Dónde queda
En Vicente López, a unos metros del cruce entre Avenida del Libertador y General Paz. Un espacio verde que mira hacia el río con el deseo de amigarse con él. Se ingresa por la calle Raúl Alfonsín, que luego se convertirá en un boulevard.
Por qué lo elegimos
Porque es una de las primeras acciones públicas que se realizaron con la intención de volver a darle la cara al río y con la premisa de que la gente tome contacto visual con el agua. Hasta mediados de los 80, la zona sirvió como balneario, con grandes expansiones de arena y otros paisajes naturales que convivían en un perfecto ecosistema de arroyos, bosques, flores silvestres y cientos de especies de aves. Cuando se comenzó a rellenar el lugar para ganarle espacio al río, la zona se convirtió en un basural y se perdió toda la costa. Hoy, a pesar del verde, la orilla continúa siendo inaccesible por los escombros y la basura que provocan.
El dato
En la primerísima parte del paseo, un puente metálico multicolor cruza el arroyo Raggio y conecta directamente capital con provincia, además de ser el paso para llegar sin rodeos al Parque de los Niños.
1-Vecinos. Así como para el lado de la Ciudad de Buenos Aires el Paseo de la Costa linda con el Parque de los Niños, para el otro, su vecina directa es la Reserva Natural de Vicente López, que marca el final de los más de dos kilómetros que recorren el Boulevard Presidente Alfonsín o Vial Ribereño. La unión de los dos predios resulta un oasis donde comienzan a cuidarse los ecosistemas originales rioplatenses con sus plantas y animales característicos. Muchas de las especies de la Reserva fueron colocadas en el paisajismo del paseo para reforzar la protección y evitar la invasión de especies ajenas a la zona.
2-Homenaje a Amancio Williams. Algunos ven flores, otros paraguas y hasta se han identificado con la forma de las rayas marinas. Son dos columnas de hormigón que homenajean a Amancio Williams, una de las figuras más importantes de la arquitectura argentina. Construidas de hormigón y huecas por dentro, cada una sostiene la forma que los observadores descubren mientras se encandilan con el reflejo del río. El homenaje a Williams sobre la costa tiene relación directa con el ideal del arquitecto: construir una ciudad más humana que devuelva luz, aire, espacio y tiempo.
3-Paradas técnicas. Diseñado para que los ciudadanos se adueñen del lugar, como lo hacen todos los fines de semana, el paseo incluye cuatro paradores con baños y puestos tipo kioscos, donde se vende todo lo necesario para armar un lindo picnic sobre alguna de las lomadas artificiales que ofrecen refugio del viento a los visitantes. Además de las dos plazas infantiles con juegos de vanguardia y los senderos intertrabados, el parque cuenta con canchas de fútbol tenis, de ping pong, de básquet y de vóley de playa, también circuitos de longboard y de running, gimnasios al aire libre, reposeras como miradores del río y un gran anfiteatro que completa la infraestructura.
4-El paisajismo. El paseo se completa con las obras de paisajismo. "Gramíneas, ceibos y lapachos es de lo más que se puede encontrar. La idea era seguir con la vegetación propia del lugar. Las gramíneas se eligieron de la misma textura, pero de diferentes colores, que coinciden con el ritmo de las luminarias: una bordó, una verde, otra azulada y así", cuenta Clara Miguens, licenciada en Urbanismo que participó en la planificación paisajística de la zona.
5-El navegante. Junto con el anfiteatro y con las columnas Williams, el monumento homenaje a Vito Dumas se emplaza como una de las atracciones culturales del Paseo de la Costa. El ahora llamado Boulevard Presidente Alfonsín era antes la avenida Vito Dumas, el argentino famoso por dar la vuelta al mundo en un pequeño velero.
6-Intervención. Sobre uno de los terrenos parquizados, se levanta el llamado Nido de la Cultura, creado por el arquitecto catalán Josep Ferrando. La idea de la intervención no es solo funcional, sino artística, en el sentido de incorporar la madera en el paisaje urbano. El Nido de la Cultura es una obra repleta de escaleras que parecen laberintos y que conducen a distintos miradores de la estructura que se utiliza también como anfiteatro.
ELEGIDO POR:
Rodrigo Ruiz Medina y Clara Miguens
Juntos conforman el estudio RM2, especializado en planificación urbana y diseño del espacio público. Rodrigo Ruiz Medina es arquitecto y Clara Miguens es licenciada en Planificación y Diseño del Paisaje. Se desempeñan como consultores y asesores en proyectos de espacio público de distintas escalas y temáticas. Sus trabajos en el sector privado van desde viviendas unifamiliares hasta desarrollos de proyectos urbanos a escala barrial. Participan de concursos nacionales e internacionales, y han obtenido premios en varias oportunidades. Más info acá.
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