Dicen que para gustos hay colores . Por eso, nos lanzamos con entusiasmo la juego de ensayar opciones que le cambian por completo la cara a los ambientes y que requieren solo la inversión de la pintura, algo de tiempo y osadía. A continuación, los invitamos a que prueben cuál les gusta más.
Cocina nueva
¿De punta en blanco o una chispa sutil de amarillo intenso y luminoso? El toque de color que se probamos sobre el machicmbre le dio nueva vida a esta cocina con una distribución astuta que aprovecha de manera eficiente todo el espacio y ayuda a mantener todo organizado y en orden .
Mente en orden
El mismo color, en una variante un poco más de profundidad le da más intimidad y calma al consultorio de un psicoanalista. El espacio se completa con una alfombra en el mismo tono de la pared, un sillón de estilo moderno y cuadros con marcos blancos.
Lugares de paso
Cuánta luz ganó este pasillo sin perder la esencia colonial de esta espectacular casa en La Cumbre. Sobre el tono original ensayamos un verde fresco: se lleva bien con la madera oscura del techo, llena el espacio de vida sin necesidad de recurrir a demasiados objetos decorativos y se vuelve acogedor con el sillón y la salamandra.
El menos pensado
En esta galería, el gris era la apuesta segura que armonizaba perfectamente con el hormigón. Sin embargo, probamos un giro inesperado con un seductor violeta para los planos verticales que resultó ser el compañero ideal del verde frondoso.
Más verde
El blanco acompaña la austeridad decorativa de un cuarto con piso de madera y aberturas metálicas hasta el cielorraso. Pero queríamos probar cómo quedaría el verde transformador que amplifica, alegra y hace vibrar el ambiente.
Resiste al tiempo
El cuarto de los chicos da permiso para la entrada del color. Así que jugamos a pasar de la serenidad del blanco a la energía de este turquesa que va a resistir sin problemas el paso del tiempo y que escapa de los colores convencionales de colores "de nena" o "de varón".
Al ángulo
En blanco, las paredes del patio llevan aún más luz a los ambientes interiores. Ahora, con el verde imaginamos para la columna que forma un ángulo recto, el living ganó personalidad y se asocia naturalmente con las plantas.
Punto de atención
El respaldo capitoné en gris era el punto más destacado de este cuarto en tonos neutros. Hasta que en una de las paredes probamos este lila intenso que levanta el ambiente y mantiene la serenidad necesaria para el descanso.
Estilo nórdico
Algo que los nórdicos entendieron hace mucho es que grises y blancos no significan frialdad. Y menos que menos los volúmenes amplios y sin divisiones. Sin embargo, elevamos la apuesta y jugamos con esta alternativa en un color que se acerca al maíz que se lleva de maravilla con la textura de las paredes y la deco.
Refrescante
En ambiente clásico y moderno como este living, vale la pena jugarse por una opción osada como este verde fresco y brillante. Hace que se destaquen los cuadros, el sillón y combina muy bien con las sillas y la mesa de madera.
Punto de contemplación
Con ánimo de cambio, probamos cómo quedaría esta galería playera con un tono naranja que evocara los rayos del sol al atardecer. Así queda en primer plano el contraste con el verde de las plantas que se ven en la ventana.
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