reaccionamos y de qué nos rodeamos. Desde Argentina a Japón, la diseñadora industrial Paula Zuccotti reúne el testimonio de 150 personas dispuestas a componer una foto colaborativa que refleje los cambios de hábitos reconocidos durante la cuarentena.
El ensayo, pura arqueología del futuro, registra la huella indeleble que deja la pandemia en los objetos de apego que elegimos para sentirnos bien. Zuccotti es argentina, graduada en la FADU UBA. Además, etnógrafa y realizadora audiovisual. Hace 20 años reside en Londres y se dedica a relevar objetos de uso cotidiano para el desarrollo de estrategias de comunicación en empresas internacionales. Ikea, Nokia, Google y LG, entre otras, la convocan para reforzar campañas a través de su mirada.
La iniciativa que promueve en las redes sociales bajo el hashtag #EsencialesDeCuarentenax15 se transformó en un ejercicio de introspección para profesionales, artistas, médicos, grandes y chicos de todo el planeta que se prestan a mostrar un recorte de intimidad. Zuccotti abrió el juego en su cuenta de Instagram (@paugram), pero no le puso fecha de vencimiento. "Hasta el momento llegaron más de 500 fotos. Es muy interesante observar la selección de elementos aliados que acompañan tiempos difíciles", dice la autora de Everything you touch (Penguin Random House), un libro que rastrea el comportamiento de distintas personas en todo el mundo de acuerdo a los objetos que utilizaron en 24 horas, desde que se despertaron hasta que se fueron a dormir. Esta investigación le valió reconocimiento internacional y también tomó forma de documental (el tráiler se puede ver en Vimeo). Y fue el punto de partida que inspiró esta nueva acción, ahora en formato colectivo e instagrameable.
De qué estamos hechos
La azafata desempleada que volvió a la casa de sus padres en un pueblito de Escocia, un médico de guardia en Londres que juega con su hija y Pepa Pigg, la docente argentina que, citronela y auriculares mediante, muestra los vaivenes del home office. Los rompecabezas, palos de amasar, botellas de vino y mats de yoga están entre los objetos más fotografiados de este álbum que, en el futuro, permitirá reflexionar acerca los hábitos que nos cambiaron la vida.
"La vida se congeló. Ojalá este material nos ayude a entender que el futuro se transformó en el pasado que habíamos perdido. Este paréntesis nos abre las puertas a la reflexión en una misma plataforma, donde todos comparten sus rituales", señala Zuccotti, que recibió aportes de la India, Taiwán, Japón, Israel, Australia, Londres, Buenos Aires y Perú.
La vida se congeló. Ojalá este material nos ayude a entender que el futuro se transformó en el pasado que habíamos perdido.
Instagram es el sitio donde se comparten los rituales del té, las prácticas de yoga y la multiplicación de suculentas. "Aparece con fuerza el hilo conductor del cuidado, tanto personal como del entorno y de la casa. Otro punto en común es la revalorización de herramientas analógicas, las plantas y las mascotas, dos de los elementos más posteados, junto al resto del top 10: auriculares, anotadores, computadoras, máquinas de coser, pantuflas, elementos para hacer gimnasia, juegos de mesa, infusiones y utensilios cocina", enumera.
Así como surgen materiales nobles también se nota una ausencia significativa: las marcas, los productos de lujo, los accesorios y la indumentaria que quedaron en retirada, a la espera de volver a las pistas. "Reaparecen los martillos y destornilladores. También los elementos de jardinería, bordado, hilos y agujas, instrumentos musicales, lápices, acuarelas. Los objetos de confort ganan protagonismo y se flexibilizan los espacios. La música, velas y difusores aromáticos contribuyen a crear situaciones íntimas de bienestar", apunta Zuccotti, desde Londres.
En un planeta hackeado, con las fronteras geográficas caídas, este formato promueve una alternativa para relacionarse y empatizar con otros de manera global. "Estamos aislados en diferentes lugares del mundo, todos pasamos por la misma situación y posteamos casi los mismos logros en las redes: tortas, arreglos, dibujos. El lenguaje del piyama y las pantuflas habla de textiles cálidos, suaves y honestos".
La consigna es que cada autor argumente su elección y titule su foto de acuerdo al estado de ánimo. "Mi cable a tierra", "Kit de supervivencia", "Dopamina", "Alquimia en casa", aparecen entre los registros. La pronosticadora de tendencias proyecta plasmar todo el material en un libro, a la vez que lo publicará en un sitio web y organizará una expo de fotos.
Mi casa, mi mundo
Entre los casos internacionales que más le llamaron la atención, la diseñadora argentina destaca una mujer de Taipei y un hombre de Londres. "Sonia Skin muestra un futuro no tan lejano. En esa ciudad ya no hay confinamiento pero muchos hábitos quedaron en pie, se normalizaron. El barbijo, la distancia social, el cuidado de las plantas para cuidarse a uno mismo, la búsqueda del equilibrio (a través de inciensos y cristales). También, el desinfectante distribuido en Taiwán para combatir el covid-19 embotellado en una tradicional botella de vinagre de arroz". Otra foto emblemática es el de Matt Shunshin, cardiólogo londinense de un hospital público. "Me interesó por ser trabajador esencial de la salud. Reunió su kit de cuidado (alcohol, uniformes varios) junto a la rutina implementada para sacarse la guardia de encima al llegar a casa: gin, Pepa Pigg y el libro que comparte con su hijita de 2 años".
La familia Butler, de Oregón (Estados Unidos) eligió una campana de bronce entre sus 15 esenciales. "Allá suenan las campanas a las 19 horas para agradecer el trabajo de los médicos. La cerveza local representa la ayuda a los comercios de proximidad y los juguetes, una constante", resume Paula Zuccotti.
Entre los argentinos, Magdalena Godoy, estudiante de Diseño de la Universidad de Mar del Plata, priorizó objetos vinculados al tiempo ganado, como mandalas, cartas para jugar en familia, harina y tijera para cortarse el pelo. De Misiones, la selección de Agustina Hassenruck, estudiante de la UNAM, "muestra la otra amenaza: el dengue. Junto al repelente aparece el mate, una mandarina y agua, que hablan de la importancia de hidratarse y consumir vitamina C".
Por otra parte, la docente universitaria Marina Massigoge, diseñadora industrial porteña, combinó nódulos de kéfir, cera de lino y un calendario "que aunque difícilmente cumplimos ayuda su sola presencia". Elementos que conviven en armonía con la radio y la terraza, que se convirtió en uno de los ambientes más preciados de la tipología PH.
"Tenemos la oportunidad de diseñar nuestro futuro para posicionarnos mejor. Y desde los objetos surge una alternativa para documentar sensaciones que nos marcan a lo largo de la vida", concluye Zuccotti, arqueóloga del más allá, paleontóloga del cambio de hábitos que dejará la pandemia.
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