Ya era una revolución en marcha, pero estos meses de pandemia la aceleraron con una fuerza inusitada. Con el transporte público restringido y el distanciamiento social como principal medida de cuidado, el uso de la bicicleta decantó con naturalidad como la mejor forma de moverse. Y así, septiembre se encontró con un aumento de hasta 114% en viajes en comparación con el año pasado según datos del GCBA, y las avenidas Córdoba y Corrientes estrenaron bicisendas de una sola mano llamadas por algunos "autopistas" para bicis. También el sector de venta está de festejo, cerca de triplicar los números de 2019.
Y es que la bicicleta no solo es el medio ideal para moverse en esta pandemia con SUBE habilitada con cuentagotas: es un instrumento que posee la capacidad de generar comunidad, uniendo personas con intereses comunes y, una vez que se le toma el gusto al pedaleo, promoviendo el ejercicio y las salidas en grupo. "Si algo tengo que reconocerle a la cuarentena es que generó que haya cada vez más bicicletas en Buenos Aires. Y me encanta. Siempre fui alguien que se movió en bici, para ir a trabajar, salir con mis hijos o incluso a tomar algo a la noche", cuenta Sophie Starzenski, fotógrafa y profesora de yoga. Ahora, además, ella aprovecha los descuentos y beneficios de locales que premian a quienes llegan en bici.
Uno de los lugares que lo hace es Le Blé, la cadena de boulangerie y pâtisserie que por estos días ofrece 10% off a quienes hagan take away con este medio de transporte. "La idea es promover que los clientes prioricen el uso de las bicis y así ayudar a preservar el planeta", apuntan desde el emprendimiento. "El local de Núñez me queda cerca de casa y mis hijos son fanáticos del pain au chocolat, así que se me está haciendo costumbre pasar y aprovechar el descuento", relata Sophie. En la misma línea, son varios los locales gastronómicos que eligen festejar a aquellos que van en bicicleta. A veces es con descuentos, otras con refill de café o té, o en ocasiones incluso prestando infladores y cadena para atarla cuando el usuario no tiene. Así sucede en el Museo Evita, Artemisia, Tea Connection, Fifí Almacén y Ninina, entre otros exponentes bike friendly.
Para Federica Salazar, publicista, el de la bici ya es un ritual compartido. Todos los jueves deja a sus hijos con su marido y pedalea hacia algún punto en pos de una tardecita o noche de encuentro semanal con amigas. Y en lugar de ser la excepción, ese medio de transporte es la regla: todas llegan en bicicleta, dado que el objetivo inicial es andar alrededor de dos o tres horas, para luego elegir algún bar al paso tomar algo. Dado el orden de factores, lo llamaron "bike & birra", y vienen haciéndolo hace unos dos meses. "Somos tres por ahora, pero el grupo está abierto para que se sumen otras amigas si quieren. Tomamos poco porque después hay que volver andando, pero entre una pinta y unas papas nos vamos poniendo al día. Es mi actividad deportiva semanal, pero además sin hijos y con amigas", detalla. Aunque no deja de lado a sus chicos, ya que los fines de semana se volvió costumbre salir en familia también en bicicleta, enfilando hacia algún parque de la ciudad. "Cuando empezó la pandemia estábamos yendo mucho por el Bajo Belgrano o Saavedra y era medio plomo tener que subirnos al auto para llegar, así que con mi marido compramos sillitas para llevar a los dos chicos en nuestras bicicletas. Es un programa familiar divino y están todos enganchados, lo repetimos súper seguido".
De usuarios a ciclistas
En ciudad, playa o montaña, también abundan los grupos que se juntan en pos de sumar kilómetros y desafíos, compartiendo la pasión por el pedaleo. Y hasta sirve de canal de empoderamiento femenino, como vienen demostrando hace algunos años las Chicas Trek. "Este emprendimiento nace del deseo de Daniela Donadío –siete veces campeona argentina, campeona sudamericana, representante del país en tres mundiales y ahora brand manager de la marca Trek Argentina– de ver cada vez más mujeres arriba de la bici", ilustra Carmen García Balcarce, profesora del grupo de Buenos Aires. Donadío, habiendo visto de cerca lo difícil que es iniciarse en el ciclismo siendo mujer, dado que suele ser un deporte heredado y transmitido siempre por hombres, pensó que hacía falta un grupo femenino que proveyera ese sostén y empuje, y así creó Chicas Trek. "Un equipo de mujeres liderado por mujeres, donde pueden tener su espacio entre pares para aprender, socializar y enriquecerse en un hábitat especialmente pensado para ellas", sintetiza García Balcarce.
Gratuito, se diferencia sin embargo de otros grupos porque su fin no es tanto pasear como verdaderamente entrenar. "En nuestros equipos hay profesoras que enseñan técnicas y el buen uso de la bici para poder utilizarla en diferentes terrenos y para determinadas exigencias. No todas las chicas suelen correr carreras, pero la idea es que si quieren en algún momento puedan empezar a competir, y que sí tengan la intención de mejorar y superar límites", describe Carmen. También se les enseñan cuestiones de mecánica sencilla, de modo que puedan resolver por sí solas una pinchadura o un desperfecto con la cadena. García Balcarce cuenta que las edades de las asistentes van de los 35 a los 45. "Se sienten acompañadas entre pares, y a la vez desafiadas a conquistar un terreno que tal vez siempre creyeron de los hombres. Es muy lindo e interesante de ver", sostiene.
Si bien el grupo de Carmen sale todos los sábados, también se organizan dos training camps al año en el que se juntan los grupos de todo el país, incluyendo localidades como Salta, Catamarca, La Rioja, Mendoza, Córdoba, Junín o Venado Tuerto. "Hasta la pandemia se hacía uno en febrero en La Cumbre y otro en septiembre en Tandil. Siempre viene una corredora profesional del equipo femenino de Trek a enseñar técnicas, tips y consejos, y también hay charlas de nutrición, mecánica y hasta cuidado de la piel", describe.
En muchos casos, el amor que despierta la bicicleta es tal que pronto vira a afán por competir y especializarse. Y a veces hasta a crear algún emprendimiento relacionado, como le sucedió a Gabriel Manzanares y el flamante Cima, un café de Saavedra que abrió en septiembre y aúna el gusto por esta bebida con un taller de estudio de biomecánica para ayudar a los ciclistas a mejorar su postura y rendir mejor. Primero cicloturista, luego competidor de triatlones y hoy usuario de mountain bike con la que compite en carreras de cross country y rally, hace varios años vio en el exterior un sistema llamado retül, que analiza la posición del ciclista mientras pedalea a fin de buscar la versión óptima en pos de su confort, rendimiento y disfrute. "Lo conocí en 2008, cuando aún estaba haciendo triatlón. Pensé en ese momento que alguien debería traerlo al país, pero ahí quedó. Cuando volví al mountain bike descubrí que este método también sirve para esa práctica, y volví a investigar en Argentina", describe. Para 2012 ya se había contactado con los creadores del método. "Desde entonces sigo practicando ciclismo pero a la vez me dedico a este estudio para ayudar quien quiera a corregir la posición, dado que siempre me interesó la parte fisiológica del cuerpo, y sobre todo entender por qué me lesioné tanto. Con esto puedo evitarles mi propia experiencia", apunta Manzanares. El agregado de la pata cafetera este año buscó generar "un tercer tiempo". Que cuando los ciclistas terminen de entrenar en Parque Saavedra, de donde está muy cerca, tomen un buen café y se recuperen con comida saludable.
La pata inclusiva
La comunidad que se genera en torno a este medio de transporte también puede tener un foco social y sustentable, como lo viene demostrando hace algunos meses Voy en Bici Argentina, el primer banco de bicicletas del país y Latinoamérica. ¿Cómo funciona? Canalizando donaciones de particulares entre niños que vayan a la escuela, personas que requieran la bici para trasladarse al trabajo y comedores, merenderos y familias vulnerables que la necesiten para recreación, entre otros destinatarios posibles. "Nuestro objetivo es que miles de ciudadanos disfruten de las múltiples ventajas que ofrece un medio de locomoción completo, versátil y útil como la bicicleta", explayan. La donación no es un regalo particular sino que es de uso comunitario, quedando en el comedor, merendero o barrio en general para que las personas puedan trabajar, recrearse o lo que necesiten. En el único caso en que las regalan es como premio al mejor promedio en escuelas rurales, tarea que hacen en convenio con Apaer, Asociación Civil Padrinos de Alumnos y Escuelas Rurales.
En funcionamiento desde febrero de 2020, en pocos meses ya han llamado la atención de múltiples medios y recopilado historias emocionantes. Como la del chico que hacía delivery caminando y veía cómo sus compañeros en bici lograban más repartos en el día y por ende más propinas, y ahora equipara su productividad pedaleando. O el guardia de seguridad que ya no tiene que caminar 20 cuadras de ida y 20 de vuelta hasta la parada del colectivo que lo lleva a su trabajo. O los 30 chicos de Belén, Catamarca, que hacen 6 km diarios para ir al colegio, un poco a mula y otro poco a pie, y que están a la espera de las próximas donaciones.
"Para hacer escalable este proyecto de economía circular y sustentabilidad es necesario articular esto con municipios, provincias y con el gobierno nacional, además de la ayuda de padrinos y sponsors. Nuestro sueño es poder tener un depósito para poner todas las bicicletas a arreglar y dar nuestros cursos de arreglos básicos", detalla Julio Antuñano, director y emprendedor social de pura cepa. "En los últimos 10 años se consolidó la bicicleta como medio de transporte para las ciudades. A nosotros nos gustaría ser la cara solidaria de ese fenómeno", sintetizan desde la organización.
La ciudad de los ciclistas, ¿llegó para quedarse?
Por Gabriel Lanfranchi, arquitecto, director del Posgrado de Urbanismo Metropolitano de la FADU y coordinador del Plan Urbano Ambiental del GCBA
En 2009, Buenos Aires hizo una apuesta muy fuerte con las primeras bicisendas. Fue un tiempo de debate: los taxistas y algunos conductores no las querían y había quejas por perder un carril del auto. Pero fue un cambio paulatino en la cultura de los porteños. Primero tuvimos que entender que había que hacerles lugar, y después empezar a usarlas y valorarlas. Así, la movilidad en bici pasó de 0,4% en 2009 al 4% en 2019 (o sea, de 30.000 a 300.000 viajes diarios).
En las últimas semanas se agregaron 17 km de bicisendas en las avenidas Córdoba y Corrientes, llegando a los 267 km totales de red, una de las más grandes que existen. De hecho, Buenos Aires acaba de ganar el reconocido premio Wellbeing Cities en la categoría "Planeamiento de salud urbana". La pandemia cambió nuestra forma de movernos. Personalmente, soy uno más de los que migró y se compró una bici en estos tiempos. Y veo en la calle lo que estudio: bicisendas llenas y un pedido recurrente de ampliación y extensión. Por eso, la implementación en avenidas de variantes de una sola mano es una buena respuesta. Desde su aplicación, la circulación en estas "autopistas" de bici aumentó un 146% en Córdoba y 113% en Avenida Corrientes, sugiriendo que este cambio genera más seguridad.
Hoy los urbanistas del mundo nos hacemos la misma pregunta: qué va a pasar con la bicicleta de ahora en adelante. Hay quienes creen que no habrá tanto un "post pandemia" como un "con pandemia", conviviendo por largo tiempo con esta realidad. Quienes piensan eso creen que estos cambios llegaron para quedarse. En mi opinión, la pandemia va a traer cambios, pero también depende de cómo respondan los gobiernos locales. Estos momentos de shock hacen que cambiemos nuestras rutinas, pero a la vez son instancias fértiles para que el Estado transforme su infraestructura. Es momento de apostar por la caminabilidad, las supermanzanas, la ciudad de cercanía. Por eso estamos en una instancia de actualización del plan urbano ambiental, proponiendo una manera nueva de trabajar con la ciudadanía: "La PlanifiAcción". Este método contempla cómo va a crecer la ciudad, teniendo en cuenta temas estratégicos como equidad de género, integración sociourbana, cambio climático y digitalización. También se está trabajando con la Legislatura en lineamientos metropolitanos. Son instancias innovadoras, donde el eje de la movilidad sustentable es fundamental. Buenos Aires tiene las condiciones para ser una ciudad ciclista: llana, sin grandes desniveles y con buen clima. Todo parece dado para un crecimiento imparable.