A veces cuesta definir qué poner como respaldo de cama... sobre todo desde que mucha gente se volcó por el sommier. Ahí es que sentimos más la necesidad de darle marco, vestirlo, hacerlo cálido, mullido y prevenir el roce de la pared. Entre las posibilidades: una foto, una obra de arte, una superficie blanda que sea cómoda para los momentos de lectura, un apoyo para las lámparas que se estire hasta convertirse en cajoneras, por ejemplo. Pero que la duda no se convierta en desvelo, y que la elección traiga sueños frondosos y reparadores.
1. Viaje al sur
Una foto enmarcada, propia o no puede ser la elegida para que sea lo último que veamos antes de dormir y también puede ser el disparador del resto de la ambientación del dormitorio. "Me costó armar mi cuarto… hasta que encontré esta foto de un viaje al sur. Cuando decidí que iba a ser la cabecera, se empezó a organizar el conjunto", cuenta Sabrina Aides, dueña de casa y parte del estudio de decoración Lodd. El resultado es un conjunto sereno y cálido en tonos neutros, piso de incienso y una cómoda (Encaja Muebles) con el tamaño perfecto para funcionar, además, como mesa de luz.
2. Galería
Otra vez las fotos como protagonistas del espacio de descanso. En este caso, se colocó un pequeño estante con imágenes familiares. La ampliación del dormitorio, que quedó con ladrillos a la vista pintados de blanco, generó un espacio perfecto para la cama. Debajo de las fotos, un respaldo clásico tapizado en género gris.
3. El sueño del lector
"Ubicar la cama contra la biblioteca le dio a todo el dormitorio una marca muy personal de expresión, color y calidez. Además, no se necesitan mesas de luz", dice la arquitecta y decoradora Milagros Loitegui, y no hay nada más que agregar. Así pensó este dormitorio que resulta irresistible para los amantes de la lectura. Ojo, que no le resta importancia a otros detalles. "En un cuarto, la cama es protagonista. Si está bien vestida, todo el resto parece más lindo". Palabra de especialista.
4. Escrito en la pared
En esta habitación pensada para un adolescente, la cabecera de la cama se resolvió con un papel de pared. El cuarto tiene una impronta industrial y toques rústicos en las camas con bases de pallets barnizados y ruedas y las mesas de luz hechas con cajones de madera combinada con hierro. Ligera, pero sin desentonar, una cortina translúcida de lino gris (Taupe).
5. Así de cómodo
Mullido, suave y tan confortable como parece, es la cabecera de esta cama (Jaus) con el estilo del respaldo de un Bergère. El color combina a la perfección con las distintas tonalidades que da la madera, presente en el taco de álamo macizo con lustre natural (Muebles Muc). Sobre la cama de petiribí, un tirante sirve como apoyo para fotos familiares.
6. Con firma
"Hice estos prismas con cinta washi, uno por uno, hasta encontrar la armonía justa. La idea es cambiarlos cuando nos cansen; pero si hay equilibro, uno no se cansa tan fácil", cuenta el artista argentino Mateo Andrea acerca de la obra propia que corona la cama de su departamento en París. Si hay ideas y sobra audacia, la pared de la cabecera puede ser un tentador lienzo en blanco para dejar fluir expresión y creatividad.
7. Continuo
Una placa de madera que puede tener el ancho de la cama o de toda la pared es una buena opción para un cabezal. En este caso, la diseñadora industrial Victoria Kon lo hizo en un tono oscuro que se despega del resto de la habitación. La superficie sirve como soporte a sendos apliques de luz ‘Viking’, (Flo’s Market) y a una foto enmarcada (Nicole Arcuschin). Tan durables y nobles como la madera son las mesas de luz de mármol ‘Prisma Carrara’ (Vk Home).
8. Trama secreta
El espacio de la cama se roba las miradas y los aplausos por su diseño y funcionalidad. Un panel corredizo de placas de madera con trama geométrica se luce casi como un cuadro y sirve de persiana para las claraboyas. La cama blanca laqueada, con respaldar que incorpora las dos mesas de luz, es un diseño de Martín Larraburu. Sobre la cama, funda nórdica, manta y almohadones en tonos pastel (Arredo).
9. En simetría
Un alto respaldo blanco y tradicional sirve como centro visual de una apuesta original. Los elementos que siempre se repiten a los costados de la cama (las mesas de luz, las lámparas) aquí pasan al primer plano gracias a su diseño y a la fuerza que le dan los espejos. "Los objetos le dieron personalidad a la base clásica en blanco, beige y madera. Cuando volví de Marruecos incorporé en la habitación las lámparas y los géneros colgantes. Viajar te cambia el ojo, te animás a mezclar estilos y a probar cosas nuevas", cuenta la dueña de esta casa decorada por Inés Espasandin. Cama con cabecera revestida (Mercado de las Pulgas). Mesas de luz, espejos y alfombras a rayas (Galpón 8). Lámparas colgantes (El Mercado).
10. Paisaje en blanco y negro
Clásico y elegante es la fórmula que resiste el paso del tiempo y de las modas. El hueco que generó un espacio ideal para ubicar la cama, quedó definido por un papel con motivos toile de Jouy tan tradicional y eficaz como el cabezal de madera con centro de esterilla y las cortinas de género liviano y print en blanco y negro. El efecto se combina la manta y los almohadones en los mismos colores, pero con motivos geométricos.
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