Confusión muscular: el método elegido por los fisicoculturistas para mejorar la resistencia y la fuerza
Esta técnica se inventó hace un par de años y era utilizada por los fisiculturistas; se emplea para salir del estancamiento que genera la rutina de ejercicios
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Necesarias para lograr sus objetivos a fuerza de repetición, las rutinas de actividad física pueden, con el paso del tiempo, conducir a un acostumbramiento, estancamiento o meseta. En esos casos, está comprobado que irrumpir con un entrenamiento de confusión muscular, durante algunas semanas, produce grandes beneficios en las aptitudes físicas que se traducen en un cuerpo más marcado y contorneado.
La confusión muscular “es un método que se utiliza para los que van al gimnasio y hacen sus rutinas”. “Se inventó hace un par de años y lo llevaban a la práctica, en un primer momento, sobre todo los fisicoculturistas. Sirve para confundir a los músculos, para que salgan de una zona de estancamiento o de meseta. Es lo que suele pasar cuando uno hace un plan en un gimnasio o lleva una rutina”, detalló a LA NACIÓN el entrenador físico Pablo Benadiba.
El fin de la confusión es sorprender al músculo y salir de la adaptación. Activa los mismos músculos que se usan en el entrenamiento de siempre, al ejecutar ejercicios de fuerza o de resistencia con el elemento sorpresa como protagonista. Se involucran los mismos músculos que se venían ejercitando, pero sorprendiéndolos. Esta confusión produce beneficios a nivel de la fuerza y la resistencia y, en consecuencia, estéticos.
En una clásica rutina de ejercicios se pueden trabajar todos los músculos, empezando por hombros, pectorales, abdominales, tren inferior y glúteos. Al interrumpir la rutina con este entrenamiento disruptivo, “lo que se pretende es que haya un cambio, al realizar los estímulos de manera totalmente distinta a lo que se venía haciendo”, señala.
“Entonces, si se trabajaban glúteos con ejercicios de resistencia y muchas repeticiones, se pasa a trabajarlos con ejercicios de fuerza. Otra opción es activar todo el tren superior un día y, al otro día, el inferior”, añade. El límite al que se llega, en este caso, es el fallo muscular, que es la última repetición que se puede hacer.
Es una especie de random bien armado. Sin embargo, no se trabaja 100% al azar, sino que se sigue una tendencia. Si un día se adoptan ejercicios pesados de glúteos, como el hip thrust con barra, otro día se eligen ejercicios de resistencia, que pueden ser en cuadrupedia con tobilleras. Al tercer día, un trabajo de escalera o ascensos al banco, donde el glúteo trabaja indirectamente.
“Uno está confundiendo constantemente al músculo por el tipo de entrenamiento y eso genera beneficios”, detalla Benadiba. La idea, señala, es no salir del esquema del entrenamiento habitual, “sino transferirlo a otro tipo de rutina”. “La confusión permite alterar el ritmo que tenía el entrenamiento, salir de la meseta y conseguir un paso más en los resultados estéticos, de fuerza o de resistencia”, agrega.
Esto se hace por un período de tiempo. “No es constante, porque los entrenamientos necesitan una periodización. Cada dos meses se pueden intercalar 10 días de entrenamiento de confusión y, después, volver al plan habitual. Se realiza como una fuerza de choque para cortar con lo que se practicaba y así, se estimulan los músculos de otra manera”, aclara el entrenador.
Benabida sostiene que, según un estudio realizado sobre personas que ejecutaban confusión muscular durante unas semanas, se las notó más motivadas por salir de la rutina. “Es un estudio en el que se tomaron dos grupos de personas: uno trabajaba con un entrenamiento periodizado, como tiene que ser. El otro eran personas que hacían lo mismo pero que, por períodos cortos de 20 días o un mes, hacían esta fuerza de choque, que era sorprendiendo los músculos cambiando casi 180 grados todo”, relata.
“Se llegó a la conclusión de que no solo mejoraban la fuerza y la resistencia, sino también la parte estética. Las mejoras tienen que ver con el entrenamiento que se realizaba. Si uno entrenaba para hipertrofia, va a mejorar en eso; si se entrenaba la parte de resistencia, allí estarán las mejoras”, destaca el entrenador.
Entre los principales beneficios de la confusión muscular, se advierten progresos en la aptitud física. Hay mejoras en la resistencia y en la fuerza, con notables resultados a nivel estético. Y se aumenta la motivación, factor clave para sostener el entrenamiento en el tiempo.
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