Una flamante galería revestida en madera es el desenlace perfecto para un hogar en donde las obras de arte y los materiales naturales son cosas de todos los días.
"La modificación de la casa empezó porque necesitábamos un cuarto más, y faltaban un playroom y una galería con parrilla, idealmente, lo suficientemente cómoda para que mi pareja y mis cuatro hijos pudiéramos disfrutarla entre nosotros y recibir amigos. Esa idea inicial se terminó convirtiendo en una megarreforma", nos cuenta el dueño de casa.
En un trabajo conjunto con la arquitecta Ana Biren y Pablo Ledesma, trazó un plan de acción que incluyó darle a la galería las dimensiones pertinentes, ubicar un área social amplia y un playroom en la planta baja, tres cuartos para los chicos y una suite en el primer piso. ¿La consigna estética? Acompañar los muebles y, sobre todo, las obras de arte compradas acá y en los diferentes países de América Latina en los que vivió, con materiales nobles y la siempre reconfortante calidez de la madera.
"Por un tema de practicidad y de no saturar con tanta madera, en la planta baja optamos por pisos de cemento alisado. En lugar de los más clásicos perfiles de hierro, las juntas de dilatación son de vidrio: un detalle de estilo".
En el living, mesa baja traída de México y sillones. Detrás -en lo que era un cuarto-, sillón blanco y cuadro de Alfredo Prior. Para dar continuidad con el comedor, se usaron lámparas colgantes de MDF enchapado en cedro (Net Muebles) alineadas.
Sobre el vajillero de pino Oregón (Pablo Ledesma), pájaros de Mariano Cornejo. Distribuidos a lo largo de la pared, un conjunto de discos de Alfredo Prior suma dinamismo al ambiente.
"No me jacto de ser un experto, un coleccionista ni mucho menos. Mi elección de obras de arte es sobre todo intuitiva y sensorial: si algo me gusta y me llama, me parece razón más que suficiente para tenerlo en casa".
Dos camastros de lapacho con almohadones a medida enmarcan una zorra minera como mesa ratona (Pablo Ledesma). Detrás, una carretilla y un mueble azul de taller dan apoyo a macetas y jarrones con plantas.
"La idea original fue hacer una galería vidriada, pero dadas las dimensiones que queríamos, iba a quedar monstruosa. Al final, optamos por construirla en hormigón y revestirla en madera".
El techo y las columnas se forraron en lapacho para darle un aspecto de cálida naturalidad. Además, se sumó una mesa alta que se usa como espacio de apoyo al cocinar, como barra y como mesa complementaria cuando hay muchos invitados.
Sobre los muebles con frente blanco (Cato Cocinas), mesada de mármol de Carrara. Más arriba, una combinación de estanterías a la vista blancas y de madera en armónico diálogo con los contramarcos.
"Lo único que conservamos fue el comedor diario con el ventanal de vidrio repartido, porque siempre nos pareció un lugar especial. Solamente les cambiamos la tapa a los bancos y la mesa".
El ambiente de descanso fue equipado con mesa baja de madera (Lo de la Negra), sofá celeste (Laura O), pizarrón enmarcado (Pablo Ledesma), puf de denim traído de México (Casa Palacio) y sillón de mimbre comprado en Colombia.
En el recibidor, maniquíes comprados en París (Pier Import) adornados con collares de Celedonio Lohidoy, consola traída de México con lámparas debajo (Casa Palacio), foto ‘Rocinha’ de Facundo de Zuviría y lámpara de pie (Raresh)
"Desde chico me inculcaron el gusto por lo estético, el diseño y el arte. Y yo repetí el patrón: la escultura de carbón de Vicente Grondona que tenemos en el recibidor de la escalera, la eligieron mis hijas en ArteBA".
En el cuarto principal, como toque de contraste con el techo de madera oscura, una lámpara de mimbre. Del otro lado, un vestidor diseñado por Pablo Ledesma con iluminación de La Cirujía.
En concordancia con la materialidad del resto de la casa, en el baño principal se esquivaron los azulejos y el mármol: un revestimiento de cemento alisado unifica piso, mesada y paredes. Sobre la mesada con bachas incorporadas y grifería ‘Alesia’ de FV, gran espejo con marco de chapa oxidada (Pablo Ledesma).
Las camas están forradas con arpilleras turcas. En el medio, mesa de luz doble con cajones, también de pino Oregón. En frente se armó un sector de estudio, con una mesa angosta con lugar para dos personas y corchos y pizarrones enmarcados que las dueñas decoraron a piacere.
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