Después de un mes aislamiento social obligatorio, peluquerías cerradas y de darle vueltas al asunto, fue que finalmente el estilista Diego Perla (34) pudo dar forma a un proyecto para sortear la cuarentena con cintura. "¿Cuándo vuelven a atender?", era la pregunta que llegaba a su celular una y otra vez de parte de clientas desconcertadas por no saber cómo manejar su cabellera sin la ayuda profesional. Crecimiento de canas, raíces y desnutrición eran los problemas más frecuentes por los que lo consultaban.
Desde que el 20 de marzo, las peluquerías de AMBA y C.A.B.A se vieron obligadas a cerrar sus puertas, sin posibilidad de trabajar, debido a la cuarentena obligatoria impulsada por el Gobierno, más de 18.000 peluqueros se vieron afectados por la situación. En Argentina existen más de 78 mil salones de belleza, que reciben más de 250 millones de visitas al año y representan un volumen de negocio superior al 1% del PBI nacional.
"Encerrado en casa, sin poder trabajar ni generar ingresos, me puse a pensar alguna forma de adaptarme a la nueva modalidad de vida Covid-19. Con el correr de las semanas, las consultas de nuestros clientes fueron en aumento. Muchos nos escribían preguntando de qué forma podían retocar o mantener el color, cómo aprovechaban el tiempo para mejorar el aspecto del pelo entre miles de consultas más. Ese fue nuestro disparador para encontrar, en medio de la crisis, una oportunidad: la idea de llegar a cada casa, ayudar a transitar estos días en cuarentena y hacer que las personas nos sintieran cerca y disfrutaran de nuestros servicios".
El día que se prendió la lamparita fue cuando el mismo Diego Perla decidió hacerse un cambio de color en su casa. "Tengo la sabiduría y el conocimiento para poder hacerme cosas por mi cuenta en el pelo. Y cuando me teñí, me sentí renovado. Ahí pude comprender lo que sentían todas esas personas que estaban mal con sus canas y no podían resolver el tema. Por eso surgió la idea de armar una tienda online y ofrecer unas cajas con kits de tratamiento para diferentes necesidades capilares".
Cada caja contiene todos los elementos necesarios para tratar desde color, animarse a cambios fantasía en cuarentena, cubrir canas, raíces y nutrir el pelo. Toda la experiencia es personalizada: incluye un asesoramiento online previo a la compra, en donde se conversa con cada cliente para entender sus necesidades y expectativas. Una vez que llega la caja seleccionada, la persona puede acceder a través de un código QR a la forma de preparación y aplicación de los productos, a través de una guía armada especialmente por el estilista con consejos de cuidados y datos para lograr los mejores resultados.
En la misma sintonía y para no perder el contacto, L’Oréal Professionnel puso a disposición un número de atención al cliente (0800-999-7763) para realizar consultas sobre coloración y obtener información sobre cuál es la peluquería más cercana a su localidad.
De todos modos, la rutina de cuidado del cabello en casa no supera la excelencia que se logra en las peluquerías de la mano de un estilista profesional, por lo que muchas mujeres ansían cada vez más volver a su salón de belleza. Esto se ve reflejado en un estudio realizado por la plataforma digital de insights, For Me Insights, que reveló que el 60% de las argentinas extraña asistir a los salones de belleza: un 33% para sentirse renovadas y un 27% para tener un "tiempo para ellas".
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Íntimo y personalizado
Perla reconoce que, de alguna forma, su modalidad de trabajo ya estaba bastante adaptada al protocolo que se está organizando para la reapertura de las peluquerías porteñas después de casi cuatro meses de inactividad. Hace más de seis años que Perla se desempeña en forma privada, sin local a la calle y con turnos. Las redes sociales y el boca en boca lo dieron a conocer entre quienes hoy son sus clientas (@perlaestudio).
"El formato de las peluquerías va a ser en esa dirección en los próximos meses: con turnos, espacios más abiertos, sin aglomeración de gente, algo que en los salones de cadena suele ser moneda corriente. El lado positivo es que, para la clienta, la experiencia de ahora en más va a ser mucho más personalizada y con atención exclusiva. Como yo ya vengo trabajando en ese formato, ahora mi desafío es subir la exclusividad un nivel y asociar la atención también a lo virtual".
Lo que está claro es que, en este contexto, la tienda online -tanto de este rubro como de muchos otros- llegó para quedarse. En el caso de las peluquerías, los expertos ahora ven con buenos ojos ese canal para poder asesorar de antemano al cliente y que, con turno, llegue a su cita con un diagnóstico capilar completo y seguimiento cercano de sus necesidades y pretensiones.