¿Quién es?
Diego Tonietti (36) es contador.
¿Qué hizo?
Junto con Albano Laiuppa (economista), Pablo Davicino (ingeniero en sistemas), Augusto Giuliano (diseñador gráfico) y Diego Schwindt (ingeniero en sistemas), creó una herramienta digital para gestionar de manera más transparente la tarea de los administradores de consorcios.
¿Cómo lo hizo?
Como muchos proyectos innovadores, Consorcio Abierto surgió de una mala experiencia personal. Mientras estudiaban en la Universidad, en Buenos Aires, un grupo de amigos vivieron una verdadera pesadilla como consorcistas en un edificio del barrio de Colegiales. "Fue realmente mala y conflictiva. Luego de varios años y ya viviendo en otra ciudad, volví a toparme con una mala experiencia y empecé a entender que eso era un factor común. Que la relación administrador-vecino era estructuralmente mala", recuerda hoy Albano Laiuppa. Con Diego Tonietti tenían varios años de trabajo corporativo juntos, experiencia en el uso de sistemas de gestión y mucho interés en los negocios digitales. Se propusieron dedicarle un tiempo a investigar si había una verdadera oportunidad de negocios. "Hablamos con administradores referentes de Buenos Aires y Bahía Blanca, ciudad en la que nacimos e iniciamos todo, y confirmamos que había buenos administradores, pero sin soluciones tecnológicas, que hacen muy ineficiente la actividad. El otro dato que motivó el emprendimiento es que el 70% de la población de CABA vive en edificios y casi el 50% de todas las familias del país. Ahí entendimos el impacto de la solución", explica Tonietti.
Desde el día uno invertimos recursos propios porque estábamos muy convencidos de la oportunidad. Vendimos autos y hasta un cuatriciclo para obtener fondos.
Desde la visión de los fundadores del proyecto, su diferencial es el servicio y la sencillez en el uso, tanto para la administración como para los vecinos. La promesa es simple y compleja a la vez: tener en la pantalla de la computadora o del dispositivo móvil el control total de lo que sucede con la administración del edificio y evitar las tediosas reuniones de consorcio. Hoy, luego de casi seis años y con presencia en más de 40 ciudades de todo el país, la plataforma tiene un modelo de negocio en el que se cobra por unidad funcional del edificio o barrio, información que también figura en el sistema. Desde el momento en que se pensó el proyecto, la propuesta ganó algunas convocatorias de financiación que le sirvieron de impulso. "Desde el día uno invertimos recursos propios porque estábamos muy convencidos de la oportunidad. Vendimos autos y hasta un cuatriciclo para obtener fondos; por suerte, ahora ya estamos en una etapa autónoma, incluso nos incorporamos a Endeavor, desembarcamos en Uruguay y nos proyectamos a toda América Latina", concluye Tonietti.