"Conocí a un hombre con tendencias swingers, ¿debería adaptarme a él?"
Querida Consuelo:
Tengo 61 años, hace doce que me divorcié de quien fue mi primer (y único) hombre. Hace siete años conocí en una página de "solos y solas" a un hombre con el que tuvimos al principio una relación puramente pasional, que luego se volvió más y más estrecha y amorosa, aunque... en un plano casi virtual. Es decir, teníamos pocos encuentros personales.
Él siempre me planteó sus "reglas de juego" claramente. A mí me costó escuchar, por eso desatendí ciertos malestares que me producía la relación. A él le interesaba, además, explorar las relaciones swinger. Lo acompañé hasta donde pude, y no fue mucho; un poco por temor, otro poco porque no sentía que él era "mi pareja" para sentirme suficientemente contenida en esa situación. De todos modos, seguíamos juntos. Hace poco, me dijo que el nuestro era un "amor trascendente".
Como desde hacía tiempo sentía que tenía ganas de tener una pareja más "normal", terminé hace unos días con él. Y ahí empezaron las dudas: además de extrañar la confianza y la comunión que teníamos, empecé a darme cuenta de que él siempre fue honesto y sincero, y que quizá soy yo la que no se anima del todo a explorar nuevos territorios, porque de algún modo sigo prisionera de viejos mandatos.
¿Debería intentar transitar una relación más "desapegada" y libre con él, o intentar encontrar un hombre que no me enfrente a tantos desafíos y me ofrezca su presencia y su afecto sin tantas vueltas?
Muchas gracias
Terrible Indecisa (61)
Querida Indecisa:
La encrucijada es difícil, y es una que muchas personas sienten en esta época me parece: quizás en términos intelectuales una piensa que debería tener una relación de X tipo, pero el cuerpo nos pide otra cosa. Me parece que no hay que forzarse más allá de lo que una quiera a correr ningún límite. Estos nuevos vínculos tienen que ver con el trabajo personal pero también con el deseo: está bueno animarse a cosas nuevas, pero cuando aparece una resistencia desde una misma no hay que castigarse ni obligarse a transitar experiencias que no nos cierran.
Creo que lo más importante del cambio que estamos viviendo, más allá de las nuevas formas de relacionarse, es aprender a reconciliarse con la soltería. Fijate que vos me planteás solamente dos opciones: transitar una relación desapegada con este hombre o "seguir buscando" uno que te ofrezca otro tipo de vínculo. ¿Y si en lugar de eso te planteás animarte a vivir, aunque sea por un tiempo, sin un hombre pero tampoco en la permanente búsqueda de otro? Creo que cuando una se anima seriamente a dejar de estar en la búsqueda y pensar la pareja como condición sine qua non para la felicidad hay algunas "fichas" que empiezan a caer. Es más fácil entender lo que una desea, las cosas que una está dispuesta a negociar y las que no. También hay algo que se libera: si una aprende que genuinamente puede disfrutar sola, con amigas, pasarla bien leyendo un libro o yendo a escuchar algo de música, la pareja se construye desde otro lugar: desde la obligación y no desde el mandato.
El hombre con el que venís conversando no parece un mal tipo, de hecho ha sido honesto con vos siempre, lo cual ya es muchísimo: pero eso no significa que sus deseos y sus formas del querer sean compatibles con las tuyas. Mi consejo es que te animes a estar sola, pero no desde un lugar de desesperación sino de disfrute, y que tomes la decisión ya con la cabeza en otro lado.
Un cariño,
Consuelo
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